Entrevista realizada a trabajadores de la empresa que provee el personal de maestranza al Hospital Castro Rendón. Son quienes se encargan de la limpieza de todo el hospital y están en la primera línea frente a la pandemia y también garantizan la atención de la salud.
Viernes 24 de julio de 2020 10:21
La precarización laboral está presente en el Hospital Provincial Neuquén, las expectativas de poder tener un trabajo genuino y estable se chocan con la realidad que los empresarios y el Estado les imponen: agravios y contratos basuras es la mayor oferta.
Desde que comenzó la pandemia a los trabajadores de Plaxo los exponen al contagio sin elementos de protección y si reclaman para cuidar su vida, sufren amenazas o directamente despidos. Estos ataques se suman a la situación de que casi todos los meses no les pagan en tiempo y forma sus salarios.
¿En qué condiciones se encuentran trabajando ante la pandemia?
Estamos trabajando con miedo porque faltan elementos de seguridad EPP (equipo de protección personal) pero cuando reclamamos sufrimos persecución laboral por parte de la supervisora.
Los elementos que nos entregan son de muy baja calidad, los barbijos y los camisolines no sirven, la empresa los envía a hacer. Contamos con solo 2 escafandras para todo el personal, cuando nos deberían dar a cada uno y tampoco nos entregan los calzados adecuados para trabajar, hay compañeros que suelen estar 8 horas con los pies mojados.
Contamos con pocos elementos que muchas veces faltan y por eso nos vemos obligados a compartirlos poniendo en riesgo de contagio a nuestros compañeros.
¿Hubo despidos o rebajas salariales durante la cuarentena?
Sí, despidieron trabajadores que tenían contratos eventuales. Estuvieron 3 meses y no les renovaron el contrato a pesar de que hace falta cada vez más personal. Ahora hace poco también despidieron a un compañero que tenía bastante antigüedad. Lo echaron por reclamar que nos hacen cumplir tareas que no nos corresponden.
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¿Cómo es trabajar para Plaxo?
Las condiciones de trabajo son malas, muy precarias, ya que no contamos con comedor, no tenemos vestuarios, ni un lugar para poder descansar. El único lugar que nos dan está en planta baja y es muy pequeño. Somos casi 100 trabajadores entre contenedores y maestranza, pero solo dos personas cavarían ahí y es el lugar que usamos todos los turnos. A los compañeros del turno nocturno se les dificulta aún más porque a la noche no podemos subir al comedor, no tenemos autorización para subir.
Tampoco tenemos ART. Hubo compañeros que se accidentaron y ahí nos enteramos que la empresa pagaba consultas particulares, pero no contábamos con el derecho de ART.
Tenemos también problemas con los aportes. Hubo trabajadoras que perdieron ayudas escolares y estuvieron muchos meses sin cobrar las asignaciones por hijos. Hicimos consultas en ANSES y no figuran nuestros aportes, o sea que la empresa no los está haciendo.
¿Qué dice el sindicato?
El sindicato no hace nada, dejó pasar este último despido del compañero a pesar de que lo que él reclamaba era justo, porque el Hospital nos estaba haciendo cubrir puestos de camilleros con compañeros de maestranza. En vez de tomar personal nuevo nos hacen cumplir tareas para las que no fuimos contratados.
No tenemos el apoyo de ningún delegado del sindicato, le estamos poniendo el cuerpo entre nosotros, somos muy pocos los que nos plantamos porque hay miedo de que nos echen del trabajo
Es necesario construir la mayor unidad entre trabajadores de planta permanente y los trabajadores tercerizados del hospital, así como con trabajadores de otros rubros que sufren las mismas condiciones de precarización, para defender los derechos de quienes se encuentran en la primera línea y sostienen con su trabajo la salud pública.
