Niños que mueren por leucemia, 54 personas con cáncer en un solo barrio y cientos de enfermos. Un pueblo amenazado por la contaminación del agronegocio. La complicidad del poder político.
Rosa D’Alesio @rosaquiara
Sábado 9 de noviembre de 2019 20:22
Sabrina Ortiz, integra la organización Madres de Barrios Fumigados de Pergamino. Juntas luchan contra la utilización de agrotóxicos, que son venenos que pueden producir cáncer y daño genético. Juntas denuncian la falta de respuesta médica en los centros de atención pública y la complicidad del poder político. Juntas lograron que se procese a tres empresarios rurales, a quienes se les prohíbe fumigar en toda la Ciudad de Pergamino a menos de las distancias establecidas.
El intendente Javier Martínez nunca quiso recibir a las Madres de Barrios Fumigados. “Yo con vos no tengo nada que hablar”, le dijo el jefe comunal de Cambiemos a Sabrina. En tanto la secretaria de Salud, María Martha Perretta, negó que hubiera contaminación por los agrotóxicos.
La enfermedad de su familia no fue lo único que enfrentó Sabrina. Fue amenazada de muerte en varias ocasiones, se tuvo que mudar de su casa que construyó junto a su esposo. Estudió derecho porque los abogados, especialistas en medioambiente, se negaron a tomar su causa.
Logró, junto a la lucha de Madres de Barrios Fumigados, procesar a tres empresarios rurales a los que les prohíben fumigar. El juez Carlos Villafuerte Ruzo procesó a Fernando Cortese, Mario Roces y Víctor Tiribo, por considerarlos “prima facie” coautores penalmente responsables del delito de “contaminación del ambiente en general, de un modo peligroso para la salud, mediante la utilización de residuos calificados peligrosos (agrotóxicos)” y les fijó un embargo a cada uno de ellos por tres millones de pesos.
Sabrina patrocina a una familia -madre, esposo y dos hijos de la mujer que tienen cáncer- del barrio Santa Julia, donde hay otros 54 caso de cáncer en cuatro manzanas. Este barrio fue incorporado a la causa, donde hay otros tres afectados por los agrotóxicos.
En esta entrevista, Sabrina nos cuenta cómo comenzó su lucha y por qué se organizaron junto a otras madres.
-¿Cómo comenzó tu lucha?
En Pergamino estamos rodeados por sembradíos de soja, por lo cual sufrimos las consecuencias de los agrotóxicos. Hace más de diez años que mi familia padece esto. Vivo en una zona urbana, pero en frente de nuestra casa, uno de los hoy procesados, fumigaba con aviones.
Mi hija y mi marido comenzaba a tener problemas respiratorios. En 2011, embarazada de mi segundo hijo, cada vez que fumigaban, mi piel se brotaba, tenía vómitos, contracciones. Se me quemó las fosas nasales, la garganta, y a los cinco mese de gestación, pierdo el embarazo.
A partir de ahí comencé a denunciar esto en la Municipalidad. No hicieron nada. Recorrí muchos lugares, hice la denuncia ante la Justicia provincial. Hasta que la causa llegó al fuero federal.
Hubo muchas denuncias que no prosperaron. Incluso desde el municipio venían a inspeccionar los terrenos que nosotros denunciamos por realizar fumigaciones. Labraban actas donde ponían que había ganado, durazneros, pero no ponían que había siembra de soja.
-¿Cuáles son las enfermedades que tu familia contrajo?
En mi tercer embarazo, me dijeron que la placenta tenía más calcificaciones de lo normal. En ese momento no me pude hacer análisis, pero el médico que me atendió en Rosario, me dijo que probablemente todo eso fuera a causa de las intoxicaciones.
Luego, mi hija, cuando tenía 13 años, comenzó a enfermarse con procesos graves que nadie sabía que era. Le hicieron un montón de estudios que no resultaban positivos ninguno. Hasta que le digo al médico dónde vivíamos, y él nos derivan a toxicología, y con los resultados de los análisis, determinaron que ella tenía 100 veces más de glifosato de lo que su cuerpo puede tolerar y que mi hijo menor, de apenas siete años, 120 veces más.
Mi hija tiene osteomielitis crónica recurrente autoinmune, que se lo detectan toxicólogos del Hospital Austral, luego de recorrer un montón de médicos; y mi hijo tiene linfoproliferación ganglionar. Ambos pasaron por agentes quimioterápicos y están en tratamiento. Mi hija va por la quinta cirugía.
Estos análisis los tuvimos a fines 2017, y entonces vuelvo a hacer la denuncia en la justicia de la provincia y no movían nada. Entre tanto, balearon mi casa, dispararon a mi perro. Me dejaban bidones de agrotóxicos en la puerta de mi casa, me tiraban con ramas de soja.
Entonces, cuando tuve esos valores analíticos, decidí publicarlos, porque nadie me daba respuesta, incluso hablé con secretaria de Salud María Martha Perretta, y con el presidente de la Comisión de Salud del Concejo Deliberante y el intendente, quienes salieron a desmentir esto. Decían que los análisis que yo presentaba eran truchos.
Eso fue un golpe tremendo para mí, porque estaba pasando una situación grave y la toxicóloga me decía que tenía que irme de esa zona para que los chicos no continuarán acumulando tóxicos en su cuerpo.
Dejamos nuestra casa propia, que construimos con mi marido con mucho sacrificio. Dejamos todo, y huimos luego que una noche, cuando llego a mi casa lo primero que respiro es veneno. Estaban fumigando. Mi hijo estaba todo brotado, llamé al área de control y nadie vino, uno de ellos me dijo que estaba en un cumpleaños y bueno, nos fuimos. Esto fue en 2018.
-¿Cuándo comenzaron a organizarse junto a otras madres?
Después que publicamos los resultados de los estudios, comencé a hablar con otras madres. Todas contaban que cada vez que fumigaban, sus hijos se descomponían, o se les desprendía la piel, a veces se quedaban sin voz.
Empezamos a caminar juntas, a sumar más madres. Muchas de ellas han tenido abortos espontáneos, o hijos con malformaciones que han muerto. Hay madres que perdieron a sus hijos por leucemia. Hay nenes de un año con hipertiroidismo.
Hay personas que tienen cáncer, problemas de esterilidad, linfoproliferaciones ganglionares, problemas en el sistema inmune. Chicas de 17 ó 20 años que no han tenido su menstruación.
Todas estas enfermedades tienen vinculación directa con los agrotóxicos, de acuerdo a los médicos que han declarado en el Juzgado de San Nicolás.
-¿Cuáles son los barrios de Pergamino que están afectados por las fumigaciones?
En los tres barrios que están incorporados a la causa: Villa Alicia, La Guarida y Luard Kayardor, se hicieron pericias al agua, y encontraron 18 agrotóxicos. En el barrio Villa Alicia habrá unas 70 familias afectadas. En este barrio, además, cuando las madres van al hospital a pedir un turno para sus hijos, se los dan para varios meses después.
Toda mi familia sigue viviendo en Villa Alicia, no podemos mudar un barrio entero.
Luego se encuentran que hay 19 agrotóxicos en el agua que el mismo municipio provee. Cuando se conoce este informe sobre los 20 pozos de agua, el intendente viaja al juzgado para interiorizarse de la causa. Nosotros pensamos que una de las medidas que iba a tomar, es la de distribuir agua envasada para los chicos del barrio y las escuelas. En cambio, emite un comunicado diciendo que el agua es apta para el consumo y que esta denuncia se trata de una cuestión politiquera. Así lo dicen. Ante esta negación sabemos que no va a hacer nada por nosotros.
-Contabas cuál es la respuesta que dio el intendente y los funcionarios del gobierno provincial, ¿por qué crees que son cómplices?
No podemos dejar pasar que estamos en la tierra de Monsanto, en la perla del norte, en la tierra que hacen una maratón para recaudar fondos para prevenir el cáncer ¿sabes quién lo auspicia? Monsanto.
Hablamos también de una diferencia de clase. En un barrio privado, donde enfrente fumigaban, bastó con que hicieran dos reuniones de consorcio para que nunca más los fumiguen. Mientras que muchas madres, que son muy humildes, pero son mujeres de trabajo, ni siquiera tienen el acceso digno a la salud, como cualquier ser humano.
Estamos hablando de que el poder económico domina todo en Pergamino. Los chicos de los barrios privados no son iguales que los de Villa Alicia. Hay diferencia de clase para nuestro gobierno, porque a ellos les suspendió las fumigaciones y a los chicos pobres deja que los envenenen. Cuando digo que existe la complicidad de los gobiernos municipales, existen desde siempre. Responden a los productores del agronegocio, en detrimento de la salud de las personas.
Además, en Pergamino están desapareciendo historias clínicas, para ocultar los años de denuncia que venimos realizando y toda evidencia del envenenamiento.
-¿Cómo lograron que se imputen a los empresarios rurales?
Están procesados por envenenamiento al medioambiente. Habían cuatro imputados, a uno de ellos le dictan la falta de mérito. Tres quedaron imputados porque encontraron elementos suficientes que probarían la culpabilidad de ellos y ya están aptos para ser enjuiciados.
A pesar que ellos tres tenían la prohibición de fumigar, uno de ellos, Fernando Cortese, volvió a hacerlo en frente de las viviendas. Y a pesar que el juzgado secuestró las herramientas con las que fumigaban, este señor alquiló nueva maquinaria y continuó envenenando a la población.
Lo peor es que lo hizo a la vista de los controladores municipal, es por eso que hay dos imputados. Mario Tocalini y Guillermo Naranjo, jefe y subjefe de la Dirección de Control, que están siendo llamados a indagatoria en el mes de diciembre.
Pedimos que se amplíen las distancias de fumigación de las viviendas. Logramos que sea a partir de 1095 metros terrestre y 3.000 aéreas. Se aplica, no solo a los tres barrios donde se presentan los mayores casos, sino que se extiende a toda la Ciudad de Pergamino. Nosotros, por una parte festejamos haber logrado la ampliación, pero por otra parte no, porque esta resolución demuestra que el daño había crecido.
Esto lo hemos logrado por la información científica brindada por profesionales como el Ingeniero Químico Marcos Tomassoni, el Dr. Rafael Lajmanovich investigador del CONICET, la Dra. María del Carmen Seveso, miembro del Comité Hospitalario de Ética, Delia Aiassa, Doctora en Ciencias Biológicas y los aportes de Medardo Ávila Vásquez, especialista en pediatría y en neonatología y Damian Marino, investigador del CONICET.
Lo que hay que remarcar de este fallo judicial, es la lucha que comenzaron en soledad la Madres de los Barrios Fumigados de Pergamino. Son las que sufren por el deterioro de la salud de sus hijos, son las que diariamente los llevan a los médicos, donde en muchas de las salas de Pergamino no tienen profesionales que atiendan estas patologías, producidas por la sed de ganancias de los empresarios rurales, que cuentan con el poder político a su favor.
Rosa D’Alesio
Militante del PTS, columnista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario; se especializa en temas de narcotráfico y Fuerzas Armadas.