La Policía Local intensifica los operativos y razzias en las plazas nicoleñas. Jóvenes y pobres en la mira de los Pitufos del intendente Passaglia. Orden y ajuste. Negocios privados con los espacios públicos.
Federico Berg @fedeberg80
Jueves 12 de enero de 2017 09:49
Ser joven y pobre en San Nicolás, como en todo el país, es estar en zona de riesgo. La saturación de las calles y plazas con Policías Locales, conocidos como Pitufos, convierte a los espacios públicos en pasos fronterizos para la juventud: requisas, averiguación de antecedentes, interrogatorios en plena calle, secuestros. Jóvenes y pobres, los sospechosos de siempre.
Vigilar y castigar
Esta saturación apunta a varios frentes. Por un lado, la represión y el control en los espacios públicos garantiza el orden en las calles. Frente a un ajuste brutal descargado por los gobiernos nacional, provincial y también local sobre las espaldas de los trabajadores (con especial saña contra los jóvenes precarizados), queda claro que el Estado planea reprimir duramente cualquier protesta social. El fortalecimiento de las policías abona el terreno para una mayor represión contra quienes salen a luchar por sus derechos: los manteros heridos y detenidos de Once pueden dar cuenta de esto.
Aquí mismo vimos cómo la Policía Local, junto a policías de civil infiltrados, arrestó brutalmente a la militante de Nuevo Encuentro Vanesa Malvinas al finalizar la marcha por #NiUnaMenos del 19 de octubre pasado; la orden de detención había venido desde la Municipalidad. La agrupación de mujeres Pan y Rosas, integrante del Frente de Izquierda, estuvo en la primera fila de la manifestación frente a la comisaría que logró su liberación.
Este fortalecimiento de la policía también sirve, por otra parte, de una forma más directa a los intereses económicos de los empresarios: restringe el libre acceso a lugares que deberían ser de todos.
Espacio público, negocio privado
La avanzada represiva sostiene la privatización de los espacios públicos, como demuestran las fiestas comerciales organizadas con colaboración de la Municipalidad. El gobierno mantiene las calles invadidas por policías para garantizar el lucro privado.
Esta restricción del espacio público obliga a los jóvenes a ponerse en manos de empresarios inescrupulosos, que no dudan en poner vidas en riesgo con tal de aumentar sus ganancias. Es el caso de los dos jóvenes que fallecieron en la tragedia de Arroyo Seco.
Invasión de pitufos
La Policía Local fue creada por el ex gobernador Scioli, a quien los kirchneristas quisieron vender como la alternativa nacional y popular frente a Macri en las últimas elecciones presidenciales. La política de aquél empresario derechista (Scioli, no el otro) fue fundamental para apuntalar la política represiva del gobierno de este empresario derechista (Macri, no el otro). Se recordará que el debut de esta fuerza en San Nicolás fue durante el cierre de la campaña electoral 2015 del kirchnerismo, con desfile incluido.
Los Pitufos vienen a sumarse a las policías que organizan el gran delito: narcotráfico, redes de trata, prostíbulo, juego clandestino. No puede suceder nada ilegal sin el consentimiento de los comisarios. La Comisaría Tercera de San Nicolás es un ejemplo claro de este papel.
Una avanzada a nivel nacional
Este avance del gobierno en la criminalización y persecución a la juventud se expresa en el debate actual sobre la edad de imputabilidad. La posición del gobierno de Cambiemos de bajarla a 14 años cuenta con apoyos políticos importantes: Elisa Carrió, Sergio Massa y su Frente Renovador, Daniel Scioli, y la mismísima Cristina Fernández de Kirchner. El intendente de San Nicolás pertenece, junto a estos dos últimos, al Frente para la Victoria.
Desde la oposición, el referente del PTS y ex candidato presidencial del Frente de Izquierda Nicolás del Caño planteó su oposición “a la baja de la edad de imputabilidad y a la criminalización de la juventud”, y exigió que haya “jornada reducida de trabajo, con un sueldo acorde a la canasta familiar, para que todos los jóvenes puedan terminar sus estudios” además de señalar que para terminar con el delito organizado “hay que desbaratar definitivamente a las mafias que operan desde propio el aparato del Estado”.
En ese sentido es necesario organizarse en los lugares de estudio y trabajo, impulsando asambleas y acciones para defender los derechos y las libertades democráticas. Y también exigiéndole a los centros de estudiantes y a los sindicatos que se opongan firmemente a esta escalada represiva con los métodos de la clase obrera, sin ninguna confianza en el kirchnerismo, el macrismo o cualquier otra variante política de los patrones.
El Partido de los Trabajadores Socialistas propone esta política con el objetivo de construir una fuerza revolucionaria capaz de enfrentarse al capitalismo de conjunto y luchar contra la opresión y la explotación en todas sus formas.