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Red Internacional
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PROTESTAS. Pescadores protestan en el estado Sucre por falta de combustible, comida y servicios

En la península de Araya, estado Sucre, surgen manifestaciones de descontento popular, compuesta por pescadores y sus familias, habitantes de un sector social severamente castigado por la escasez de gasolina y el recrudecimiento de sus condiciones de vida en la cuarentena.

Suhey Ochoa

Suhey Ochoa Ciencias Políticas UCV / @SuheyLts

Lunes 20 de abril de 2020

Este lunes 20 de abril, más de mil pescadores de las localidades de Punta Araya y El Rincón, estado Sucre, se manifestaron para exigir respuestas a las autoridades locales por el despacho de gasolina y otros servicios básicos.

Los pescadores caminaron 10 km hasta el centro de la ciudad, sumando a otros habitantes en el recorrido. Se dirigían a la alcaldía del municipio Cruz Salmerón Acosta, entidad política de la península de Araya.

La escasez de la gasolina está afectando no solo el transporte de mercancías para abastecer a las ciudades o los centros de abasto, sino la propia producción pesquera, principal sustento de los habitantes de esta zona, pues dependen del combustible para alimentar los motores de las lanchas con las cuales salen a laborar.

En el trayecto los pescadores retuvieron un autobús de la alcaldía y un camión de Hidrocaribe (la empresa estatal de agua de la región), con el motivo de hacer presión y hacer escuchar sus demandas. No solo exigían gasolina, sino gas doméstico, servicio de agua y transporte público, que como en todo el país se encuentran en un estado de colapso y deterioro desesperante. Manifestaban no estar recibiendo tampoco las cajas CLAP anunciadas por el gobernador de Sucre.

La marcha pacífica se encontró con la represión con gas lacrimógeno de la GNB en la entrada del pueblo de Araya, con el objetivo de impedir que la multitud llegara a la alcaldía, que respondió con la quema de cauchos.

Los pescadores reportaron estar paralizados, impedidos de poder realizar la faena pesquera desde hace más de un mes, señalan que los 176 botes de la flota pesquera de la zona no pueden salir a trabajar diariamente, porque no se les está garantizando el vital suministro de gasolina y aceite para los motores.

Denuncian que hay bachaqueo de gasolina por parte de la Guardia Nacional, los encargados suministrar el combustible a más de mil botes de varios municipios, de los que dependen al menos 3000 familias de la zona. Indican que la GNB solo despacha combustible “a los que ellos quieren”.

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Si bien tras horas de lucha, el alcalde se presentó en la vía para atender el reclamo popular y una comisión de voceros se reunió con las instancias del gobierno, los habitantes no están satisfechos y manifestaron que seguirán saliendo a la calle hasta que se les dé soluciones reales, pues no confían en las promesas del gobierno.

Explosiones similares de descontento popular se vienen presentando desde hace un mes en todo el país, como las protestas de los pescadores de Falcón y las comunidades indígenas wayuú de Guarero del estado Zulia, así como otras manifestaciones en otros estados.

El gobierno está respondiendo con fuerte represión y criminalización del pueblo que protesta, defendiendo sus privilegios antes que ir en una dirección que realmente atienda las graves necesidades que padece el país.

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La escasez de gasolina es el resultado de años de gestión burocrática y militar en PDVSA, que ha privilegiado financiar la deuda externa y la fuga de capitales antes que la inversión en la capacidad de refinación del país, vital para millones. Las sanciones criminales de EE.UU., alentadas por la oposición de derecha reunida en la AN, como un mecanismo de chantaje, solo han castigado aún más al pueblo venezolano y le han dado la estocada final al sistema refinador nacional. Guaidó dice apoyar a los pescadores, pero es tan responsable de sus penurias como Maduro.

El suministro de gasolina y otros servicios en manos de los militares, solo responde a necesidades represivas y de sus redes de enriquecimiento ilícito, mientras deja desatendidos y en el hambre a millones.

De los trabajadores y el pueblo pobre depende discutir e imponer una salida propia a la catástrofe social. Un plan obrero y popular de emergencia que plantee poner a disposición de las urgentes necesidades sociales todos los recursos del país, bajo control y supervisión directa de los trabajadores y el pueblo, hoy en manos de transnacionales, la casta burocrático-militar y el lucro privado.

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