La niebla ahora quiere separarse del espejo/ Y yo la veo fluir impertérrito/ Hubo un tiempo de mujeres y de hombres/ Y un enorme alzamiento que hizo temblar la tierra...
Viernes 1ro de noviembre de 2019 17:49
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La niebla ahora quiere separarse del espejo
Y yo la veo fluir impertérrito
Hubo un tiempo de mujeres y de hombres
Y un enorme alzamiento que hizo temblar la tierra...
Así tal vez, todo debiera ser arrasado nuevamente
Para poder encontrarte a solas
Hubo una hora de sol
Que ya se ha ido
Un rayo de luz
En un cielo del Greco
Y vos
Una “Perséfone Ferrarese”
Te apareciste por allí
Como Juancho por su casa
Hubo una hora de sol
Donde todo aquello sucedió
Sin casi haber sucedido
En una tierra
Que nos fue concedida para construir
Los cimientos de una amistad exquisita
Una vez estuvimos juntos
Y un pajarillo cantó desde temprano
Anunciándonos las horas
Yo pensé que el emplumado era Mercurio
Mientras vos sonriendo, te atrevías a llamarme Zeus...
(Haberse visto mayor falta de respeto
Habrían comentado mis mayores)
Compartimos un momento...
Esa ha sido nuestra paga
El tiempo lo ha visto
En el tiempo sucedió
Y no eramos más que cuatro ojos
Oscuros
Que se observaban
Midiéndose desconfiados
Entonces mi osamenta maltratada
Y sufriente
Apenas lograba mantenerse en pie
(A fuerza de pastillas)
Y vos mordiéndote aún las heridas
De una reciente batalla
Te decías frágil de una fragilidad
Que yo no comprendí
(Y sobre la cual no quise hacer demasiadas preguntas)
Yo sentía en tu timidez una tremenda fortaleza
Que enarbolabas con estudiada soberbia
Para cerrarte como un erizo
A todo acercamiento verdadero
Intelectual
Amoroso
Y por su propia (noble) ley
Imposible
Por un tiempo
(Que fue todo el tiempo)
Me aferré como a un palenque
A tu deseo casi maníaco de sentirte admirada
“La mujer más deseada del mundo”
Y de gozar tu desenvoltura
No dejó de maravillarme
Lo bien que estábamos juntos
La osadía siempre desafiante de nuestros amplexos
El saber que contigo no abría mengua
Que podíamos seguir amándonos
Por el resto del tiempo que nos resta
Finalmente se mostró sobre una antena
El pájaro cantor
Vimos en el río un pescador
Que midió con un palmo
Su Cristo recién arrancado del agua...
Nos prometimos entonces
Compartir infinitas excursiones
Y mirar el agua hasta inundarnos los ojos
Declaré solemnemente
(Con mi habitual ironía)
Que yo no deseaba otra cosa
Que vivir de la caza y de la pesca
Que esa era
De momento
Mi mayor ambición...
Que desde niño fui cazador
Que aprendí en el campo a observar los pastos
A seguir los rastros, a hacer de cualquier cosa un arma
A encender el fuego, a devorar la presa...
El tiempo por caprichoso
Suele ir hacia adelante
Pero muchas veces, va para atrás
Se enrosca y retrocede como una serpiente
Que luego de haberse lanzado
(Con o sin suceso)
Logra trazar un meridiano en la tierra
La primera prueba
De un aún no definido
Número de pruebas a superar
Ya se ha cumplido
(Mal)
Según tu juicio implacable
Muy mal
Pésimamente
Reprobado por plebeyo
Y por grosero machirulo y trosko
(La peor de todas las ofensas)
Quien así razona
No puede no estar loco...
(No fui yo quien se lo dijo)
Me lo estuvo diciendo Erasmo
En su librito, en estos días
Y ya me ha casi convencido...
¿Sin la benignidad de la locura
Y del amoroso abandono
A qué momento feliz
A cuál miserable apaciguamiento
Podremos todavía aspirar
En estos cuatro días
(Locos)
Que nos quedan por vivir?
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