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Red Internacional
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Lucha contra el ajuste. Por una izquierda para enfrentar los ajustes y el gobierno en la lucha de clases

Diana Assunção

Diana Assunção San Pablo

Viernes 16 de octubre de 2015

No es un escenario fácil para resistir los ajustes debido a que las direcciones de las principales centrales sindicales y de las organizaciones nacionales del movimiento estudiantil son controladas por oficialistas o por la oposición de derecha. Esto hace que la resistencia a los ataques todavía no alcance.

Muchos sectores han demostrado disposición a la lucha. Eso fue lo que se demostró en la reciente huelga de correos, donde la adhesión fue masiva a pesar del control de la CTB y de la traición abierta de la CUT, que también traicionó la lucha de empleados municipales de Rio Grande do Sul entre otras. La huelga de bancarios también es controlada por la CUT, que evitó que se ligara a la huelga de Correos y a los petroleros. Todo para impedir la unidad de los sectores clave de los estatales y que tienen un historial de luchas em común. Es que cualquier pérdida de control llevaría a que em estas luchas se supere a la propia burocracia y se enfrente a “su” gobierno. También en la industria la política de la burocracia fue claramente dividir cada una de las luchas de las automotrices y defender el Programa de Protección del Empleo (PPE) que es un ataque al salario y al derecho de los trabajadores.

La juventud secundaria de San Pablo también está dando un gran ejemplo. Indepediente de la pasividad de las direcciones, está protagonizando un gran movimiento espontáneo y masivo contra el cierre de escuelas por Alckmin. Aquí también la dirección del Sindicato de profesores del Estado de San Pablo (APEOESP) de la CUT se está negando a unificar la lucha, y las direcciones del movimiento estudiantil también.

Por una izquierda para enfrentar los ajustes y el gobierno en la lucha de clases

En vez de impulsar una política concreta para la lucha de clases, el PSOL está en el parlamento sumándose a los objetivos petistas "contra la derecha", haciendo política solamente contra el presidente de Diputados, Eduardo Cunha. Al mismo tiempo, luego de que un ala del partido no haya aceptado participar de las manifestaciones del 20 de agosto porque reconocían que eran oficialistas, adhirieron de conjunto al Frente Pueblo Sin Miedo, que sirve solo para salvar al gobierno y a la burocracia. Por eso, no vamos a la manifestación dominguera del 8 de noviembre convocada por ese Frente, que ni siquiera va a afectar la producción y circulación.

A su vez, el PSTU, a pesar de denunciar a Dilma y a Lula y no integrarse a ese Frente, defiende la caída de Dilma sin haber actualmente un sujeto para ese objetivo, lo que los lleva a ligarse a sectores anti Dilma por derecha, como fue la CGTB con los que el PSTU decía estar construyendo un "tercer campo" para la manifestación del último 18 de septiembre y que de último momento rompió. La exigencia que el PSTU hace de rechazo a las cuentas de Dilma en el Tribunal de Cuentas de la Unión "por izquierda" no tiene como cumplir otro papel que o sea poner a la clase trabajadora como ala izquierda de la táctica de impeachment (destitución parlamentaria) que se apoya sobre el rechazo de las cuentas "por derecha". No alcanza el discurso de "derribar a Dilma con la huelga general" si la política concreta es funcional a la derecha.

Además, el PSTU se adapta al modo petista y cutista de militar que no encara la lucha de clases como centro. La manifestación del 18 de septiembre fue importante por haber reunido a miles contra el gobierno y la derecha, pero no alcanza con organizar actos y encuentros que también son inofensivos contra los ajustes y sigue sin dar ni siquiera un ejemplo en la lucha de clases concreta. No dirige ninguna lucha de forma ejemplar ni brinda solidaridad efectiva donde no dirige, lo que sería una forma de influenciar a las bases de la CUT y otras centrales.

Nada impide que la izquierda que se dice antigubernamental salga de la pasividad en la lucha de clases e impulse acciones de solidaridad y coordinación entre las luchas. Cualquier lucha victoriosa contra el ajuste es un paso fundamental de la lucha de conjunto de todo el país. Este es el ejemplo que buscamos dar con todas nuestras fuerzas en la reciente huelga de Correos, de la alcaldía de la Universidad de San Pablo y ahora de la juventud secundaria. Si la izquierda pega un giro hacia la lucha de clases es posible ser un factor para que las luchas triunfen y golpear sobre las bases de las centrales sindicales oficialistas con ejemplos prácticos distintos. Vamos a participar de las manifestaciones en octubre convocadas por el Espacio de Unidad de Acción, pero siempre batallando por esta perspectiva.

Si la izquierda se unifica en esta perspectiva, puede incomodar efectivamente a la burocracia sindical, obligarla a romper con el gobierno e impulsar la lucha contra los ajustes. Sin eso, va a dejarlos tranquilos. El MTST también tiene que romper con esa política que termina siendo de apoyo al gobierno.

Ligada a esta lucha para que cada lucha pueda vencer y ser ejemplo en la lucha contra los ajustes, para que las direcciones rompan con el gobierno, la izquierda unificada puede poner en pie una gran lucha nacional contra el PPE, los recortes y por una respuesta de fondo a la crisis que pase por el no pago de la deuda pública y por impuestos a las grandes fortunas para que la crisis la paguen los capitalistas.