La Sociedad Argentina de Escritores instauró la efeméride en homenaje a uno de sus fundadores y primer presidente. Mirá de quién se trata. Además, una reflexión de Karl Marx sobre el oficio del escritor y la libertad de prensa.
Lunes 13 de junio de 2022 11:46
Ilustración Punto Rojo Libros
Artículo publicado originalmente en 2017
En Argentina esta fecha se instauró a raíz del natalicio de Leopoldo Lugones, primer presidente y fundador junto con otros intelectuales y escritores de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).
Lugones fue miembros del Partido Socialista hasta que fue expulsado. Apoyó la dictadura encabezada por José Félix Uriburu, que en 1930 derrocó al gobierno de Hipólito Yrigoyen. A su vez, durante esa dictadura, su hijo y homónimo fue Comisario Inspector de la Policía y famoso por ser el inventor de la picana eléctrica.
La nieta de Leopoldo, Pirí Lugones, en los 70 integró la organización peronista Montoneros y en la última dictadura cívico militar eclesiástica fue secuestrada, torturada y desaparecida. Ella misma decía que era “nieta del poeta, e hija del torturador”.
En este Día del Escritor la Izquierda Diario comparte una reflexión de Karl Marx sobre el oficio del escritor y la libertad de prensa. Texto que está incluido en la conocida compilación Sobre el arte y la literatura de Marx y Engels.
La libertad del escritor
Marx publicó en 1842, en la Gaceta Renana, una serie de artículos en los que critica la posición tomada hacia la censura por la Dieta Renana, asociación provincial mediocre, donde, en el curso de los debates, no se había hallado, en el seno de los diferentes partidos, ningún defensor verdadero de la libertad de la prensa. Cuando Marx declara que la literatura es «un fin en sí», no es la teoría del arte por el arte lo que defiende, sino la independencia del escritor que no debe ni ser avasallado ni venderse, sino poder libremente servir su ideal.
El escritor debe naturalmente ganar dinero para poder vivir y escribir, pero en ningún caso vivir y escribir para ganar dinero. Cuando Béranger canta:
Sólo vivo para hacer canciones;
Si me quitáis mi lugar, Monseñor,
Haré canciones para vivir,
hay en esta amenaza la confesión irónica de que el poeta mengua cuando la poesía deviene para él un medio.
El escritor no considera de ningún modo sus trabajos como un medio. Son fines en sí, a tal grado no son un medio para sí mismo y para los otros, que sacrifica su existencia a la existencia de ellos, cuando es necesario, y de otra manera, como el predicador religioso, se pliega al principio: «Obedecer a Dios más que a los hombres», a los hombres entre los cuales está confinado él mismo con sus necesidades y deseos de hombre. Por el contrario, quisiera ver a un sastre al que hubiera encargado un frac parisién y que me trajera una toga romana, bajo el pretexto de que responde más a la ley eterna de lo bello. La primera libertad para la prensa consiste en no ser una industria. El escritor que la rebaja hasta hacerla un medio material, merece, como castigo de esta cautividad interior, la cautividad exterior, la censura; o más bien: su existencia es ya su castigo.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario