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Red Internacional
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MEDIDAS DEL GOBIERNO PSOE-UP. Pedro Sánchez salva a los capitalistas, pero hipoteca el futuro de las pensiones

Este martes hemos conocido las medidas del gobierno al respecto de la crisis del coronavirus, relevantes por el momento político-social actual y por la envergadura de las mismas: 200.000 millones de euros, el equivalente a un 20% del PIB, estaría dedicado a dicho plan de actuación ante la crisis generada por el coronavirus. Un paquete de medidas menor a las actuaciones de Francia (300.000 millones) o Estados Unidos (750.000 millones), pero que ha sido aprovechado por las corrientes keynesianas patrias para intentar justificar la impostura del carácter reformista y socialdemócrata del gobierno.

Roberto Bordón

Roberto Bordón @RobertoBordon13

Jueves 19 de marzo de 2020

Quizás afectados por los días de cuarentena o quizás porque saben que no tienen más con lo que trabajar, los aduladores del gobierno han olvidado una situación casi irónica en todo esto: todo el mundo habla de proteger a nuestros ancianos ante la crisis sanitaria y social, con bellos discursos sobre el sacrificio que tuvieron que hacer en la crisis del 2008 para proteger a sus familias. Y es cierto que el gobierno ha destinado 600 millones de euros en un plan de ayuda hacia dicho colectivo. Pero, cuando todo esto pase, ¿quién pagará sus pensiones? Cuándo sea la pobreza y la miseria generada por el capitalismo la que amenace sus vidas y no un virus, ¿quién les va a ayudar?

Y es que el gobierno de Sánchez prefiere salvar a las grandes empresas (100.000 millones de euros para facilitarles liquidez y no deben pagar cuotas de la Seguridad Social), del mismo modo que en su momento su antecesor, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, salvó a los bancos en 2008 e impuso la reforma del artículo 135 de la Constitución Española. En una entrevista concedida a la Tuerka en una de sus últimas emisiones, Zapatero ligaba dicha decisión a poder pagar las pensiones; un chiste si tenemos en cuenta que dicha medida fijó un techo de gasto que hoy en día influye vía Bruselas en la imposibilidad de aumentar los gastos sociales.

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Como explicábamos en Izquierda Diario a principios de año, el déficit de la Seguridad Social llegaba en el mes de enero a casi los 20.000 millones de euros, alrededor del 1,5% del PIB. Cuatro veces más de lo que el Gobierno esperaba recaudar en 2020. Una problemática estructural consecuencia del aumento del desempleo, la bajada generalizada de salarios y la precariedad laboral, algo a lo que habría que sumar el problema demográfico del envejecimiento de la población. Todo un cóctel que ya delataba que el sistema de pensiones afrontaba graves problemas.

La solución del PP y del PSOE no era precisamente favorable a las clases trabajadoras y los sectores populares: “Lleva tiempo planteada la no sostenibilidad del sistema y su quiebra a medio plazo. La solución neoliberal de los gobiernos del PPSOE ha sido la de recortar el sistema de pensiones, primero Zapatero con la reforma de 2011 que retrasaba la edad de jubilación a los 67 años y amplió el período de cálculo de la base reguladora de 15 a 25 años. En 2013, Rajoy introducía el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) y el Factor de Sostenibilidad, vinculando la revalorización de las prestaciones a los ingresos y gastos del sistema (sustituyendo al IPC) y a la esperanza de vida.”

Si esta era la situación antes del comienzo de la crisis del coronavirus, ¿qué podemos esperar tras la inyección milmillonaria de recursos que ha destinado el gobierno a las grandes empresas sin esperanzas de obtener ingresos a posteriori? Si la situación ya se podía considerar crítica, ¿qué va a ocurrir ahora que no solo no va a haber ingresos durante al menos unos meses dependiendo de la gravedad de la crisis sanitaria?

El aumento dramático del desempleo es previsible en los próximos meses, no solo ya con la gran cantidad de ERTES realizados -y que el Estado prevé cubrir mediante prestaciones a los trabajadores (otro regalo más a las empresas)-, sino porque en un país que depende en gran medida del turismo, el retraso o la cancelación de determinadas fechas como las Fallas en Valencia, la Feria de Abril o la Semana Santa en Andalucía, suponen miles de empleos no generados y por tanto, miles de cotizaciones que nunca se darán ( y que quizás si se mantiene la moratoria del Gobierno tampoco se darían aunque hubiera empleo).

En síntesis, una situación desastrosa, en la cual el paso de la crisis del coronavirus será letal para las personas mayores, no sólo por el propio riesgo sanitario, que no pretendemos menospreciar, sino porque también supone un posible empobrecimiento de sus condiciones en el futuro. Si Sánchez quiere agradecer tanto a los ancianos, ¿por qué no les asegura sus pensiones?

Habrá quienes digan que faltan por anunciar más medidas, que el Gobierno ha anunciado para las próximas semanas cuando se haya controlado la emergencia sanitaria. Medidas económicas que el periódico El País ya anunciaba que se trataban de un paquete que podía considerarse “keynesiano”, aunque no sabemos todavía de qué se trata. Sin embargo, teniendo en cuenta los antecedentes del PSOE con los pensionistas, colectivo que se ha manifestado recientemente en contra del Gobierno precisamente por sus insuficiencias en dicha cuestión, es fácil ver que no va a ser una salida favorable a las clases trabajadoras.

Frente a esta situación es necesario proponer un plan alternativo que asegure las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras en medio de esta crisis global. Frente a quienes pretenden darle más regalos a la patronal, soltando millones de euros para quienes nos esclavizan diariamente y nos obligan a ir trabajar en mitad de una crisis sanitaria, debemos hacer todo lo contrario.

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Si el sistema de pensiones sufre un déficit, en vez de salvar a los capitalistas lo que hay que hacer es imponer impuestos extraordinarios a las grandes fortunas y empresas. Como el caso de Inditex, que se propone hacer un ERTE que afecta a 37.000 empleados, a los cuales se les pagará el 70% del salario de las arcas del Estado, mientras en su último ejercicio obtuvo una ganancia neta de 3.650 millones. Mientras tanto, Amancio Ortega se lava la cara diciendo que va a producir batas y mascarillas. Como escribió Friedrich Engels en 1845, "Primero chupáis la sangre a los proletarios y luego practicáis con ellos autocomplaciente filantropía, presentándoos ante el mundo como benefactores de humanidad cuando dais a las víctimas una centésima parte de lo que les pertenece".

Frente a la catástrofe que nos amenaza, sólo la clase trabajadora puede dar una salida en favor de las mayorías sociales, en defensa de nuestra clase y de nuestros mayores.


Roberto Bordón

Andalucía

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