El gobierno de la Provincia de Buenos Aires comunicó a los gremios la decisión de otorgar un aumento salarial del 25% que fue rechazado por insuficiente. Se consolida una pérdida salarial de 18,65 puntos en 2023. El 24 de enero sobran los motivos para parar y movilizar.
Martes 16 de enero 20:30
El gobierno de la Provincia de Buenos Aires le comunicó a los gremios estatales, judiciales y docentes la decisión de otorgar un aumento salarial del 25%, sobre los salarios de diciembre de 2023. Fue rechazado por todos los sindicatos del sector, por considerarlo insuficiente, saldrá por decreto.
Este 25% tiene dos componentes, un 15% corresponde a diciembre, para cerrar de esa manera la paritaria 2023 y el 10% restante al mes de enero, como adelanto de la paritaria 2024. A pesar que un tramo corresponde a diciembre, no habrá retroactivo. Se computará con los salarios de enero, a percibirse en el mes de febrero.
Luego de la mega devaluación de Caputo y la inflación que esa medida incrementó (a los índices inflacionarios ya elevadísimos del gobierno anterior), el gobierno de Axel Kicillof convocó a los Gremios el pasado 9 de enero a una reunión paritaria, en la que no hubo oferta alguna. Y comenzaron a circular versiones sobre una supuesta reducción de la jornada laboral, volviendo atrás con la contrarreforma reaccionaria que el mismo Kicillof impuso desde la pandemia, ministerio por ministerio ampliando las horas de trabajo. Nada de esto se confirmó y en el día de hoy el Gobierno anunció en forma unilateral un aumento que se encuentra muy por detrás del impacto que la inflación acumulada está teniendo en los bolsillos empobrecidos de estatales, docentes, trabajadores de la salud.
Con el monto anunciado en el día de hoy el aumento salarial acumulado (en múltiples cuotas) durante el 2023 fue del 153%, mientras la inflación del mismo período alcanzó el récord de 211,4%. De esta manera la pérdida del poder de compra de los salarios estatales fue del 18,65% en UN año.
Las conducciones sindicales atadas a Kicillof
La situación se agravó con la devaluación de Milei y su plan motosierra. Y el DNU junto con la Ley Ómnibus pretenden empeorar aún más la realidad de millones de familias trabajadoras, con tarifazos, anulación de derechos laborales, privatizaciones y despidos, entre otras medidas de ataque y ajuste de magnitudes históricas.
Pero la pobreza de los trabajadores de la provincia no nació de un repollo, es la consecuencia de que los gremios hayan aceptado durante estos 4 años, sobre todo en 2023, paritarias a la baja, el crecimiento de la precarización y el desfinanciamiento de la salud, la educación, la vivienda y la ayuda social.
Sin el 25% de inflación de diciembre (que es responsabilidad de Milei y su plan de guerra), ya los estatales veníamos perdiendo con el gobierno de Kicillof y el Frente de Todos. Con una inflación acumulada a noviembre del 148,2%, el aumento salarial acumulado había sido apenas del 120%, y no logramos recuperar los casi 30 puntos que perdimos bajo el gobierno de Vidal.
A esto se suma que la paritaria cierra sin ningún compromiso de pase a planta de los miles de trabajadores precarios que tiene la PBA entre becarios, contratados, monotributistas y temporarios transitorios. Y el Gobernador Kicillof basa su estrategia de financiamiento de la provincia en nuevo endeudamiento y un esquema impositivo completamente regresivo.
A su vez, la mayoría de los trabajadores de la educación se ven obligados a trabajar doble y hasta triple cargo para poder llegar a fin de mes. Los dirigentes de Suteba, con Baradel a la cabeza, y de otros gremios como ATE, siguen sin llamar a asambleas y plenarios y se juegan a espacios de “reuniones multisectoriales promovidas por intendentes y funcionarios del gobierno provincial, como forma de mostrar un bloque sindical, social y político detrás de Kicillof. Esta subordinación política de todos los gremios al gobernador bonaerense, es lo que desarma a los trabajadores y trabajadoras para enfrentar organizados y desde abajo, de manera independiente y con nuestros propios métodos de democracia directa, el ataque que están descargando sobre las mayorías trabajadoras del país.
Política. Multisectorial de la CTA y la UTEP: los sindicatos detrás de Kicillof
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Lo que necesitamos son verdaderas asambleas, plenarios, instancias de coordinación entre ocupados, desocupados, precarios y efectivos, estatales y privados. Para acumular fuerzas, junto a la juventud, el movimiento de mujeres y de la diversidad sexual, las asambleas y cacerolazos que se propagaron durante todo el mes de enero en las principales ciudades de la provincia, para poder discutir de manera democrática un plan de lucha hasta derrotar el ajuste.
Este 24 de enero sobran los motivos para parar y movilizar
A la situación salarial y de trabajo sin derechos de los estatales de la PBA se le suma la embestida de Milei contra los estatales nacionales con cierre de áreas, congelamiento salarial y miles de despidos como parte de su plan motosierra. Sabemos que el DNU y la Ley ómnibus implicarán un ataque sin precedentes a las condiciones de vida y de trabajo de las mayorías obreras y populares en favor de los dueños de todas las cosas, los grandes grupos empresarios del campo y la ciudad.
Por eso este 24 de enero tenemos que hacer activo el paro convocado por la CGT y las CTA`s, hay que hacer asambleas en los lugares de trabajo para organizar la mayor movilización posible y, desde ahora, discutir la continuidad del plan de lucha hasta que el DNU y la LO caigan.
Nuestros sindicatos tienen que ponerse a la cabeza de organizar la lucha, convocar a plenarios de delegados y activistas para discutir cómo movilizamos el 24 y cómo la seguimos, pero si no lo hacen tenemos que hacerlo nosotros, desde cada lugar de trabajo, coordinando con todos los sectores en lucha como las asambleas de los cacerolazos, el Colectivo Unidos por la cultura, los estatales en lucha contra los despidos, los y las compañeras de la salud.
¡No hay tiempo que perder! Tenemos que organizar la fuerza desde abajo para responder a este ataque y pasar a la contraofensiva por todos nuestros derechos.