Trabajadores, campesinos, estudiantes y pobladores en general de regiones como Cusco, Moquegua, Tacna, Piura, Chiclayo, entre otras, realizaron masivas movilizaciones en solidaridad con la lucha que viene llevando adelante el pueblo de Puno y que el pasado lunes sufrió la violenta represión militar y policial ordenada por Dina Boluarte, la cual causó la muerte de 17 manifestantes.
Miércoles 11 de enero de 2023
Como se sabe, el pasado lunes 9 de enero miles de manifestantes, sobre todo campesinos y campesinas provenientes de diversas comunidades de la región altiplánica de Puno, fueron brutalmente reprimidos por efectivos de la policía nacional y del ejército, quienes actuaron siguiendo las órdenes de la presidenta Dina Boluarte y del premier Alberto Otárola.
Esta brutal represión causó la muerte de 17 manifestantes, los cuales se suman a los 28 fallecidos durante la primera oleada del levantamiento popular que se inició después que el Congreso depuso – vía un golpe parlamentario - a Pedro Castillo de la presidencia de la República. Es por eso que, a la fecha, el gobierno de Boluarte, en el corto tiempo que lleva al frente del ejecutivo (35 días) ya tiene 45 muertos civiles en su haber, además de cientos de heridos y detenidos, cifras que asemejan el accionar de este gobierno a las más cruentas dictaduras de los años 70. Por esa razón, la misma Fiscalía de la Nación dispuso iniciar investigación preliminar contra la presidenta y su Premier Otárola por delitos de genocidio, homicidio y lesiones graves en las protestas.
Siguiendo esta senda represiva y para enfrentar la lucha del pueblo de Puno, el gobierno ha decretado el toque de queda en esta región, suspendiendo así las garantías mínimas para la libre circulación y la realización de cualquier acto de protesta por parte de la población. Mientras tanto, el Congreso de mayoría derechista, le ha dado su voto de confianza al Premier Otárola y a todo su Consejo de Ministros, con lo cual no hacen más que aprobar y legalizar el accionar de estos funcionarios quienes, junto a la presidenta, son los responsables políticos directos de los 45 muertos que dejó, hasta ahora, la represión policial-militar.
A pesar de todo ello, el accionar represivo del gobierno de Boluarte no ha podido doblegar la voluntad de lucha del pueblo peruano, por eso, en vez de retroceder, los pobladores de diversas regiones del interior del país, se vienen sumando a las protestas sociales, en solidaridad con los muertos y con la lucha del pueblo de Puno y contra el gobierno represor y derechista de Boluarte. Lo cual ha llevado a que entre los manifestantes, la exigencia por la renuncia inmediata de la presidenta, a la cual ahora denominan “Dina asesina”, sea la demanda más importante y coreada en las diferentes acciones de protesta.
En ese entender, el pasado martes 10 de enero se desarrollaron acciones de protesta en regiones como Cusco, Moquegua, Tacna, Piura, Chiclayo, Lambayeque, entre otras, donde la principal demanda fue “fuera Dina Boluarte de la presidenta”. Entre las acciones realizadas por los manifestantes, destacaron masivas movilizaciones, bloqueos de carreteras, vigilias y plantones en las vías públicas. Así mismo, los pobladores, que en la mayoría de los casos se movilizaron de manera espontánea, junto a gremios locales de trabajadores y otros sectores sociales, terminaron aprobando nuevas jornadas de lucha para los próximos días.
Así pues, en Tacna se realizó una multitudinaria movilización, exigiendo la renuncia de Boluarte, además de ello, los manifestantes y diversos gremios locales anunciaron que se sumarán al paro nacional que se inicia el miércoles 11 de enero. En la región Cusco, dirigentes sociales y estudiantes universitarios confirmaron que viajaran a Lima entre el día viernes y sábado para fortalecer las protestas allá, así mismo, en Espinar y Chumbivilcas se reiniciaron las movilizaciones. Por otro lado, en Chiclayo, rondas campesinas y juntas de usuarios realizaron marcha de sacrificio desde la provincia de Lambayeque, mientras que, en simultáneo, organizaciones sociales realizaron plantón y vigilia por los ciudadanos asesinados en Puno. En la norteña ciudad de Piura, también se realizó una nutrida movilización donde los manifestantes exigieron la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
Una vez más, la gran ausente en estas jornadas de lucha fue la CGTP y las otras centrales sindicales del país como el SUTEP o el FENATEP, centrales sindicales que son controladas por sectores de la burocracia sindical vinculados a la izquierda reformista de partidos como el partido comunista, patria roja, el partido socialista o el bloque magisterial. Esta defección de las centrales obreras más importantes del país, está llevando a que la participación de la clase obrera se termine diluyendo entre los manifestantes, perdiendo así cualquier posibilidad de tener hegemonía y dirección en este importante asenso social, lo cual le resta contundencia y limita las perspectivas de las acciones de protesta.
Urge revertir este vacío de dirección para poder concretar una exitosa huelga general que termine con la caída del gobierno de Dina Boluarte y posibilite la implementación de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que nos permita sacarnos de encima, de una vez por todas, este podrido régimen de 1993 que es en el que se sostienen jurídicamente los congresistas, la presidenta y los grandes empresarios. Para ello, sin embargo, es muy importante crear espacios de auto organización de la clase trabajadora, los campesinos, la juventud y los sectores populares desde abajo, y que desde estos espacios podamos confluir en un gran espacio nacional o Comando Nacional de Lucha que nos lleve a articular las diversas iniciativas de los que hoy están luchando.