En un partido jugado con el cuchillo entre los dientes y con poco fútbol, el Carbonero perdió 1-0 pero se impuso en el resultado global, por los goles de visitante, y se afianza en la Copa.
Viernes 23 de julio de 2021 10:22
Los jugadores del Manya festejando tras el pase obtenido a cuartos. Foto: Instagram oficial de Peñarol.
Peñarol y Nacional, un superclásico apasionante y que hace vibrar a todo el continente. Un superclásico que junta a dos campeones de América y del mundo, pero que en los últimos años se viene destacando por resultar partidos muy trabados, jugados con pierna fuerte y con la presencia de muchas faltas y tarjetas; y sí, muchas peleas en el campo de juego y fuera de este. Claramente, este partido, por la vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana, no iba a ser la excepción.
A pesar de lo mencionado, vale destacar que Peñarol fue mucho más “equipo” que Nacional. En todo el primer tiempo, jamás se vio vulnerable en defensa, es más, el Bolso solo tuvo un tiro al arco en una chilena que pasó muy lejos. El Manya fue muy duro en la defensa y en el mediocampo, aunque también se veía muy disminuido en ataque porque Gargano, referente del mediocampo del Carbonero, estaba muy marcado por los jugadores de Nacional y no le daban tiempo a manejar los hilos del partido. A pesar de eso, contó con jugadores que dieron un gran nivel como Canobbio, quien por la banda derecha aportó muchísimo riesgo y un gran despliegue (para quien escribe, este chico fue la figura de la serie, ya que marcó, inclusive, en la ida el 1-0 parcial).
🟡⚫¡Festeja el Manya!
🏆🇺🇾 Así celebró @OficialCAP la clasificación a los cuartos de final de la CONMEBOL #Sudamericana.
🔝 ¡Dejó en el camino a su clásico rival! pic.twitter.com/6vlbOZ5zC7
— CONMEBOL Sudamericana (@Sudamericana) July 23, 2021
Nacional fue un equipo muy tibio que en el primer tiempo no supo quebrar el muro defensivo de Peñarol y tampoco tenía intenciones claras de hacerlo. Al pasar los minutos y, sobre todo, en el segundo tiempo, el tricolor tiro “toda la carne al asador” rompió el 4-1-4-1 inicial y pasó a un 4-2-4 con los ingresos de Vecino, quien no jugaba desde hacía 5 meses, y Trezza tratando de darle más vértigo al ataque y crear ocasiones de gol. A su vez, liberó un poco más a Ocampo y este pudo dar un poco más de riesgo, aunque tuvo un nivel decepcionante. Este impulso de ataque le duró, solamente, los primeros 15 minutos del segundo tiempo, después Peñarol se recompuso y hasta tuvo chances de poder ganarlo, pero las desaprovechó. Sorprendió el No ingreso de D´alessandro, ya que es un jugador que podía haber tenido más la pelota para el Bolso y podría haber ayudado a crear situaciones de peligro con la visión de juego y gambeta que tiene, además, venia teniendo muchos minutos pero hoy Capuccio, DT del tricolor (muy criticado por sus hinchas), no lo puso.
Bien, hasta acá fue el juego. Ahora pasemos a lo que destaca el Peñarol-Nacional: las patadas, las rojas y los finales a los golpes, todo eso se vivió en el estadio Campeón del Siglo en los últimos 15 minutos. Hubo 3 rojas, 2 para Nacional (Carballo, de lo mejorcito del tricolor, y Cantera, este último expulsado por el VAR) y 1 roja para Peñarol (Musto quien incluso había entrado desde el banco de suplentes y dio un terrible patadón, surrealismo puro). De esta última, viene la trifulca que llevó a la expulsión de Cantera. En el último minuto, y de manera totalmente “out of context”, tras un córner, muy bien ejecutado por Ocampo, el central del Bolso, Corujo, marcó el definitivo 0-1 que le dio el partido ganado a Nacional. Aunque no servía de nada porque necesitaba hacer dos goles, por el 2-1 recibido en la ida en su cancha.
De esta manera finalizó la primera serie internacional en el siglo entre Nacional y Peñarol. Ahora el conjunto Carbonero enfrentará a Sporting Cristal, quien viene de eliminar a Arsenal de Sarandí en el Viaducto. El ganador de esa serie pasará a las semifinales de la Copa y podría llegar a enfrentar a Liga de Quito, que eliminó al candidato Gremio, o a Athletico Paranaense, que se encargó de eliminar al América de Cali.
