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Red Internacional
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Política. Pataleta derechista: El tambaleo de ChileVamos entre la UDI y Evópoli y lo que expresa realmente

Fuego cruzado en ChileVamos. El conglomerado del oficialismo vive una de las crisis más importantes en términos internos desde el inicio del segundo mandato de Sebastián Piñera ¿Se trata de una pérdida de timón dentro del bloque derechista? ¿O se trata más bien de una diferencia de cómo llevar adelante la política que comparten para estos momentos?

Sábado 11 de julio de 2020

La performance piñerista

Una serie de alarmas se han encendido luego de que el proyecto que permite el retiro del 10% de las AFP para quienes se encuentren empleados fuese aprobado en la Cámara de Diputados. Y es que, lejos de lo que esperaba el sector más conservador –dentro de todo lo conservador que ya es el bloque en sí-, el proyecto contó con votos de la misma derecha.

Es desde aquí que se ha vaticinado, incluso por parte del ministro del Interior, Gonzalo Blumel, que la unidad derechista “se perdió cuando llegamos al gobierno. Funcionó muy bien mientras fuimos oposición y, paradojalmente, cuando fuimos gobierno se perdió”.

Y es que durante la mañana del viernes 10 de julio, Blumel preparó una serie de declaraciones azarosas para el conjunto del bloque, afirmando que “hay que transparentar la realidad, quizás vamos a tener una coalición algo más chica, más acotada, pero esperamos con un trabajo más cohesionado, con mucha mayor convicción y con la capacidad de fijar posiciones comunes en torno a las ideas que animan a la centroderecha, y eso es lo que se ha debilitado en el último tiempo”.

Acompañando estas declaraciones de una serie de frases pomposas –pero esclarecedoras- como “hacer lo popular no es lo correcto. En este caso no es lo correcto”, refiriéndose al proyecto que contempla el retiro del 10% de las AFP. La desesperación de perder el control del timón en medio de la pandemia hace que cada integrante del oficialismo se coma las uñas.

Por su parte, desde Evópoli, a quienes han sido apuntadas principalmente las críticas de la derecha oldie, han dispuesto de su momento de fama para ubicarse como un sector “renovado de la derecha” –aunque uno de sus fundadores sea un rostro tan viejo como Felipe Kast-, haciendo un llamado a la unidad del bloque, proponiendo la realización de un seminario desde los centros de pensamiento de cada partido que conforma ChileVamos, para definir la hoja de dura derechista para tiempos de COVID-19 y crisis económica.

Es así que, la versión junior de la senior UDI, ha afirmado en un comunicado público que su intención sigue siendo mantener unido al bloque derechista: “Hacemos un llamado a los presidentes de Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente a generar un actuar unitario ante las futuras votaciones de proyectos especialmente nocivos al futuro de los chilenos y chilenas, especialmente la que tendrá lugar la semana entrante y que despojará a los futuros adultos mayores de parte importante de sus ahorros para la vejez”.

En definitiva, lejos de tratarse de una crisis terminal del bloque histórico del piñerismo, de lo que se trata es de una crisis que vive el oficialismo, buscando afinar su brújula y su hoja de ruta en medio de los tiempos que se enfrentan, marcados por el hambre, el desempleo, el contagio y la muerte del pueblo, sabiendo que Chile está al borde de encontrarse en una bomba de tiempo que vuelva a poner al conjunto de la población en las calles, pero esta vez con razones mucho mayores para movilizarse y apostar por derribar al gobierno.

El mismo sector de Evópoli da cuenta de estos objetivos cuando dieron sus explicaciones al votar a favor del proyecto del 10% de las AFP: “Representó una señal clara de renovación y oxigenación de la política”. Sus intenciones son esas: inyectarle vitalidad a un demacrado gobierno, a un demacrado Piñera que ve cada día como un día de riesgo para su estabilidad, con los problemas de calle transformándose cada vez más en una bola de demolición que derribe el miedo de las personas al COVID-19 y los ponga en las calles para enfrentar el hambre, el desempleo y la muerte.

El debate real: Oxigenación y nuevo rostro o aprovechar el momento para atacar abiertamente

No es casualidad que sea en estos tiempos en los que la prensa resalta las supuestas diferencias que existen dentro del oficialismo, otorgándoles cada vez más importancia en cada titular que va saliendo en los medios tradicionales. Se trata de una exacerbada puesta en escena por parte del piñerismo para aparentar revitalidad, renovación y una pluralidad. Palabras completamente estériles provenientes de personajes paleolíticos.

En resumen, lo que se encuentra en pugna es una decisión de qué curso tomará el derechismo: el de posar alegremente a favor de las medidas que vaya exigiendo la población –además de deformarlas completamente con su letra chica dentro del congreso- para descomprimir así la rabia que acumula el conjunto del pueblo o el de aprovechar que la mayoría de la gente ha dejado las calles para pasar una serie de ataques, como despidos, protección de las AFP, mayor flexibilización laboral y una serie de medidas que sólo terminan beneficiando a los empresarios –como han financiado a los dueños del Espacio Riesco con más de $86 millones sólo por el mes de abril mientras hay gente que no tiene qué comer-.

Es aquí que frases como “falta de convicciones” o incluso “fractura interna” no son más que aderezos insípidos para un plato que nadie está dispuesto a probar.

Es así que, aun cuando se tachan como “oscuros días para ChileVamos” por su serie de supuestas divergencias irreconciliables, de lo que se trata es de disponer rostros más polarizados para definir cuál rumbo tomarán: el de la cooptación o el rumbo de un garrote más frontal y abiertamente empresarial.

Es claro: Evópoli no quiere terminar con el enorme negocio que son las AFP, por eso se pueden abrir a que la gente retire el 10% con la condición de que se libere un poco de rabia en contra de los empresarios de las pensiones. Incluso, podríamos afirmar que Evópoli podría decirles a los integrantes de la derecha “nosotros queremos lo mismo que ustedes; queremos proteger a las AFP, pero queremos poner este anzuelo para que la gente deje de criticarlas por un momento y tengamos más tiempo de gobierno, y más tiempo para pasar medidas amigables para los empresarios”. Mientras que la UDI respondería “si queremos proteger a las AFP, tenemos que ser firmes con nuestros amigos.”

Atacar o disfrazarse de derecha “progre” por un momento, para ir atacando sistemáticamente, pero de una manera menos abierta. Eso es lo que se juega la derecha.

Es dentro de este juego en el que se enmarca la renuncia de 8 diputados de RN a la bancada, los votos de Evópoli y los 4 votos de la UDI al proyecto del 10%, los intentos de Mario Desbordes (RN), en donde el ex Carabinero busca tomar el papel del personaje “dialogante” y “negociante con la (supuesta) oposición”, buscando ganarse el Oscar al mejor actor de reparto con declaraciones como “¿Estamos esperando que la gente salga a protestar y haya un estallido social 2.0? ¿Por qué no nos asomamos a la calle y vemos qué está pasando? Hagamos un mea culpa en serio”. Nuevamente, el intento por revitalizar a un Piñera que necesita ser conectado a los tanques de oxígeno pronto.

Sin embargo, y como ha demostrado muy bien Luciano Cruz-Coke, el fuerte de la derecha chilena nunca ha sido la actuación. El pueblo chileno ha pasado por una gran experiencia, como lo fue el estallido social. La perspectiva pasa entonces por evidenciar los intentos paupérrimos de la derecha por revitalizarse y, de no caer en sus juegos, como acostumbran a hacer personajes como Gabriel Boric, Giorgio Jackson o incluso la bancada del Partido Comunista –cuando 6 de sus 9 parlamentarios votaron junto a la UDI la ley que deja hoy a familias completas sin dinero para comer producto de la suspensión de contratos- y, de trazar un verdadero plan de movilización y lucha, que no sólo deje sin oxígeno a un alicaído Piñera, sino que acabe con el régimen que el derechismo y el concertacionismo defiende de una manera o de otra.