Piñera en el marco de alta desaprobación de su gobierno y el conflicto docente sin solución, se manifestó sobre la crisis migratoria durante panel de Alianza del Pacífico.
Domingo 7 de julio de 2019
El pasado viernes 5 de Julio en Lima, Perú, el Presidente Sebastián Piñera fue parte de un panel de los países de la Alianza del Pacífico. Junto a los presidentes de Perú y Colombia y el canciller mexicano, el panel “La Alianza del Pacífico para la nueva década”, a pesar de no estar en agenda, abordó las consecuencias de la migración producto de la Crisis venezolana.
El primer punto a mencionado por parte de Piñera fue el informe de la Alta Comisionada de la ONU en DDHH, la ex mandataria Michelle Bachelet, recalcando demagógicamente las violaciones a los derechos humanos de los venezolanos por parte del régimen de Maduro, en una postura similar a la de sus pares de la oposición liderada por Guaidó, quienes más que su interés por los DDHH del pueblo venezolano, ven en esta visita e informe de Bachelet, argumentos con los cuáles llevar adelante sus planes golpistas iniciados a principios de este año y con el apoyo del imperialismo de Trump.
Te podría interesar: Bachelet, los derechos humanos en Venezuela y el llamado al diálogo
Te podría interesar: Bachelet, los derechos humanos en Venezuela y el llamado al diálogo
Esta misma hipocresía de la derecha venezolana también se refleja en el gobierno de Piñera, que en el discurso habla de la importancia de los Derechos Humanos, más aún considerando su debilidad producto de la desaprobación histórica a su mandato, pero en el papel se sigue atacando y vulnerando derechos de profesores y estudiantes, los primeros ya ad portas de la sexta semanas de paro indefinido ante la intransigencia a sus demandas, mientras que los últimos han sido amenazados con el cierre del emblemático en el Instituto Nacional tras aplicar una brutal represión a través de "aula segura", o con políticas represivas con el Control Preventivo Juvenil, o réplicas de municipalidades cercanas al gobierno con propuestas como el "Toque de Queda" a los menores de edad.
El segundo punto a tocar por Piñera fue el de la crisis migratoria, con episodios críticos como los “atochamientos” en Chacalluta, producto tanto de la crisis venezolana como de la reforma migratoria que el gobierno presentó con bombos y platillos con el objetivo de “ordenar la casa”. Las proyecciones del gobierno hablan de aproximadamente unos 300 mil venezolanos, quienes tendrían la intención de llegar a nuestro país.
Varios centenares de personas se encuentran en la frontera entre Perú y Chile esperando el permiso para cruzar, entre ellas muchas mujeres embarazadas y con niños que han debido dormir en la calle, y que buscan regularizar su situación migratoria para poder continuar viaje rumbo a Chile. Son más de 400 personas con pasaporte, más de 250 personas con sólo cédula de identidad y 110 núcleos familiares. varios de los documentos exigidos no son posibles de obtener dada la situación en Venezuela.
Esta situación muestra la hipocresía de Piñera y la derecha chilena, porque mientras hablan frente a la prensa internacional sobre la violación de los derechos humanos, sus políticas migratorias restrictivas y la propia situación de represión e intransigencia frente a las demandas de docentes y estudiantes muestra todo lo contrario.
“El tema de coordinar a futuro cómo enfrentamos una crisis migratoria como la que ha ocurrido y la que va a ocurrir es otro tema que podríamos incorporar a nuestros debates entre la Alianza del Pacífico”, dijo el mandatario. En ese sentido Piñera ha dado un nuevo giro con respecto a la crisis Venezolana, que anteriormente sólo se limitaba a las acciones coordinadas por el Grupo de Lima, creado para enfrentar al gobierno de Maduro, con el objetivo de quitar del poder al régimen chavista, pues sus propias políticas han mostrado contribuir a centenas de personas se encuentren en una situación de critica de abandono e indiferencia.
Te podría interesar: Chile: la calle vuelve a la escena en el segundo Gobierno de Piñera
Te podría interesar: Chile: la calle vuelve a la escena en el segundo Gobierno de Piñera