Finalmente Sánchez e Iglesias llegaron a un acuerdo y Podemos formará parte del gobierno de Castilla-La Mancha junto al PSOE, un "pacto progresista" que aún debe ser ratificado por la militancia.
Lunes 17 de julio de 2017
Según confirmó hace varios días el Secretario General de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, la formación morada entrará a formar parte del gobierno regional junto al PSOE. Lo hará ocupando la vicepresidencia y un cargo en la Comisión de Garantías.
Fue una llamada telefónica entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias lo que puso fin a una situación crítica para los socialistas, la falta de apoyo de la formación morada a los presupuestos regionales de García Page, porque "mantienen políticas heredadas del anterior Gobierno, recortes y externalizaciones", abría la posibilidad de tener que recurrir a unas nuevas elecciones. Ahora sin ningún cambio sustancial en las propuestas, se posicionan a favor para entrar a un gobierno en común.
Podría decirse que es el primer punto de encuentro efectivo entre un Podemos que viene tendiéndole la mano al PSOE desde las pasadas elecciones y un PSOE que después de la derrota de Susana Díaz en las primarias anteriores, se propone dar un tímido "giro a la izquierda" para situarse como alternativa y oposición al Partido Popular.
Pablo Iglesias ha felicitado el acuerdo con el que espera demostrar que son una fuerza política capaz de gobernar, aunque eso implique hacerlo en común con uno de los partidos pilares del Régimen del 78, los mismos que no tuvieron reparos en cambiar forma exprés el artículo 135 de la Constitución española, donde los gobiernos se comprometen a pagar la deuda antes que las prestaciones sociales, y aplicar la contrarreforma laboral que aplicaba las externalizaciones y la temporalidad.
A quienes ayer llamaban “casta“, hoy se convierten en su socio preferencial, un hecho que en Castilla-La Mancha se materializa en este posible acuerdo de gobierno que ahora incluye en los presupuestos algunas pocas medidas sociales, todavía muy insuficientes, como la reducción del presupuesto público para escuelas concertadas, pero sigue manteniendo la mayor parte de las medidas anteriores.
Sin embargo, los Anticapitalistas, han mostrado su oposición. Así lo ha expresado Teresa Rodríguez, manteniendo que “Ni muerta entraría en un gobierno con el PSOE“. Miguel Urbán también ha planteado su oposición porque, según dijo, "va en contra de lo votado en el Vista Alegre 2" y "les subalterniza al PSOE", cuestionando simplemente la posición en minoría en la que se desarrolla el acuerdo.
Lo que no cuestionan es el hecho de pactar con los socialistas, y menos aun la “subalternalizacion“, o adaptación e integracion al régimen de la formacion morada y su perspectiva de una gestion humanitaria del capitalismo, manteniendo firmemente su apuesta de “regenerar las instituciones“, algo del todo imposible de la mano con quienes se han situado como uno de los principales partídos cómplices de corrupción y empobrecimiento del conjunto de la clase trabajadora.
A día de hoy, Anticapitalistas, cuestionando el acuerdo más por las cifras que por el contenido, todavía no han planteado su posición en el caso de que la consulta interna en el partido sobre el acuerdo realizado, salga a favor
Si algo pone en evidencia esta voluntad de pacto es la intención de seguir aceptando todas las oportunidades para integrarse, como flanco izquierdo, al bloque constitucionalista que hoy constituyen desde PP hasta el PSOE, incluyendo a Ciudadanos, además de la voluntad de presentarse como posible candidatos a gobierno, ganando la confianza de los socialistas.