Desde uno de los peores lugares en el mundo para ser mujer, este 25N, día internacional de lucha contra la violencia hacia las mujeres, debemos movilizarnos con la fuerza de un solo puño, desde estudiantes, mujeres trabajadoras, amas de casa, profesionistas, comerciantes, trabajadoras sexuales, campesinas, indígenas, mujeres trans y de la comunidad sexodiversa.
Lunes 25 de noviembre de 2019
Las planas de los diarios están llenas de titulares que anuncian el asesinato de mujeres y aunque ni la prensa, ni el gobierno lo mencione en sus informes y las mañaneras presidenciales, no pueden esconder al monstruo en el que se ha convertido la violencia machista para las nosotras.
Hay que poner el dedo en la llaga que todos omiten: hablar de las mujeres pobres y trabajadoras, que ensanchan a diario los bolsillos de una clase parasitaria, quienes nos rompemos la espalda y dejamos la salud en la maquila, en las escuelas, en los hospitales, nosotras que con el sudor de nuestra frente hacemos girar al mundo todos los días.
De acuerdo con el Observatorio de Género de Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), más el 58% de los asesinatos de mujeres en América Latina ocurren en México: con 10 feminicidios al día, siendo las jóvenes pobres las más expuestas al último y más cruento eslabón de la violencia machista.
Tampoco se dice que en Ciudad Juárez, Ecatepec, Puebla, Cuautitlán Izcalli, Naucalpan, Tamaulipas, Guanajuato, etcétera, donde las mujeres trabajadoras y estudiantes que salimos de madrugada para abordar el paupérrimo y deficiente transporte y llegar a primera hora a nuestros centros de trabajo y universidades, somos las que estamos expuestas a la violencia feminicida.
En México se ha emitido AVG en más de 80 municipios de 12 estados de la república, por su parte el Estado de México se posiciona como el peor lugar para ser mujer. Es en esta entidad, dormitorio de lxs trabajadorxs e importante cordón industrial, no sólo se registra el mayor número de feminicidios, al menos 50 mil 923 mujeres han sido víctimas de algún tipo de agresión dolosa en los nueve primeros meses del año.
Según datos de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, A.C. (CMDPDH), el Estado de México ha ido ganando terreno en los últimos años como una de las entidades de mayor preocupación, donde más de la mitad de las mexiquenses reporta haber vivido algún incidente de violencia en uno o varios ámbitos.
Amalgama mortal: precarización laboral y violencia machista
Pero no sólo las desapariciones y los feminicidios son violencia; la precarización laboral también lleva rostro de mujer. Es necesario resaltar que ése marco de violencia escaló a finales del siglo pasado con los cordones industriales de maquila que se instalaron en la frontera norte de México, precarizando aún más la vida de las mujeres que tuvieron que integrarse al mundo obrero hasta entonces dominado por varones.
Es por eso que es sobre las espaldas de las mujeres pobres y trabajadoras sobre quienes se descarga de una manera aberrante la violencia; soportando hasta triples cadenas de opresión por su condición de clase y género.
Son las mujeres trabajadoras las que padecen en su carnes la violencia machista y el acoso en las calles y el transporte y quienes cumplen con jornadas de trabajo no remunerado en el hogar; pero el último grillete es el yugo del capital, signado por raquíticos salarios, jornadas extenuantes de trabajo, acoso sexual por parte de compañeros y patrones, eliminación de prestaciones y estabilidad laboral.
#25N: todxs a las calles
Por eso, este 25 de noviembre: día de la lucha contra la violencia hacia las mujeres, nos sobran los motivos para salir a protestar, haremos temblar la tierra al unísono y con la fuerza de un solo puño.
A tono con las valientes mujeres en Bolivia y Chile, Ecuador, Haití, Puerto Rico, Colombia, Francia y Matamoros que nos han marcado el camino, saldremos a las calles y seremos millones de mujeres en México, América Latina y todo el mundo.
¡Si tocan a una, nos organizamos miles! No queremos #NiUnaMenos.
Sigue las convocatorias en redes sociales y ¡marcha con Pan y Rosas, agrupación internacional de mujeres y la comunidad sexodiversa, en tu ciudad!
