En un acto en la Universidad Nacional del Oeste, la ex presidenta cargó contra el gobierno de Javier Milei aprovechando el cruce que viene sosteniendo con este en los últimos días y mientras siguen su curso las internas en el peronismo. Mucha polarización pero ninguna alternativa clara al gobierno de ajuste llevado adelante por el libertario. Ni hablar de enfrentarlo en las calles. Para quién fuera compañera de fórmula de Alberto Fernández se trata de seguir bajo la bota del FMI y pagar la maldita deuda.
Diego Iung @IungDiego
Viernes 13 de septiembre 22:00
La ex presidenta y vicepresidenta continuó el cruce discursivo que viene sosteniendo con Javier Milei en los últimos días, luego de que esta publicara una carta pública titulada “Es la economía bimonetaria, estúpido” y que fuera respondida por el Presidente en apariciones públicas, así como en cruces de tuits de uno y otro lado. En esta ocasión lo hizo en un acto o “clase magistral” del mismo formato de las que viene realizando en el último año.
Allí, Cristina Kirchner aprovechó para intentar polarizar con el gobierno actual, discutiendo las concepciones económicas de este y también ciertas definiciones históricas del Presidente, como la insólita reivindicación de la Argentina oligárquica bajo el gobierno del genocida Roca. También y como es costumbre, volvió a reivindicar sus gestiones como presidenta, aunque evitó hacerse cargo de los cuatro últimos años en los que fue vicepresidenta, acompañando en la fórmula a un Alberto Fernández designado por ella misma.
Entre chicanas y elementos políticos, la ex presidente trató a Javier Milei de “lunático” y buscó reubicarse en la escena política en momentos en que sigue su curso una crisis importante en el conjunto del peronismo, sin liderazgo claro y donde casi cotidianamente surgen declaraciones cruzadas entre distintos sectores, incluso cuestionando el hasta hace poco indiscutible liderazgo de la ex presidenta. Destacadas fueron las palabras de Mayans, hasta entonces muy ligado a Cristina, cuando se preguntó “¿Qué hacemos con los que pusieron a Alberto de Presidente del partido?”.
En esa sintonía ubicó su mención a la represión a los jubilados o su felicitación a los diputados que votaron la ley de financiamiento universitario que el gobierno se apresta a vetar. También su saludo a sectores de la militancia juvenil del peronismo por haber ganado algunos centros de estudiantes en la Universidad de Buenos Aires.
También, en plena interna, aprovechó para retomar un cruce parcial con la dirigencia de la CGT al afirmar que “La Asignación Familiar o la Asignación Universal por Hijo es muy distributiva, es por hijo. Es una de las políticas más distributivas. Esperemos que eso pueda ser planteado por la CGT, que no sea un movimiento táctico. Que dejemos los movimientos tácticos ¿Por qué digo esto de la CGT? (...) Aunque conservamos la tasa de sindicalización más alta de Latinoamérica, ha surgido un mundo informal (...) No podemos hacer como la avestruz, meter la cabeza en el hoyo”. Sin embargo, mientras le tira el fardo a la CGT -cuya conducción se ha desentendido de forma persistente de la grave situación de los trabajadores desocupados e informales- la propia Cristina y el conjunto de los gobiernos kirchneristas tienen una responsabilidad fundamental en el desarrollo de estas formas de trabajo precarizadas, con el impulso de distintos convenios flexibilizadores. Incluso en el último gobierno peronista que culminó el año pasado, hubo un crecimiento de pobreza. Efectivamente Cristina “mete la cabeza en el hoyo” y no da respuesta acerca de la impotencia de sus gobiernos para dar solución a estos problemas estructurales. Por el contrario, sigue sin poner sobre la mesa ningún plan alternativo que contemple revertir esta situación. Como volveremos más adelante, sus prioridades siguen centradas en el pago de la maldita deuda externa.
Inflación: “Largue la escuela austríaca, cace el manual argentino y siéntese a administrar el país”
La ex presidenta habló sobre la inflación y la deuda. “Milei habla de rezago de la inflación, que tiene un rezago de 18 a 24 meses. Le disculpo, pero él no tiene un plan de estabilización”, afirmó. La ex mandataria comparó la situación actual con el Plan Austral de 1985, señalando que en ese entonces la inflación, que estaba en torno al 28-30% mensual, se disminuyó al 5-6% al mes siguiente de su implementación, subrayando que el control de la inflación requiere medidas concretas, no teorías.
Cristina Fernández cuestionó la visión monetarista del Gobierno y dijo "la novedad más grande de estos nueves que nació la criatura y el padre se dio cuenta que las ideas que traían los austríacos y no sé quienes más, chocaron con la pared de la Argentina. Lo sigue afirmando que en realidad es una burrada, pero su ministro de Economía dice que no pueden devaluar, que es lo que pide el FMI, porque sino impactaría en los precios. ¿Cómo? ¿No era que la inflación era como dice Milton Friedman, un fenómeno exclusivamente monetario. Mire presidente, lárguelo a Friedman, largue la escuela austríaca, cace el manual argentino y por favor siéntese a administrar el país". El Gobierno se jacta que en estos meses bajó la inflación, pero en agosto subió a 4,2% como confirmó esta semana el Indec.
La inflación es un fenómeno complejo que responde a un conjunto de causas que se retroalimentan donde la debilidad del signo monetario local y el estrangulamiento externo recurrente son claves para entender el problema inflacionario en el país, que no se explica solo por déficit y emisión como dice el Gobierno. El Frente de Todos fracasó en contener los precios y la inflación se aceleró durante su mandato, así el Índice de precios al consumidor saltó de 52,1% (herencia macrista) en noviembre de 2019 interanual a 160,9% en el mismo mes de 2023 interanual, según datos del Indec.
Escasez de dólares y deuda: ¿hay que pagar las estafas?
En sintonía con el texto publicado el viernes pasado, la expresidenta insistió que la crisis económica se explica por la economía bimonetaria y la falta de dólares agravada por la deuda. "En febrero advertíamos que el problema no era ese, sino la economía bimonetaria, la escasez de dólares y cuando el país está endeudado en dólares, sobre todo desde el macrismo y el regreso del FMI", afirmó Fernández.
Pero también elogió a Milei al decir "le reconozco una cosas: logró que saque a este señor Valdés, que parece no ser muy amigo de la Argentina. Me hubiera gustado que ese empeño lo tuvieran otros... pero dejémoslo ahí", sostuvo la ex mandataria en referencia a la negociación con el Fondo durante el gobierno anterior como si ella no hubiese avalado esa renegociación.
Cristina Fernández sugirió que “también sería bueno que advierta que no se trata de habilitar el tramo de préstamos que le habían habilitado a Macri, para pagar deuda, porque estaríamos en lo mismo. Yo aprovecharía ese ímpetu para lograr tener un esquema de vencimientos que sean compatibles con la capacidad de pago del país. No no pagar, nadie habla de no pagar. Y reclamar la eliminación de sobretasas”. Una vez más la ex mandataria insiste con honrar una deuda ilegal.
En el país en cada ciclo de endeudamiento los gobiernos tomaron más deuda para saldar intereses y capital previos, hasta que el cambio en la coyuntura internacional u otros factores (como una sequía) llevaron a los acreedores a tener más prevenciones con la deuda Argentina, volviendo la deuda impagable y llevando a crisis de deuda y de balanza de pagos.
Cristina Fernández se jactó de ser “pagadores seriales”, y así fue. Durante los dos gobiernos se pagaron U$S 200.000 millones de deuda pública, pero la misma siguió creciendo. Millones de recursos se destinaron a los especuladores y al capital financiero. Pero se avaló una estafa. La deuda pegó un salto con la dictadura, hay un fallo del juez Jorge Ballestero sobre el carácter ilegal, ilegítimo y fraudulento de esa deuda: se comprobaron 470 ilícitos, entre ellos la nacionalización, durante la dictadura, de la deuda privada en beneficio de la familia Macri, Renault, Pérez Companc, Bridas de la familia Bulgheroni, Pescarmona, Ford y muchas otras empresas. Cada renegociación de deuda reportó enormes ganancias para el capital financiero. Como señaló Éric Toussaint, portavoz del Comité por la Abolición de las deudas ilegítimas (CADTM), se trata de una deuda odiosa, y hay que repudiarla.
Queda claro, luego de esta nueva “clase magistral”, que para Cristina Kirchner no se trata de aprovechar la creciente polarización social y el pase de sectores cada vez más amplios a la oposición contra este gobierno para salir a enfrentarlo a las calles. Tampoco para atacar las causas de fondo que dieron como resultado el crecimiento de esta ultraderecha que hace ya nueve meses se encuentra al frente del ejecutivo. Lejos de eso, estas apariciones de quién fuera dos veces presidenta parecen apuntar a jugar dentro de la interna del partido justicialista de cara al año próximo. Mientras, el ajuste sigue su curso, con su consecuente saldo de desocupación, pobreza y hambre. De lo que se trata es de organizar la bronca para derrotar en las calles el conjunto de este plan reaccionario hacia las grandes mayorías.