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Red Internacional
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Reforma Energética. Petroleras expropiadas en 1938 se unen para quedarse con el crudo de aguas profundas

Se trata de Exxon Mobil y Chevron, a las que se une Hess. Participarán juntas en la licitación de diez licencias de exploración que se abrirá en diciembre próximo. La información la dio a conocer Bloomberg.

Viernes 19 de agosto de 2016

En tiempos de Lázaro Cárdenas, la Chevron se llamada “California Standard Oil Company of Mexico”, mientras que la Exxon Mobil, entonces conocida como Standard Oil Company de New Jersey, operaba a través de su subsidiaria la Huasteca Petroleum Company.

Cuando se llevó a cabo la expropiación petrolera, el revolucionario ruso León Trotsky, ya exiliado en México señaló que se trataba de una medida de defensa nacional altamente progresista y que la clase trabajadora debía apoyarla.

Partiendo del apoyo a la medida, Trotsky, de quien estos días se cumple un nuevo aniversario luctuoso, sobre los magnates petroleros y la relación con el Estado mexicano señaló “Habiéndose apoderado de las mayores riquezas naturales de un país extranjero, sostenidos por sus billones y apoyados por las fuerzas militares y diplomáticas de sus metrópolis, hacen lo posible por establecer en el país subyugado un régimen de feudalismo imperialista, sometiendo la legislación, la jurisprudencia y la administración.”

Leer: De la expropiación petrolera a la reforma energética

Setenta y ocho años después de la expropiación vemos como se desarrolla la película al revés: el panorama de la expoliación de recursos por parte del imperialismo se impone.

Avanza la entrega de la explotación petrolera, objetivo central de la reforma energética impuesta por Peña Nieto y sus socios de los partidos del Pacto por México.

Recordemos que el diseño de esa reforma salió de las oficinas de Hillary Clinton, ex secretaria de Estado de Barack Obama, y hoy candidata a presidenta por el partido demócrata. Carlos Fazio, en una nota publicada en La Jornada afirma:

“Los emails desclasificados de Clinton exhiben el papel jugado por David Goldwyn, primer coordinador internacional de Energía del gobierno de Barack Obama, en la operación para romper el monopolio de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex). Goldwyn, nombrado por la secretaria Clinton en 2009, dirige hoy una consultoría privada sobre hidrocarburos (Goldwyn Estrategias Globales) y funge de abogado de industrias en el bufete Sutherland, Asbill y Brennan. A su vez, Carlos Pascual, embajador en México entre agosto de 2009 y marzo de 2011, sucedió a Goldwyn como coordinador de Energía y es ahora un agente clave del Centro de Política Energética Global de la Universidad Columbia y vicepresidente de la consultoría IHS CERA (Cambridge Energy Research Associates, empresa que cuenta con una unidad de "evaluación de las opciones futuras en México"), en proyectos relacionados con refinación y transporte de hidrocarburos (petróleo, gas líquido y shale), exploración en aguas profundas y electricidad. El presidente de IHS CERA es Daniel Yergin, cerebro de la seguridad energética de EU.”

El gobierno estadounidense ha extendido sus tentáculos e impone sus planes a través de su gerente de turno, hoy Enrique Peña Nieto.

El “proyecto del sexenio”, las Zonas Económicas Especiales, contiene la red de infraestructura e interconexión eléctrica y de ductos para convertir a México en el surtidor de energéticos hacia el mercado mundial, entre el corredor industrial interoceánico Coatzacoalcos-Salinas Cruz y el corredor petrolero Coatzacoalcos-Ciudad del Carmen, Campeche, que pasará por Tabasco.

Así avanza la recolonización y expoliación del país. Como en 1938, la única fuerza social capaz de impedir esto son los trabajadores, que no tienen intereses en común con ningún empresario, sea mexicano o extranjero.

Son en particular las trabajadoras y los trabajadores petroleros, y sus familias, quienes sienten en carne propia las consecuencias de la apertura de la explotación petrolera al capital privado, con outsourcing, con el crimen industrial en el complejo Pajaritos en abril de este año, con los despidos. Son ellos los que necesitan expulsar a Romero Deschamps y sus secuaces para recuperar el sindicato petrolero como un instrumento para la lucha y la organización.