Mohamad Al Qeiq es un periodista de 33 años que se encuentra en muy grave estado, después de 86 días en huelga de hambre en protesta por su detención administrativa (sin cargos ni juicio) por Israel. Es un símbolo para la resistencia palestina.
Jueves 18 de febrero de 2016
El periodista fue detenido en su casa de Dura (Ramala) en noviembre del 2015 y puesto en detención administrativa, una figura legal que permite a Israel encarcelar a palestinos sin acusación, ni juicio, ni pruebas, por períodos de seis meses renovables indefinidamente.
Al Qeiq inició su huelga de hambre en rechazo a las condiciones de su detención que, según ha señalado su mujer, ha incluido episodios de malos tratos.
"La huelga de hambre es básicamente la única manera que tiene para protestar la ilegalidad de su detención y conseguir la libertad", opina Laith Abu Zeyad, abogado de la ONG de defensa de los presos palestinos Adamir (conciencia, en árabe).
Desde hace décadas, prisioneros palestinos han usado esta estrategia para denunciar las condiciones e ilegalidad de su arresto. "Cuando están en la cárcel y deciden sacrificar sus vidas, rechazar la comida y quizá morir por ello, queda de manifiesto que es la única alternativa que tienen. Usan sus cuerpos, que es lo único que les queda, para protestar", resume.
Al Qeiq ha perdido más de 13 kilos, capacidad auditiva y de visión y su estado de salud se ha deteriorado enormemente, con altas posibilidades de sufrir daños irreversibles y al borde del colapso.
Al-Qeiq struggling against death after 76 days of hunger strike https://t.co/H1eM4sQttq via @palinfoen #Palestine pic.twitter.com/cgTHMm9BKM
— al whit (@soitiz) febrero 8, 2016
Sobrevive a base de agua y sales minerales en una de las huelgas de hambre más largas que se recuerdan en la región.
"Nuestra exigencia es que sea puesto en libertad y pueda elegir dónde o cómo quiere vivir", dijo a Efe su abogado Yawal Boulos, tras rechazar esta semana la oferta del Tribunal Supremo israelí de ser trasladado desde el hospital de Afula (Israel) a uno en Jerusalén Este en vez de a uno en Ramala, como reclama.
Hace dos semanas el Supremo decidió suspender temporalmente su detención dada su situación crítica, pero también ordenó que no abandonase el centro hospitalario en el que está ingresado y donde se le forzó a recibir tratamiento médico en contra de su voluntad.
Al haber sido suspendida temporalmente la detención, pero no revocada, Israel la puede volver a implementar si Al Qeiq abandona la huelga de hambre, como ya ocurrió con otros huelguistas en el pasado.
Actualmente hay 690 palestinos bajo detención administrativa confinados en cárceles israelíes. La huelga de hambre de Al Qeiq busca denunciar esta situación, poniendo en riesgo su propia vida. Sin embargo, las autoridades israelíes no han dado ningún paso en la liberación de los detenidos y Al Qeiq se encuentra al borde la muerte.
La web Palestinalibre.org explica la política de detenciones administrativas, una figura que existe desde el mandato británico en Palestina y que luego fue adoptada por el Estado de Israel desde 1948: “En su forma actual, esta política permite a las autoridades israelíes detener a palestinos en base a las informaciones reunidas por los servicios de inteligencia, pero que son ocultadas al sospechoso y a sus abogados/as.
La detención administrativa se aplica generalmente a partir de órdenes emitidas por las autoridades militares israelíes de ocupación y se basan, como se ha señalado, en recomendaciones de los servicios de inteligencia judíos. A pesar de la ausencia de pruebas públicas presentadas contra los detenidos administrativos, el encarcelamiento puede ser reiteradamente prorrogado por periodos de seis meses.”
“Nos quedamos sin tiempo para salvar su vida y cada voz cuenta", dice a Efe la joven Naqaa Hamed, una periodista que ha sumado su voz a la de otros cientos de personas que recorren las calles de Ramala reclamando su libertad.
La huelga de hambre de Al Qeiq se ha transformado en un símbolo de la resistencia palestina contra el Estado de Israel. Un Estado basado en la ocupación y represión sistemática y cuya existencia es incompatible con las aspiraciones del pueblo palestino.
Para leer más: #Resiste Palestina
Fuente: María Sevillano, EFE/ Agencias/Palestinalibre.org