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Red Internacional
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Actualidad. Pedro Sánchez no tiene nada que ofrecerla al pueblo catalán

El encuentro en el Palau de la Generalitat (sede del gobierno catalán) deja claro que ni la amnistía, ni el fín de la represión, ni el derecho a decidir estarán en la agenda de la mesa de diálogo. La bancarrota del procesismo y la necesidad de construir una alternativa rupturista, de clase y anticapitalista.

Santiago Lupe

Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN

Jueves 6 de febrero de 2020 21:16

Política de gestos y manos vacías, eso es lo que hemos presenciado esta mañana en el Palau de la Generalitat. Es la especialidad del PSOE, en esta y otras tantas materias, y a la que ahora se suma su nuevo socio de gobierno, Unidas Podemos. El encuentro entre el jefe del gobierno del Estado Español Pedro Sánchez y el líder de la Generalitat de Catalunya Quim Torra ha puesto en evidencia que el gobierno de coalición solo tiene para ofrecer cantos al diálogo y el entendimiento, una agenda en clave de retorno a la autonomía recortada y una pared para las dos grandes demandas del movimiento democrático catalán: la amnistía y el derecho a la autodeterminación.

Sánchez ha dedicado más de la mitad de su comparecencia a los medios de comunicación a hilar, una tras otra, frases sobre en reencuentro, el diálogo y la recuperación de la “convivencia”. Un diálogo pactado con Esquerra Republicana de Catalunya a cambio de su ayuda para que Sánchez sea investido presidente que igualmente ya dejó clarísimo que, en ningún caso se avendrá a negociar ni el fín de la represión, ni la libertad de los presos y presas políticos, ni mucho menos que el pueblo catalán pueda decidir libremente su relación con el resto del Estado.

A cambio Sánchez ha presentado una lista de temas a tratar que corresponden a la agenda ordinaria entre el ejecutivo central y cualquier gobierno autonómico. Infraestructuras, financiación o el apoyo del Estado a la celebración del Mobile en Barcelona o la candidatura de los Juegos Olímpicos de invierno en 2030. Sobre el conflicto catalán solo dos puntos, que habrá mesa de gobierno para dialogar -aunque no se puedan discutir ninguno de los temas centrales- y que rechazan la judicialización del conflicto.

Este segundo punto es toda una declaración incumplida antes de pronunciarse. El gobierno Sánchez no ha retirado ni una sola de las querellas interpuestas contra el independentismo, una de las últimas contra el presidente del Parlament en octubre por permitir el debate de una resolución que hablaba de derecho a decidir y cuestionaba la monarquía. Son más de 700 los procesos judiciales en curso, en todos ellos con la Fiscalía del Estado, y en ocasiones la Abogacía, como parte acusadora.

Torra por su parte ha recibido con honores al presidente del gobierno, y aunque él mismo reconoce que la oferta del PSOE e Unidas Podemos es de manos vacías, no tiene problema en prestarse al engaño con el que Sánchez pretende ganar tiempo para lograr sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. A pesar de la división patente entre los dos grandes partidos del procesismo, tanto ERC como JxCat asumen como inevitable el retorno al autonomismo. Si bien en el terreno de los discursos marcarán diferencias y hasta pueden elevar el tono, más aún cuando se acerquen las elecciones catalanas, ambos quieren dejar enterrado el movimiento independentista, sentarse a la mesa y no quedar fuera de las posibles negociaciones sobre financiación, competencias y otros negociados que se venderán como moneda de cambio a las aspiraciones democráticas del pueblo catalán.

Definitivamente el “procés” ha demostrado su bancarrota política, y será necesario construir una alternativa a la hoja de ruta marcada por los partidos históricos de la burguesía y pequeñaburguesía catalanista. La CUP recientemente señalaba la necesidad de construir una alternativa rupturista y de izquierdas. Es la hora de abrir el debate en la izquierda independentista y anticapitalista, junto a aquellos sectores que se niegan a ser el soporte al gobierno de coalición en el Estado o los compañeros de viaje de los partidos procesistas, para poner en pie un reagrupamiento que se plantee la lucha por la amnistía, el fín de la represión y el derecho de autodeterminación confiando únicamente en poner en marcha las fuerzas sociales capaces de enfrentar el Régimen, en alianza con el resto de pueblos y peleando por un programa anticapitalista que forje la unidad de los sectores obreros y populares en Catalunya y el resto del Estado.


Santiago Lupe

Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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