Durante este domingo, Sebastián Piñera firmó el proyecto de ley contra el crimen organizado, el cual va a ser enviado al Congreso durante los próximos días. Pero bajo el discurso de enfrentar la delincuencia, se esconde la continuidad de su agenda represiva, infiltrando policía, agentes encubiertos y utilizando interferencia telefónica, tal como sucedió con el caso del policía infiltrado en Lo Hermida durante la rebelión popular. ¿es posible "mejorar" la policía o es necesaria su disolución?
Lunes 28 de diciembre de 2020
El día de ayer, Sebastián Piñera firmó el proyecto de ley que busca perseguir y sancionar la delincuencia organizada, donde se busca entregar mayor presupuesto para la "modernización" de la policía.
Dentro de este proyecto de ley, se pretende modificar el delito de asociación ilícita, el cual está vigente desde el año 1874 en el Código Penal. Este lo sustituye por dos figuras nuevas como asociación delictiva y asociación criminal.
En relación a la asociación delictiva, Piñera mencionó que va a sancionar a quienes formen parte de una organización delictiva en pos de cometer un delito simple, que incluyen penas de privación de libertad hasta por 5 años. Respecto a la asociación criminal, Piñera planteó que se sancionará a las personas que formen parte de una organización delictiva para cometer crímenes, con penas de hasta los 10 años de cárcel.
A través del aumento de penas y mayores facultades para la policía, Piñera intenta vender la fantasía de que son los pacos quienes combaten el crimen y el narcotráfico, entregando "seguridad a la población", aun cuando se ha comprobado la venta de armamentos desde carabineros a delincuentes y narcotraficantes, además de "convivir" en las poblaciones con los carteles de droga.
Este nuevo proyecto del gobierno, incluye “agentes encubiertos, agentes reveladores, informantes, infiltración de bandas e interferencia de comunicaciones telefónicas”. Es aquí donde sale a la luz el trasfondo de este proyecto: mas atribuciones carabineros, con el objetivo de facilitar la represión.
Recordemos que hace unos meses atrás se dio a conocer la infiltración de un carabinero en la población Lo Hermida, con el uso de un R.U.T de un joven del norte del país. Esto dejó en evidencia que las infiltraciones de las policías no son utilizadas para desbaratar organizaciones criminales, sino que son utilizadas para seguir desarticular y reprimir a organizaciones políticas y sociales opositoras al gobierno.
Es del todo irracional que el gobierno siga insistiendo inyectar más recursos técnicos y económicos a una institución completamente horadada por la corrupción, sin embargo, se sigue llevando a cabo un “proceso de modernización y transparencia” de la policía, ayudando a que se conserven y se renueven los cuerpos de represión.
La oposición mientras tanto sigue manteniendo la idea de la reforma a carabineros, aun cuando la esencia y razón de existencia de esta institución es mantener el orden público en base a una brutal violencia contra quienes se manifiestan.
Todos omiten que la base de la delincuencia y su proliferación dice relación con el aumento del del desempleo, los bajos salarios y la profunda desigualdad de ingresos que existe en el país.
Carabineros no se puede reformar, es una institución creada para reprimir, goza de impunidad y es corrupta. Hay que disolver Carabineros, pero para esto no podemos esperar que sea producto de la buena voluntad del gobierno o el parlamento, la disolución de la policía como fuerza del orden de los empresarios y el gobierno sólo podrá imponerse con una gran movilización de los trabajadores y el pueblo.