Elecciones 2023. Perotti habló desde el confesionario y dijo que votaría a Milei en un ballotage frente a Bullrich

Omar Perotti es, se sabe, un oportunista. Un gran olfateador de crisis de espacios políticos y de la dirección de cambios políticos. Es el primero que se sube al barco del éxito y el primero que se sube al bote salvavidas cuando ese barco naufraga. Hoy, ese deporte de la reubicación política, en el que es campeón olímpico, lo llevó a hacer un guiño al candidato de la derecha más extrema, Javier Milei. El gobernador de Santa Fe dijo que en un ballotage eventual entre Patricia Bullrich y el economista gritón, votaría por Milei. ¿Sorpresa? No.

Entre menemistas se entienden

Semejanzas con Milei, tienen, digamos todo. Ambos son fervientes defensores del gobierno de Carlos Menem, tan reivindicado por Milei. Omar Perotti fue funcionario de Carlos Reutemann, el exponente máximo del menemismo en Santa Fe. No fue un funcionario más: fue el encargado de privatizar el Banco de Santa Fe, como parte de la política menemista de que “nada de lo que deba ser estatal seguirá en manos del Estado”. Sí Perotti fue un militante del neoliberalismo.

¿Solo lo fue? En honor a la verdad, Perotti aún hoy sigue impulsando una política de ajuste sistemático de la salud pública y de la educación, con particular predilección en estigmatizar a las docentes, a las que aplica descuentos de los días de paro. Dime quién protesta contra vos y te diré qué intereses políticos defiendes: Perotti en sus años de gobierno recibió protestas de maestras, enfermeras, choferes, médicas pediatras, familias sin techo. Los derechos y las conquistas de todos esos sectores fueron vulnerados por Perotti. Allí donde hay un derecho, Perotti ve una amenaza.

Omar y la “casta” de los Vicentin

Así como Perotti fue, es y será un militante contra los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, es un defensor férreo, incansable, heroico, de los intereses de la patria sojera, de las cerealeras, de la “casta” de la Bolsa de Comercio de Rosario, de los grandes empresarios. Allí donde hay un privilegio, Perotti ve una oportunidad para defenderlo. Como Milei, sí.

El caso de Vicentin fue el ejemplo más notable. Más patético, bah. Vicentin estafó al Banco Nación, a trabajadores asalariados y a pequeños productores del norte de la provincia, llevando a la quiebra a una de las cerealeras más poderosas del país, en plena pandemia y en pleno boom del precio de los cereales. No solo eso, sino que en en momento más duro de la cuarentena, el gerente de la empresa, mientras las familias de los sectores populares estaban hacinadas en un encierro forzado, paseaba en yate por los generosos brazos del Río Paraná.

En aquel entonces el gobierno nacional amenazó, sin mucha convicción, de expropiar la empresa y poner en pie una cerealera de “bandera nacional”. Luego pasó a una intervención. De la intervención pasó a la nada. Vicentin hoy maneja al juez de la quiebra y el “sueño” de una cerealera que produzca alimentos baratos y que regule el precio en un área tan sensible, quedó en eso: en sueño. El freno de mano más efectivo para ese frenazo, fue Omar Perotti. Conspicuo amigo de las cerealeras, no permitiría jamás que se joda a un amigo como Vicentin. Porque Perotti, lo diga más abiertamente o se cuide por motivos de leso electoralismo, considera que las empresas tienen el derecho sagrado e inalienable de hacer lo que se les cante. Como Milei, sí.

Secuelas de un malmenorismo que no va más

En honor a la verdad estos dichos de Perotti mucho no sorprenden, porque de Perotti ningún dicho ni acción por derecha puede sorprender mucho. Perotti, básicamente, es eso. Lo curioso, en todo caso, es que todo el peronismo, incluido el kirchnerismo, haya vendido que un defensor a ultranza de los empresarios más beneficiados, era una alternativa para enfrentar a la derecha. Era tan poco alternativo a la derecha, que hoy dice que votaría a Milei frente a Bullrich, en lugar de tener la decencia de decir que no hay que optar entre derechistas y represores como esos.

Tal es la confusión y el lavaje que se hizo de la figura de Perotti, en función de vender un presunto mal menor frente al macrismo, que hasta la Ciudad Futura de Juan Monteverde y Caren Tepp, que siempre esgrimieron un discurso de independencia política, hoy va en el mismo frente que Omar Perotti. Sí, el mismo frente que el gobernador que dice que eligiría a Milei en un ballotage de la derecha.

Pero ojo: no es una excepción. Lo dice días después de que Berni reconoció que el peronismo le armó las listas y le cuidó las boletas al partido de Milei. Todo discurso de que hay que apoyar a Massa para evitar que gane la derecha, se tropieza con la propia política de ajuste brutal que aplica el gobierno peronista por designio del FMI. Y tropieza más aún cuando se ve que el peronismo es funcional, apoya y da aire a la peor derecha. El ejemplo lamentable de Perotti no es más que una expresión de ello. Ante tantas pero tantas muestras de esto, queda en claro una cosa. Que la alternativa a la derecha es por izquierda, desde abajo y con los trabajadores y las trabajadores. Y que la izquierda, como dijo Myriam Bregman, no es ni será cómplice ni sometida. Se ve que otros sí.