El narcotráfico sustenta, favor por favor, a la clase política antipopular. Sus mayores vínculos con los apristas y fujimoristas.
Kevin Wright @kevouv
Miércoles 25 de octubre de 2017 08:52
Foto: La República
Imagen: Congreso de la República, sesión Fujimorismo y APRA
El medio digital de periodismo de investigación, Ojo-Publico.com, publicó un inédito mapa de “vínculos” (Fondos de papel) para dar a conocer las denuncias que involucran a financistas provenientes del negocio de las drogas, que “apoyan” las campañas políticas de los últimos diez años. Un esfuerzo preliminar por identificar la infiltración del lavado de activos en la política. El análisis del historial financiero de más de 370 organizaciones políticas de todo el Perú, revela las relaciones entre los partidos de la burguesía y diferentes casos del crimen organizado, desde el narcotráfico y la corrupción del caso Lava Jato, hasta los nexos con personas investigadas por delitos ambientales. Los intereses de los gobernantes hablan en los hechos. Y no se salva nadie.
Al menos 856 implicados en redes de delincuencia organizada, corrupción, delitos ambientales, lavado de dinero y narcotráfico se vincularon con los partidos políticos en la última década; el Partido Aprista Peruano (APRA) y Fuerza Popular son las agrupaciones que registran más nexos con estos personajes.
La base de datos fue construida con expedientes y reportes de prensa que citan documentos oficiales. Éstos permiten condensar 46 presuntos casos delictivos. Entre investigados y su entorno cercano, mantuvieron nexos con 65 organizaciones políticas. El 54% de ellos apoyó activamente con aportes económicos.
La información es contundente, pese a que algunos de los aportantes y allegados identificados en el mapa están ligados a más de un caso delictivo, se pudo conocer que el 34% (293) tiene nexos con casos de lavado de dinero y narcotráfico.
Son migajas para la gran burguesía los negociados de estupefacientes y coimas políticas, en relación a la utilización irracional que hacen de la naturaleza en nombre de la ganancia y la avaricia de una minoría. Sin embargo, con su irresponsabilidad social, cultural y política, producto de cobijar siempre a los de su clase, grandes amigos de saco y corbata que lucran con la salud y la vida de miles de jóvenes que recurren a las drogas para tapar la angustia del hambre y la exclusión social.
Ganan la policía, que como todo “buen vecino”, sabe perfectamente donde está el “puntero” porque en muchísimas ocasiones ellos los abastecen. Ganan los dirigentes que representan a los empresarios o los terratenientes.
Los “narcoamigos” del APRA
En toda esta red, el APRA es el que más conexiones tiene con presuntos actos delictivos. De las 432 personas relacionadas, más de la mitad hizo aportes directos al partido. A su vez, el mapa de relaciones vincula a este partido con dos casos emblemáticos de la droga: Oropeza y Sánchez Paredes.
En suma, Alfredo Sánchez Miranda, cuyo padre y tíos son procesados por presuntamente crear su fortuna en base al tráfico de drogas, aportó a la candidatura de Alan García -en la campaña que lo llevó a la presidencia el 2006- e hizo negocios con el ex secretario de Palacio de Gobierno, el hijo de Luis Nava.
Por su parte, el ex abogado de García, Miguel Facundo Chinguel, que hoy purga prisión por los “narcoindultos”, tuvo vínculos comerciales con la familia del líder de una organización criminal, Gerald Oropeza, que enviaba droga a Europa. La familia de este narcotraficante postuló a cargos públicos por el APRA e hizo aportes al partido, al igual que 37 de los “narcoindultados”.
En total, de los 243 aportantes del APRA identificados, 138 crearon relaciones en primer o segundo grado con organizaciones del narcotráfico y lavado de activos.
Estas denuncias que implican a unos de los partidos que más disputan el poder al oficialismo en el parlamento -a pesar de que las mayoría de medidas antiobreras son votadas por todo el congreso- reflejan las maniobras inter-burguesas. En este caso, la fuerza de PPK parece absuelta del conflicto, cuando en verdad, desde su posición de poder se ve beneficiada por la publicación de estos datos en medio de una crisis política, aunque este escándalo mediático y político es como un simple salvavidas pinchado que emplean los grandes medios afines al presidente.
La implicancia de Fuerza Popular
La investigación #Fondosdepapel también evidencia que 59 personas vinculadas a la agrupación naranja, tendrían relación con presuntas actividades ilícitas. Ellos tendieron 72 relaciones aparentemente delictivas, de las cuales 49 son por narcotráfico y lavado de activos.
Keiko Fujimori tiene nexos con la familia Martínez, dueña de la pesquera Hayduk, que en 1993 fue investigada tras el hallazgo de 353 kilos de droga en su empresa. Eudocio Martínez Torres y sus hijos fueron encarcelados, pero la ex candidata –según admitió– usó su cargo de primera dama para gestionar el perdón presidencial a favor de las hijas del magnate. Una de ellas, Ana Martínez, aportó en el 2006.
Fuerza Popular también tiene entre sus financistas al empresario Luis Calle, incluido en la lista negra de la DEA por liderar una red de envío de droga a España. Además, aparece el ex congresista y secretario general del partido, Joaquín Ramírez, que junto a su tío Fidel Ramírez, fueron blanco de operaciones de vigilancia de la DEA en el marco de la investigación a Miguel Arévalo Ramírez (’Eteco’).
Nuevamente, estas operaciones judiciales, que efectivamente implican a cientos de integrantes de dos de los mayores partidos, con más representación en el Perú, son parte de la rosca política que viene rondando en el Parlamento. Maniobra tras maniobra, tanto oficialismo como oposición, arrojan delitos de corrupción unos a otros y por detrás de las bancas apoyan todos los proyectos de ley que intensifican la opresión sobre los que menos tienen.
La paleta de la corrupción salpica a toda la clase dirigente del Perú. Es necesaria la construcción inmediata de una política independiente y de los trabajadores que construya una alternativa para todo el pueblo del Perú, que represente las demandas de todas y todos los explotados y oprimidos.