Este 25 de noviembre se conmemora el brutal asesinato de las tres hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal quienes se opusieron firmemente a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Las profesoras de la agrupación de trabajadores de la educación Nuestra Clase se suman a esta marcha dándole un significado transformador desde la sala de clases.
Miércoles 23 de noviembre de 2016
Fueron asesinadas a golpes el día 25 de noviembre de 1960, encontrándolas en el fondo de un acantilado en la costa de Republica Dominicana. Mujeres que fueron encarceladas y torturadas en más de una ocasión, dedicando su vida a luchar por la libertad de su país, oponiéndose a las opresiones instauradas por el régimen de Trujillo. Frente a este hecho y en honor a la lucha de estas hermanas, es que desde 1999 se conmemora el día internacional en contra de la violencia hacia las mujeres.
En el contexto nacional de la lucha en contra de la opresión y la violencia machista que se ejerce en la sociedad a nivel mundial y específicamente en la realidad latinoamericana; y en relación, además a la amplia manifestación que se realizó el pasado 19 de octubre, en donde asistieron más 150 mil mujeres solo en la ciudad de Santiago, bajo la consigna de ni una menos surge el llamado a hombres y mujeres a manifestarse y salir a las calles a luchar para erradicar la violencia de género, donde desde hace ya algún tiempo se vienen reuniendo y levantando a lo largo de Chile coordinadoras de ni una menos y diversas agrupaciones feministas como Pan y Rosas, haciendo un llamado nuevamente a salir a las calles y a cuestionar el sistema patriarcal este 25 de noviembre en el día internacional en contra de la violencia hacia las mujeres.
Hoy más que nunca es necesario levantar e impulsar un gran movimiento de mujeres y diversidad sexual de la mano de los trabajadores y los sectores oprimidos que ponga en el centro las demandas de género y de la mujer trabajadora en contra de la violencia machista, es por esto, que las profesoras y trabajadoras de la educación este 25 de noviembre salimos a las calles a marchar junto a nuestros compañeros trabajadores en la columna de Pan y Rosas, quienes vienen levantando comisiones de género en sus lugares de trabajo, secretarías de género en los lugares de estudio porque no sólo queremos erradicar la violencia machista, sino que también conquistar todas nuestras demandas en relación a las condiciones laborales desiguales en las que se encuentran hoy en día las mujeres trabajadoras.
En la actualidad, las mujeres profesoras y trabajadoras de la educación nos vemos expuestas y enfrentadas día a día a las expresiones machistas de este sistema. La educación de un país es el reflejo de la sociedad y el modelo económico imperante, es por esto, que las desigualdades que se dan en la sociedad, se replican en nuestros lugares de trabajo, convirtiendo a las escuelas en un espacio en donde se reproduce el sistema patriarcal. La escuela debe ser el espacio que nos permita transformar la realidad, por ende, y frente al contexto nacional de la lucha contra la opresión, es de suma importancia exigir una educación no sexista en nuestros liceos que nos permita cuestionar y problematizar los roles históricos ligados al hombre y la mujer.
Salimos a marchar este 25 de noviembre porque como profesoras y trabajadoras aparte del agobio laboral al que nos vemos expuestas, se nos suma la tercera jornada laboral, porque además no existe derecho a sala cuna en nuestros lugares de trabajo, porque como profesoras se nos cuestiona constantemente nuestra capacidad intelectual, además de sufrir, en muchos casos el acoso laboral y sexual, porque existe un escaso número de mujeres en las direcciones de nuestros organismos, sabiendo que nuestro gremio se compone en su mayoría por mujeres, porque dentro del Colegio de Profesores el departamento de la mujer es solo un nombre y no existe una comisión efectiva que se haga cargo de nuestras demandas. La opresión e invisibilización hacia el rol de la mujer trabajadora de la educación trasciende e incluso afecta la relación y dinámicas que se establecen dentro de la sala de clases, en donde el comportamiento de los alumnos varía de acuerdo a si están con un profesor o profesora, debido a la educación sexista y patriarcal que se imparte en nuestras escuelas, en donde históricamente se ha deslegitimado la autoridad de la mujer.
Es por esto, que es necesario organizarnos en nuestros lugares de trabajo junto a profesoras y profesores, para salir a marchar este 25 de noviembre y conquistar nuestras demandas, en conjunto, además, de estudiantes y apoderadas, exigiendo que en nuestros establecimientos existan organismos participativos que nos permitan levantar comisiones y secretarías de género que se hagan cargo y puedan responder a las problemáticas y demandas de género que surgen en el marco de la educación, junto con recuperar dentro del Colegio de profesores el departamento de la mujer para exigir y disputar un espacio legítimo para las mujeres trabajadoras de la educación. Tenemos que salir a marchar este 25 para exigir una educación no sexista que nos permita avanzar en erradicar y combatir la opresión dentro del aula que excluye y discrimina a las mujeres.

Nuestra Clase
Somos la agrupación de trabajadores de la educación Nuestra Clase, de Chile. Quienes conformamos esta agrupación somos compañeras y compañeros independientes y militantes del PTR