En el marco de la crisis por el Covid-19 las centrales sindicales oficialistas se han
pronunciado por la cancelación de la marcha del Día del Trabajo.
Martes 31 de marzo de 2020
La dirigencia nacional del Congreso del Trabajo (CT) anunció su decisión de cancelar el "desfile conmemorativo del Día del Trabajo" en el marco de la crisis sanitaria por el Covid-19 y el llamado del gobierno a reducir al mínimo la concentración de personas.
En lo que respecta a la Unión Nacional de Trabajadores, en algunos estados de la
República ésta ha emitido pronunciamientos en el mismo sentido, aunque falta confirmar si esa decisión aplica también para la movilización en la Ciudad de México.
Y pese a que otros sindicatos u organizaciones como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación no se han pronunciado al respecto pareciera que este Primero de Mayo no veremos la tradicional jornada de movilización por el Día del Trabajo.
Un día de protesta
Desde hace muchos años, en nuestro país, la movilización del Primero de Mayo se ha
dividido entre el desfile oficialista, a cargo de las grandes centrales sindicales heredadas del el priato, y que, en diversas ocasiones -luego de la primera caída del PRI del gobierno federal en el 2000- han optado por concentraciones y actos en espacios cerrados y cuando convocan a sus afiliados a marchar, lo hacen desde muy temprano evitando el contacto de sus bases con las del sindicalismo "opositor". Es un "desfile" cuya característica es el acarreo corporativo en el que a los trabajadores se les condiciona su asistencia con la entrega de uniformes deportivos, préstamos, ascensos etc.
Todo ello, le da una aspecto de profundo desánimo por parte de la base trabajadora, y, junto a demás vicios del sindicalismo burocrático y golpeador, ha mermado a lo largo de los años la continuidad de las mejores tradiciones del movimiento obrero.
Por otro lado, los sindicatos que se reivindican democráticos y combativos acostumbran a movilizarse algunas horas después, sin que logren, algunos de los dirigentes, dejar del todo muchos de los vicios heredados y aprendidos del viejo oficialismo pero que, con una participación más aguerrida de la base, tiende a ser un buen termómetro del ánimo social entre algunos de los sectores de vanguardia de la clase obrera mexicana.
Con todo ello no podemos olvidar que la movilización del primero de mayo es parte de una larga tradición combativa del movimiento obrero por conquistar la jornada de ocho horas allá por el año de 1886 que, con métodos como la huelga y la movilización en las calles, arrebató a la patronal esa conquista histórica. Una lección que muchas centrales y organizaciones obreras no deberían olvidar.
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Charrismo sindical
En el marco de la decisión de cancelar la movilización de este año, el pasado 25 de marzo, las dirigencias charras de la Confederación de Trabajadores de México y el Congreso del Trabajo, con Víctor Flores y Reyes Soberanis a la cabeza, emitieron un pronunciamiento conjunto llamando a un "Gran Acuerdo Nacional" entre esas centrales sindicales, el gobierno y la patronal, en el cual "con diálogo y responsabilidad institucional [se preserve] la paz laboral y la estabilidad económica" para "afrontar" así la crisis sanitaria y económica.
El llamado a la "responsabilidad institucional" en beneficio de la "paz laboral" es un
eufemismo para no decir que, para estos burócratas, el beneficio de los patrones y sus intereses económicos están por encima del derecho de los trabajadores por salarios dignos y mejores condiciones de vida.
Mantener la "paz laboral" no es otra cosa que buscar controlar y desactivar todo intento de los trabajadores de luchar y organizarse.
Mantener la "paz laboral" no es otra cosa que buscar controlar y desactivar todo intento de los trabajadores de luchar y organizarse.
El recordatorio que hace el sindicalismo oficial sobre los largos años de “paz laboral” no es casualidad. En el marco de la profunda crisis económica que todo indica se está desarrollando conforme se alarga en el tiempo la expansión del Covid-19, más que nunca los grandes empresarios y el imperialismo necesitan reforzar las cadenas que por largo tiempo han mantenido a raya al movimiento obrero, en ese sentido, reforzar el control sobre los sindicatos es una tarea prioritaria para el gobierno pero la "paz laboral" que impulsan los charros, la patronal y el gobierno, se opone por el vértice a la necesidad de la clase obrera de organizarse con independencia política.
Nuestras vidas valen más que sus ganancias
Frente al enorme reto que representa la pandemia por el Covid-19 y el intento del gobierno y los grandes empresarios por cargar el costo de la crisis a los bolsillos de los trabajadores en La Izquierda Diario pensamos que los trabajadores debemos pasar a la ofensiva y conquistar un plan integral que, en lugar de administrar la crisis en beneficio
de los empresarios, reoriente toda la industria, la capacidad técnica, el ingenio humano y el conocimiento científico para garantizar que los trabajadores y los sectores populares estemos en mejores condiciones para enfrentar la pandemia.
El llamado a no salir de casa y a extremar medidas sanitarias no debemos entenderlo desde una perspectiva individualista que nos aleje unos de otros. El alejamiento físico no puede ser sinónimo de alejamiento social. Para ello debemos potenciar toda iniciativa que desde las redes sociales nos ayude a organizarnos frente a los despidos y por conquistar un piso mínimo de condiciones dignas para afrontar la crisis. Invitamos a todos los trabajadores, los jóvenes y las mujeres a utilizar nuestras páginas como una gran tribuna de denuncia y para organizarnos para que el movimiento obrero pase a la ofensiva.
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