Un breve repaso por los hitos del movimiento de mujeres del 2016 para convertir estas batallas en capital político para luchas futuras.
Jueves 29 de diciembre de 2016
En México, el ataque que han significado las reformas estructurales y la subordinación a la política y economía estadounidense puede verse de manera redoblada en las mujeres trabajadoras, pobres y de sectores rurales. Por esto mismo, somos nosotras parte destacada de los procesos de resistencia obrera y popular contra la violencia y la precarización.
El reciente triunfo de Donald Trump es expresión del fortalecimiento de fenómenos populistas de derecha que encarnan una tendencia antiglobalizadora y proteccionista a nivel mundial. Muchas veces está ligada a discursos nacionalistas -o directamente fascistoides- y sólo significarán más ataques y agravios a los y las trabajadoras migrantes, latinas y afros en EE.UU. y México. Luchar contra los gobiernos de los empresarios nacionales y extranjeros implica levantar alto las banderas anti imperialistas y recuperar las calles, como están haciendo diferentes grupos de mujeres en EE.UU.
Trabajadoras contra la precarización y el acoso sexual
Este año fue recibido en la frontera con los combativos plantones de obreros y obreras de Commscope, Scientific Atlanta-Foxconn, Eaton, ADC y Lexmark; una pequeña parte de los 300,000 trabajadores que concentra Ciudad Juárez, que denunciaban precarización laboral, acoso sexual y aún pelean por sindicatos independientes. Su lucha enfrento el hostigamiento y la represión de la policía, el crudo invierno juarense, la complicidad de las instituciones judiciales y la patronal, así como una política pactista y burocrática por parte de abogados laboralistas.
Además, poniendo en pie una verdadera proeza para la clase trabajadora mexicana y estadounidense, levantaron la candidatura independiente de una obrera de maquila, Toñita, que desafío a las transnacionales y a la casta política en Chihuahua y puso sobre la mesa el problema del acoso sexual en los centros de trabajo y la violencia feminicida en la entidad que además se incrementó de manera acelerada con la militarización.
Madres de migrantes contra el feminicidio y la desaparición forzada
Más de una década las madres de migrantes centroamericanos han atravesado ambas fronteras enfrentando las consecuencias de la militarización y la guerra contra el narco, al norte buscando a sus hijas desaparecidas, víctimas de las redes de trata o el feminicidio; al sur buscando a quiénes en la odisea de la migración cayeron en manos del narco, el ejército o migración. Han tenido que enfrentar los abusos y el despotismo institucional y del gobierno, la legalidad de las ONG’S y el riesgo de tocarle fibras sensibles a poderosos gripos de capos y tratantes.
La lucha contra las violencias machistas, una nueva expresión del descontento
La lucha contra la las violencias machistas en amplio espectro tuvo un nuevo repunte este año con la convocatoria del #24A, donde por primera vez en muchos años alrededor de 30 mil personas, en su gran mayoría mujeres, salimos a movilizarnos en distintas ciudades contra las violencias machistas en todas sus expresiones.
Múltiples y diversas confluimos jóvenes estudiantes, amas de casa y trabajadoras para denunciar las violencias machistas. Es parte de un ejercicio de visibilizar cómo además del feminicidio, la trata y la precarización laboral, hay relaciones simbólicas de poder que expresar el machismo y la violencia y son invisibilizadas por el gobierno y sus instituciones.
Por supuesto, esto no puede diluir la lucha contra la violencia organizada desde el Estado mediante la explotación asalariada -que enfrentamos más crudamente nosotras- y la represión. Pero los prejuicios misóginos y medievales de la religión recreados por el discurso “oficial” y las instituciones estatales son también cómplices de un pacto patriarcal que normaliza la violencia en todos sus niveles.
Así, el #24A tiene detrás el #NiUnaMenos, fenómeno internacional del movimiento de mujeres que en particular en el cono sur, sobretodo Argentina, ha movilizado a cientos de miles de mujeres por el derecho al aborto y contra las violencias machistas.
El #19O la convocatoria en Argentina del #ParoDeMujeres resuelta en el XXXI Encuentro Nacional de Mujeres también tuvo réplica en México, mostrando una composición política e ideológica muy diversa, donde primaron el espectro juvenil-estudiantil, separatista, queer y las trabajadoras se encontraron diluidas.
¡Abajo el oscurantismo religioso!
Este año el Frente Nacional por la Familia expresó el oscurantismo religioso de la Iglesia y la extrema derecha, con partidos conservadores como el PAN y Encuentro Social a la cabeza, demostrando su capacidad de convocatoria en el marco de las elecciones de mitad de año y contra la iniciativa de Peña Nieto de aprobar el matrimonio igualitario.
Miles nos movilizamos contra el Frente Nacional por la Familia y sus discursos de odio que dispararon los asesinatos por homolesbitransfobia; por el derecho al aborto legal, gratuito y en los hospitales, por la libertad de las más de quinientas presas por aborto en todo el país y por la separación efectiva de la Iglesia y del Estado. También alzamos la voz para exigir justicia para nuestras compañeras Paola Ledezma, Alessa Flores, Agnes Torres, Itzel Durán, asesinadas por transfobia.
Construyamos una organización socialista que apuntale el desarrollo de un gran movimiento de mujeres en las calles
El movimiento de mujeres en el país ha ido desarrollándose progresivamente, luchando por reivindicaciones propias y nutriendo movimientos más amplios. Sin embargo, no se ha gestado aún un movimiento democrático masivo que exija un alto al feminicidio y a las desapariciones de mujeres que impida que una mujer sea asesinada cada tres horas en el país. Tampoco un enorme repudio que cobije de la represión a las combativas maestras del magisterio o a la lucha de las trabajadoras del IEMS.
La denuncia contra el acoso sexual que empieza a volverse un tema común es apenas la punta del iceberg. Hay que desnudar la relación y los intereses que existen entre los capitalistas, sus gobiernos e instituciones como la Iglesia, en su acuerdo por mantener la opresión de las mujeres en todo el país. El machismo y la homolesbitransfobia funcionan para dividir los intereses y generar conflictos entre quienes tenemos como enemigo común al gran capital.
Por eso, quienes militamos en el Movimiento de los Trabajadores Socialistas (MTS) consideramos que es necesario construir una organización socialista que confluya con lo mejor del movimiento obrero y popular, que luche contra todo tipo de opresión y machismo levantando una perspectiva revolucionaria y poniendo todas sus fuerzas en desarrollar un gran movimiento en las calles contra las violencias machistas, el feminicidio y la precarización laboral. Para luchar por esta perspectiva impulsamos e invitamos a conocer la organización de mujeres Pan y Rosas.