Los teléfonos móviles han cambiado mucho en muy pocos años. Tanto es así que se ha pasado de un acceso a Internet lento y tedioso a moverse por aplicaciones para casi todo.
Lunes 28 de noviembre de 2016
Aquí es donde aparece PlayStore, el mercado mundial más conocido por los usuarios de Android, que sigue creciendo con una demanda descomunal.
Google PlayStore es una aplicación creada como Android Market en 2008 y cuyo nombre actual adquirió en 2012. En ese tiempo y hasta la actualidad ha ampliado su mercado de consumo y desarrolladores, con más de medio millón de aplicaciones. Además, PlayStore posee diferentes subcategorías de temática variada, en las que puedes tanto comprar como alquilar o acceder a las demostraciones.
Las mismas son, anteponiendo el prefijo Play: libros, juegos, kiosco, películas y música. Junto a ellas, al igual que su competidora directa, App Store, consta de una clasificación por edades desde 2015, sólo reemplazada por las normas PEGI o ESRB. Así, puede encontrarse sin restricciones de edad; de madurez baja o recomendada para mayores de 6-7 años; de madurez media o para mayores de 12 años; de madurez alta o para mayores de 17 años y sin clasificación.
Aun así, esta aplicación tiene tanto ventajas como inconvenientes, e incluso limitaciones. Uno de sus principales puntos a favor es la evaluación por estrellas, de una hasta cinco, por parte de los usuarios, con lo que es posible hacerse una idea bastante aproximada de la calidad y funcionalidad de la app. A ello se le une el cada vez menor tiempo de espera de descarga, favoreciendo su atractivo en un mundo de prisas.
Como desventaja primordial se encuentra la exclusiva pertenencia a Android, aunque se esté ampliando este campo. Con respecto a las actualizaciones, necesarias por los reajustes a posteriori, y las quejas relacionadas con la falta de espacio, siempre se pueden guardar las aplicaciones en la memoria externa del teléfono, mientras no sean de carácter comunicativo.
En lo referente a la interfaz de PlayStore, destaca el hecho de que cualquiera pueda crear una aplicación y subirla sin dificultad, así como la facilidad en la navegación por la misma. Así, nada más acceder al menú, pueden verse en un golpe de vista cada una de las herramientas: el mostrado, donde se encuentran todas las aplicaciones, ya sean gratuitas o de pago; las aplicaciones en sí mismas; los juegos; la zona de búsqueda y la de descargas.
PlayStore podría considerarse pues una mega-aplicación muy interesante, la cual permite capturas de pantalla, entre sus facetas más actuales. Es el hecho de que tantos desarrolladores quieran estar presentes en ella lo que hace que no quede en la obsolescencia. No es para menos, con el 70% de la recaudación mediante Google Checkout. Todo queda en casa, con alguna reclamación de patentes.
En cuanto a la seguridad, Google no escatima, retirando las aplicaciones dañinas o potencialmente perjudiciales. Para una mayor eficacia, premia a quienes encuentren aquellas que se escapan del encriptamiento, como posibles bugs o errores de sofware, con ofertas relacionadas con la actividad. Aunque hay que aclarar que la suma de aplicaciones que no cumplen con los criterios mínimos tan sólo asciende al 0,15% de total.
En definitiva, PlayStore ha cambiado la forma de ver las descargas y el uso del terminal móvil, del mismo modo que ha acercado a la población aplicaciones a las que de otra forma no se tendría acceso por su elevado precio. Por todo ello, el reconocimiento de esta app y su utilización cotidiana merecen ser tenidas en cuenta como ejemplo de marketing para años venideros. Quién sabe hasta dónde llegaremos.