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Red Internacional
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Panorama Económico. Por la debacle económica y el ajuste, la desocupación sube a 9,6 %

El desempleo pasó en un año de 8,7 % a 9,6 %. Esto representa alrededor de 250 mil personas desocupadas más respecto del segundo trimestre de 2017.

Esteban Mercatante @EMercatante

Viernes 21 de septiembre de 2018

El frenazo y caída de la actividad económica que se viene registrando cada vez más fuerte desde abril, de acuerdo a distintos indicadores que se van conociendo, se observó también en el registro del desempleo para el segundo trimestre del año. La tasa fue de 9,6 %, cuando en igual período de 2017 era de 8,7 %. Este aumento de casi un punto porcentual, significa alrededor de 250 mil personas desocupadas más en un año.

En el Gran Buenos Aires la tasa de desempleo alcanza los dos dígitos (es de 11,4 %, y sólo en los Partidos del GBA llega a 12,4 %), lo mismo que ocurre en varias ciudades del país.

Consultado por La Izquierda Diario, Martín Kalos, director de Epyca Consultores, señaló que en el segundo trimestre "empieza a notarse un deterioro laboral por el comienzo de la crisis".

Aumenta la búsqueda de empleo

Al mismo tiempo que aumentó el desempleo, también aumentó la tasa de empleo, es decir el porcentaje de la Población Económicamente Activa (PEA) que tiene trabajo. Esta pasó del 41,5 % al 41,9 %.

Lo que ocurre es que, al mismo tiempo, creció la tasa de actividad. Esto significa que la PEA aumentó como porcentaje de la población total: son más los que trabajan o buscan trabajo (pasaron de 45,4 % a 46,4 %), y eso explica que se hayan elevado de forma simultánea la tasa de empleo y la de desempleo.

Este comportamiento es típico de las situaciones en las que se deterioran los ingresos: los miembros inactivos del grupo familiar, es decir jóvenes que estudian y no trabajan, o quienes realizan tareas domésticas no remuneradas, mujeres en casi todos los casos, deben salir a buscar empleo para sumar recursos a los hogares.

"Sale a buscar trabajo una cantidad de población que busca compensar la pérdida de ingresos o el miedo a perder ingreso", observa Kalos, y por eso aumenta la tasa de actividad.

Desde 2014 para acá, las remuneraciones promedio vienen registrando un fuerte deterioro (cayeron en los años pares y en los impares recuperaron sólo una parte de lo perdido), mientras que los ingresos como asignaciones familiares o jubilaciones también vienen perdiendo contra la inflación, eso explica la mayor búsqueda de empleo.

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Más informalidad y cuentapropismo

Extrapolando al conjunto de la población nacional, el incremento en la tasa de empleo que informó ayer el Indec arepresenta un crecimiento de 400 mil ocupados.

Sin embargo, esto no significa un crecimiento del empleo registrado. Por el contrario, y tal como viene mostrando el ex ministerio de Trabajo, degradado a Secretaría, el empleo registrado viene en caída. Lo que aumenta es el empleo no registrado (es decir la relación de dependencia en condiciones de informalidad), y el cuentapropismo.

De acuerdo a Daniel Schteingart, analizando el informe del Indec, entre el segundo trimestre de 2017 e igual período de este año, el empleo asalariado formal cayó en 2.894 puestos. El empleo informal se incrementó en 89.025, y el cuentrapropismo en 312.257. "En consecuencia, el mercado laboral hoy es más precario. En el 2do trimestre de 2017, de cada 100 trabajadores, 50 eran asalariados en blanco. Un año más tarde, esa cifra cayó a 49", concluye.

Las mujeres, con más desempleo

Es el las mujeres donde se registra un mayor aumento del desempleo, aunque también del empleo. Es que, como observa Kalos, son "sobre todo mujeres jóvenes" las que salen a buscar trabajo "y no lo encuentran".

La tasa de desempleo para las mujeres pasó de 9,5 % a 10,8 %, mientras que para los varones pasó de 8,2 % a 8,7 %. Pero para las mujeres de 14 a 29 años fue de 21,5 % (contra 19,8 % de un año atrás), mientras que para los varones fue de 17,3 % (en 2017 llegaba a 15,4 %).

Apenas los primeros impactos de la crisis

El deterioro del empleo que refleja el Indec, es apenas una foto de los comienzos de la crisis. Aunque esta comenzó a finales de abril, y ya desde ese mes se observa un deterioro de la actividad económica (que se se refuerza por el impacto de la sequía en el agro), es a partir de junio sobre todo que el descalabro creado por la corrida cambiaria, ante la cual el Banco Central elevó las tasas de interés a niveles astronómicos (hoy la tasa de referencia de la política económica está en 60 %) y el gobierno reforzó los recortes fiscales, frenó aún más la obra pública etc.

Si sumamos el impacto de los cuadernos de Centeno, que terminaron de hundir la perspectiva de que la Participación Público Privada tomara la posta de las obras de infraestructura, el panorama a partir del tercer trimestre es de un salto aún mayor de la desocupación.

La debacle de la economía macrista y el presupuesto de ajuste para enviar señales a los acreedores, empuja de forma acelerada a la desocupación hacia los dos dígitos. Ya el panorama no es sólo pérdida de poder adquisitivo por la inflación y los tarifazos, sino del empleo. Es necesario enfrentar con todo este plan de guerra.