Durante la mañana de este miércoles, Piñera y Bolsonaro se reunieron para coordinar la ayuda que comprometieron los países del G7 durante la realización de dicha cumbre. Piñera una vez más muestra su subordinación al imperialismo, esta vez con una ayuda irrisoria para las principales potencias del mundo.
Jueves 29 de agosto de 2019
Por alrededor de una hora los presidentes de Chile y Brasil se reunieron para delinear y coordinar las ayudas comprometidas por el G7 en el combate de los incendios en el Amazonía que tanto ha captado la atención mundial.
La reunión, que fue tratada de forma reservada, sirvió para que Piñera y Bolsonaro pudieran conversar sobre cómo concretar el paquete inicial de ayuda (de 20 millones de dólares) que entregarán las principales potencias del mundo.
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Según un comunicado difundido por el gobierno "el presidente Bolsonaro agradeció al presidente Piñera y al pueblo chileno por su ayuda en la lucha contra los incendios en la Amazonía y reconoció el rol importante del Presidente Piñera durante la Cumbre del G7, especialmente en la dimensión de promover aportes bilaterales de cooperación ambiental para combatir los incendios en la Amazonía".
Una vez terminada la reunión Piñera habló con la prensa y enfatizó el discurso bolsonarista sobre la soberanía de la Amazonía brasileña y que lo que se haga ahí es un asunto de Brasil, el resto de los países solo podrían cooperar en la medida que Brasil lo solicite.
Bolsonaro y el capitalismo son culpables de lo que ocurre en la Amazonía.
Como cientos de científicos han planteado, el desastre medioambiental que hoy afecta al Amazonía es ya una catástrofe para el planeta.
Las manifestaciones convocadas, durante la semana pasada, en las embajadas brasileñas de todo el mundo son una demostración de la atención que esta catástrofe está teniendo en diversos países.
Lo que ocurre en Brasil es un desastre que tiene razones identificables y que no se limitan solos a los incendios. Lo que esta ocurriendo allí es una política sistemática del capitalismo por arrasar la mayor cantidad de tierras posibles y volverlos espacios productivos para la industria del agro y la ganadería, políticas que han sido propiciadas por Bolsonaro y que hoy defiende Piñera.
El discurso soberanista de Bolsonaro, ni siquiera se molesta en ocultar el hecho de que para él y sus socios las ganancias están por sobre el daño ambiental que este pueda generar.
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