El año pasado, la #HuelgaFeminista del 8M marcó una jornada histórica en la que cientos de miles de mujeres jóvenes jugaron un rol central a la hora de “pararlo todo”. Este 8M es una nueva cita para la generación más joven del movimiento de mujeres que ha llenado las calles.
Lunes 4 de marzo de 2019
En las asambleas feministas de nuestros institutos, facultades, barrios, hablando con las compañeras del trabajo, en organizaciones de mujeres, en las asambleas de 8M, la juventud está presente y tiene muchos motivos para salir a la huelga.
El 8M de 2018 tuvo algo extraordinario. La huelga de mujeres se transformó en un canal masivo para la expresión de un profundo descontento social, especialmente entre los sectores que han sido más afectados por la última década de crisis y recortes: las mujeres, la clase trabajadora y la juventud. Este año, la movilización promete ser aún mayor. Toda una huelga internacional de mujeres que muestra que “si nos movilizamos, paramos el mundo”.
Para este 8M se conocen 602 movilizaciones feministas en el Estado Español, 25 acciones en la noche hacia el 8M, 184 manifestaciones, 98 concentraciones, 129 actos reivindicativos y hasta 161 espacios de encuentro, mesas y paneles informativos.
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https://t.co/3wvp1euKlm Gracias @IreIrenuka y @EstudiaPrecario de @ElSalto_Rioja por el trabajazo!
Vamos #HaciaLaHuelgaFeminista compañeras!— 8M (@HuelgaFeminista) 4 de marzo de 2019
En las universidades, las mujeres son el 58% de las estudiantes, pero sólo el 22% de las catedráticas, enfrentando la subida de las tasas, el trabajo no pago mediante becas y los contenidos patriarcales de las asignaturas. Las estudiantes y sus compañeros de clase saben que cuando terminen los estudios difícilmente podrán conseguir empleo, ya que el paro juvenil sigue siendo alto, o terminan ocupando los trabajos más precarios. Mientras, decenas de miles de estudiantes abandonan cada año sus estudios por no poder seguir pagándolos.
En los institutos, los precios de las FP siguen aumentando al tiempo que siguen siendo un caladero de horas de trabajo gratis a modo de prácticas para la patronal, así mismo, la Religión y sus valores patriarcales y LGBTIfóbicos entran por la puerta y la educación sexual sale por la ventana.
Mientras el derecho al aborto libre y gratuito sigue restringido para menores de 18 años por la necesidad de consentimiento paternos y para las migrantes por las reformas sanitarias, la educación sexual integral sigue siendo casi inexistente en las aulas y cuando se hace, se imparte bajo patrones heteronormativos, al tiempo que la transexualidad sigue patologizada.
Nos parece importante que la juventud estudiantil se posicione contra las violencias machista y la expresión del patriarcado dentro y fuera de las aulas, continuando y profundizando la experiencia del 8M y en cómo ligarla al resto de sectores que hoy luchan contra el Régimen.
Como estudiantes luchan contra las violencias machistas. Pero también señalan y combaten la situación de explotación y precariedad que sufrimos la mayoría de las mujeres. Si hablamos de contratos a tiempo parcial la diferencia entre hombres y mujeres se dispara. Frente al 37% que representan los hombres jóvenes, tenemos un 63% de mujeres jóvenes con este tipo de jornada.
La preparación de esta nueva huelga feminista se produce en un escenario político marcado por la irrupción de VOX en Andalucía y la profundización de un discurso “antigénero” por parte de partidos como el PP. Una reacción “antifeminista”, homófoba y xenófoba que enarbolan sectores de la extrema derecha para capitalizar electoralmente.
Sin embargo, las protestas encendidas por la lucha contra la violencia machista y contra el acoso, por la igualdad de derechos (donde son negados y en defensa de aquellos que están bajo ataque) vienen llenando las calles de muchas ciudades del mundo y marcarán un nuevo hito próximo día 8. Así el feminismo y el movimiento de mujeres actúan, de varias formas, como un altavoz del descontento que existe con una sociedad en crisis económica y social hace años.
Algo similar sucede cuando los partidos de la ultraderecha hacen bandera de la misoginia, la LGBTIfobia o el rachismo, las democracias muestran su peor rostro: el de los recortes en derechos conquistados con la movilización (como salud reproductiva, aborto legal, lucha contra la violencia, entre otros) dejando en evidencia a un sistema que se beneficia sin remordimientos de la opresión de millones de personas.
Apostamos por las alianzas entre el movimiento feminista, el movimiento estudiantil y el movimiento obrero para así poder levantar una sola lucha contra el Régimen del 78. Porque es el mismo Estado, con su justicia patriarcal para ricos, el que nos impone tasas y recortes en la educación y concede privilegios a la Iglesia; el mismo que recorta las pensiones y nos impone la precariedad laboral; el mismo que mantiene la Ley de Extranjería persiguiendo y criminalizando a las personas inmigrantes; el mismo que ataca la libertad de expresión y el derecho a la autodeterminación; o el mismo que naturaliza las agresiones sexuales, la violencia hacia las mujeres y los feminicidios. Estamos por la unidad de las luchas y por una juventud feminista y anticapitalista que revolucione la sociedad.
En una sociedad como la actual, donde 26 hipermillonarios concentran tanta riqueza como 3.800 millones de personas (la mitad más pobre del planeta, que en su mayor parte son mujeres), donde cada año mueren miles de personas tratando de cruzar el Mediterráneo para escapar de la miseria o las guerras para encontrarse con muros, represión, CIEs y concertinas… En esta sociedad capitalista, racista y patriarcal, no es posible lograr nuestra emancipación sin cuestionar de forma radical todas sus bases. Por eso nuestra lucha es contra el patriarcado y el racismo, pero también contra el capitalismo.