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Red Internacional
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Rebelión en Chile. Piñera convoca al Consejo de Seguridad de la dictadura y redobla la represión

En conferencia de prensa, Piñera anunció este jueves una agenda cargada de represión y criminalización, con nuevas leyes, querellas y fortalecimiento de las policías. Lo más brutal fue la convocatoria al Consejo de Seguridad Nacional de la dictadura para "asesorarse" con las fuerzas armadas.

Pablo Torres

Pablo Torres Comité de redacción La Izquierda Diario Chile

Jueves 7 de noviembre de 2019 15:59

En una nueva conferencia de prensa este jueves, Sebastián Piñera, el presidente que tiene la peor aprobación y el mayor rechazo desde el fin de la dictadura en Chile, anunció nuevas medidas represivas.

Mientras intenta imponer un discurso de "normalidad" entregando sólo migajas a las y los millones que han salido a la calle, ha recargado su agenda criminalizadora contra los manifestantes, fortaleciendo al mismo tiempo a la policía, para que haya más impunidad de las y los asesinos del pueblo. El dato más novedoso, y con el que pegaría un salto la agenda represiva, fue la convocatoria al Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), un organismo nacido en dictadura contra las manifestaciones y protestas populares.

La nueva agenda de Piñera, para derrotar la lucha en las calles y reprimir sobre todo a las decenas de miles de jóvenes que se movilizan en las calles desafiando la "normalidad", busca sobre todo fortalecer a las policías y aumentar las penas contra las calles y protestas.

Veamos las claves:

  •  Una ley contra las y los "encapuchados" y contra las barricadas y desórdenes en la vía pública. No basta con las leyes actuales o violaciones de protocolos por parte de la policía, sino que buscan fortalecer las sanciones penales incluso con posibilidad de sanciones de cárcel. intenta criminalizar y reprimir la protesta social que ya lleva 19 días desde el inicio de la rebelión popular.
  •  Fortalecer la interposición de querellas criminales en los juzgados de garantía y los tribunales penales, para aumentar la persecución contra luchadores y las herramientas punitivas del Estado.
  •  La creación de un equipo especial de Carabineros, policías de investigaciones y fiscalías para investigar. ¿Querrá recrear una nueva "CNI" en democracia acaso? ¿Será para perseguir luchadores? ¿Para investigar más aún.
  •  Aumentar la vigilancia aérea de las manifestaciones.
  •  Un estatuto de protección a la policía, en la línea de varios parlamentarios derechistas que querían una "defensoría policial", Piñera toma el guante con una nueva ley que no sólo generará mayor impunidad de la odiada policía, sino para perseguir sus montajes contra luchadores.
  •  Modernización del sistema de inteligencia, quienes ya han investigado irregularmente a luchadores sociales, sindicales, estudiantiles y de la izquierda. ¿Seguirán sus espías, sus montajes y su persecusión? Eso intentan profundizar
  •  Modernización de la policía, que involucre más recursos del Estado. No hay plata para salarios, pensiones, salud, educación ni vivienda. Sí hay plata para represión sobre la juventud y luchadores.
  •  Además estipula la prisión preventiva para los que agredan a Carabineros, la tipificación de los delitos de saqueo, corte de caminos con barricadas, incitación a la violencia u ofensa contra carabineros. Sobre todos esos casos se endurecen las penas.

    Fin a la represión a la juventud y luchadores. Por el derecho a la manifestación. Juicio y castigo a los responsables. Fuera Piñera

    Piñera y su partido, Chile Vamos, busca imponer la "normalidad" a costa de represión, balas y balines, gases y persecución. Esa normalidad se ha llevado 24 muertos, casi 200 personas con pérdida de un ojo, miles de detenidos y cientos de heridos. Ahora, busca profundizar la represión hacia la juventud secundaria, universitaria y trabajadora. Así lo hemos visto como en el Liceo 7 donde las niñas fueron baleadas y gaseadas; o los atropellos por carros de la policía a jóvenes y adultos; y las cientos de denuncia que cada día aparecen de torturas, detenciones ilegales y otros abusos.

    Como vimos este miércoles en varios liceos de Puente Alto, niñas y niños pequeños han sido gaseados en sus liceos; también en hospitales con enfermos. En las poblaciones persiguen a estudiantes. Hay que rechazar la represión y defender el derecho a la manifestación que Piñera quiere terminar con represión. Todas las organizaciones de DDHH, sociales y sindicales, de la izquierda, deben repudiar esta represión y esta agenda, y convocar a ser millones en las calles contra esta impunidad, por el juicio y castigo a los responsables de las muertes, detenciones, torturas y heridos, y ser millones hasta que se vaya este gobierno repudiado.

    Piñera y su gobierno, distinguiendo "dos tipos de manifestaciones" tiene una doble política:

  •  un tipo de manifestaciones "pacíficas" que hipócritamente el Gobierno y el propio Piñera han dicho que "apoyan".
  •  otras "violentas, de grupos organizados y vándalos delincuentes" como las llama el Gobierno.

    En esa relación busca dos objetivos distintos: a las amplias masas y a las manifestaciones "pacíficas", intentar tranquilizarlas con concesiones sociales que son puras migajas y engaños que no resuelven los problemas fundamentales de estos "30 años" (salud, educación, salarios, pensiones, vivienda). Son migajas pues defienden el "modelo" heredero de la dictadura, que es para defender a las grandes transnacionales y grandes empresas. Al segundo tipo de manifestaciones, reprimirlas brutalmente y perseguir con una dura criminalización a los y las miles de jóvenes que se siguen manifestando con barricadas, ocupaciones, marchas y enfrentamientos con la policía, y que también se expresa en incendios de grandes tiendas o de sedes de partidos derechistas como la UDI. Ahí entran las torturas, el uso brutal de gases lacrimógenos, las golpizas y detenciones ilegales, los balines y otras herramientas.

    Esta represión, apoyada por las grandes familias y fortunas como Luksic, se ha diseñado en la medida que han bajado la intensidad y magnitud de las movilizaciones de masas que ha permitido una relativa "normalidad" del país. Sin embargo, son decenas de miles en todo el país que siguen movilizándose en las plazas, escuelas, liceos y colegios, universidades y centros de formación técnica, así como en poblaciones, con barricadas, protestas y enfrentamientos con la policía.

    El sector más "revulsivo" es una juventud plebeya y precarizada de las poblaciones periféricas de santiago y de regiones, muchas y muchos que nunca se organizaron por ejemplo estudiantes de Inacap, que muestran su odio y rabia frente a un sistema que no tiene nada que ofrecer. Hay que rechazar la represión, y más que nunca, seamos millones en las calles hasta que se vaya Piñera.


  • Pablo Torres

    Dirigente nacional del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR). Autor y editor del libro Rebelión en el Oasis, ensayos sobre la revuelta de octubre de 2019 en Chile, Edición Ideas Socialistas, 2021.

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