Ministra Isabel Plá se reúne con fiscal nacional Jorje Abbott en miras de profundizar el castigo, las penas y los juicios por violencia hacia las mujeres. ¿medida parche o así se acabará el machismo?

Catalina Parra Militante de Pan y Rosas y el Partido de Trabajadores Revolucionarios
Jueves 21 de junio de 2018
Durante la mañana del pasado martes, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Isabel Plá (UDI) y el fiscal nacional Jorje Abbott se reunieron para discutir respecto a los últimos hechos de violencia machista que han vivido las mujeres a lo largo del país. En está reunión la ministra Plá aseguró que cada denuncia por violencia en contra de una mujer, “sea una denuncia que amerite una investigación profunda, una persecución muy importante, y ojalá todas terminen en un juicio” esto, ya que generaría “efectos positivos” el hecho de que las denuncias terminen en juicio, siendo supuestamente “menos probable que desista la denuncia por factores de dependencia económica o emocional”. En está línea, la ministra pidió un fiscal preferente para aquellos delitos de femicidios de una “mayor connotación pública”.
Además Isabel Plá, recordó que el gobierno puso en categoría de urgencia dos proyectos con incidencia directa en las sanciones para este tipo de delito: el conocido como Proyecto de Violencia en el Pololeo y el Proyecto de Violencia Integral (que buscaría ampliar la consideración de un femicidio).
¿Crímenes pasionales o violencia machista?
La ministra se refirió a estos delitos con una “connotación social de mucho peso porque se realizan sobre la base de la confianza y el cariño de las personas” y en ningún momento se refirió a que esta violencia, más allá de cuestiones románticas y pasionales, responden a lógicas machistas y misóginas, a la opresión histórica que hemos vivido las mujeres y al rol que ha jugado en esto la iglesia, el Estado, los empresarios y las diversas instituciones desde el conducto que sigue carabineros de Chile ante estos casos, hasta la incidencia en esto de los liceos, colegios y universidades que nos forjan.
Fortalecer el rol castigador del Estado y sus instituciones ¿Termina así el problema?
Vemos que el gobierno y la ministra Plá toman fervientemente la coyuntura nacional, donde la llamada "ola feminista" resuena y genera respuestas por parte del Estado. Esto es una expresión de aquello, sin embargo, la solución que nos otorgan es fortalecer las cadenas, el castigo y la tipificación de los delitos más ampliamente.
Sin bien las denuncias históricamente no han sido escuchadas y por ende, la justicia casi nunca es perpetrada, la violencia machista no se detendrá por golpear más fuerte y con mejor eficiencia a quienes nos violentan cotidianamente. Actuar ante los hechos consumados es importante, pero no es una solución ni un ataque más profundo al origen del problema, ya que la violencia machista, hacia la mujer y la diversidad sexual es sostenida no por las victimas, si no, por un régimen y un sistema que aporta y profundiza día a día la opresión hacia las mujeres. No solo con violencia en el pololeo, o violencia intrafamiliar. También con publicidad sexista, salarios y pensiones de hambre, dificultades para encontrar trabajo y desniveles en sus pagos, la obligación de realizar abortos clandestinos sin derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, delegación a profesiones y oficios feminizados ligados al cuidado niños, ancianos o enfermos, al rubro textil, a la educación y a la cocina, además de una formación en escuelas y universidades profundamente machista, donde se forjan los roles de cada género, los privilegios de los varones y la opresión de las mujeres.
Fortalecer la movilización, sin confianza en el gobierno
Es por esto, que es necesario que el Estado se haga responsable, estructuralmente, del problema de la violencia machista. Y esto no será con "voluntad política" de quienes hoy o mañana gobiernan, ni confiando en bancadas parlamentarias del Frente Amplio, que no vienen organizando ni exigiendo que el Estado se haga cargo, pese a contar con 21 escaños en el parlamento y la dirección política de gran cantidad de federaciones estudiantiles a nivel nacional. Esto sucederá con la fuerza de la movilización del movimiento de mujeres, que viene organizándose y levantando la lucha por una educación no sexista, y en unos días, la marcha por la legalización del aborto libre seguro y gratuito. Es esta fuerza la que debe convertirse en una verdadera oposición, en las calles, al gobierno de Piñera, que sume a miles de personas en esta lucha, sin ninguna confianza en el gobierno que hoy, sonriendo, nos apuñala de frente, lavándose la cara con el feminismo, mientras profundizan el mercado en cada rincón de la sociedad, hasta nuestros cuerpos, secundados por la Iglesia y las instituciones del Estado.