Mundo de lxs trabajadorxs. Por una salud mental en manos de los trabajadores

Como hemos visto en otros artículos, el 43% de trabajadores tienen cargas y jornadas laborales excesivas, que desde hace años ha incrementado el impacto en la salud física y mental de las y los trabajadores, ya que el estrés que genera la explotación puede convertirse en algo significativo entre los miembros de la clase obrera. El estrés produce reacciones de tipo fisiológicas (presión arterial alta), emocionales (irritación), cognitivas (problemas de memoria) o conductuales (agresividad).

Desencadenando problemas de tipo psicológico, producto del estrés laboral como son: la depresión, o crear problemas de adicciones, lo cual repercute enormemente en el bienestar de la mayoría de la población, quienes se levantan todas las mañanas para ganar un salario que les permita sobrevivir al día a día. Situación que ha sido señalada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes alertan del impacto negativo de las sobrecargas de trabajo y las jornadas extensas.

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Lo que confirma lo que los socialistas hemos venido denunciando desde el siglo XIX, que la explotación de los trabajadores causa daños a la salud física y mental de los mismos, y que la precarización laboral profundiza ese daño, pues los patrones imponen esquemas de explotación del siglo XIX (como el trabajo a destajo) valiéndose de la tecnología del siglo XXI para hacer. Basta con ver cómo se operaron los esquemas laborales durante la pandemia para comprobarlo, como lo fue el teletrabajo (home office), que le impuso extenuantes jornadas de trabajo a los asalariados, como fue el caso del sector educativo.

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Además de todo, hay que tomar con cuidado los datos antes mencionados, pues en México la mayoría de los trabajadores se encuentra sometidos a la informalidad, lo que significa que no sólo sus empleos son completamente inestables, sino que muchas veces deben poner sus pequeños negocios para sobrevivir o deben trabajar para esos pequeños negocios. Los cuales, por su tamaño y por la falta de apoyos del gobierno no pueden ofrecer ningún tipo de prestación a sus trabajadores, lo que los deja en un estado extremo de precarización laboral que no es contabilizado en las cifras oficiales.

¿La salud mental a cargo de los patrones?

Pero ¿Cuál es la solución que ha propuesto del gobierno para resolver esta situación? El gobierno de la 4T, ha propuesto como solución la NOM-035-STPS-2018 Factores de riesgo psicosocial Identificación, análisis y prevención, que establece los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo. Ambas están supeditadas a lo que considere el patrón y limitadas a la prevención y difusión de información, sin que se garanticen recursos ni se retome las pésimas condiciones laborales que tanto dañan la salud mental.

Sin embargo, este tema debería involucrar comisiones de salud, donde estén involucrados los trabajadores sin los patrones y las instituciones del Estado, ya que son precisamente los patrones quienes han impuesto esta situación, así como la negativa de derechos. Ya que casi la mitad de sueldos en el mundo han disminuido en relación a la inflación, en el contexto de la crisis económica y lo que ha sido la sanitaria a nivel mundial, la Oxfam ha señalado que en 2022 el salario de 47% de los trabajadores ha tenido un aumento menor que la inflación, lo que significa una disminución del poder adquisitivo en términos reales, además de que el propio Estado como patrón también precariza.

A la par que los más ricos se enriquecen aún más, ya que, para evitar supuestas pérdidas, las grandes empresas han utilizado la crisis provocada por ellas mismas para aumentar los precios. Así, se han acumulado ganancias por aproximadamente 306,000 millones de dólares, mientras que las personas trabajadoras podrían sufrir pérdidas de sus salarios en términos reales por 337,000 millones de dólares.

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Según cifras oficiales, en México se perdieron más de 12 millones de empleos; hay una tasa de desocupación que superó el 4% general en 2020 y en noviembre de 2022 fue de 2.8%. Los salarios mínimos tuvieron un incremento de 20% para 2023. Además. Hay que decir que este incremento salarial solo ha sido para trabajadorxs formales que ganan el mínimo, dejando fuera a la mayoría del sector informal y con trabajo precario. Este incremento de la precarización laboral, que es la responsable de incrementar los ritmos de trabajo, la incertidumbre y el estrés que afecta a la clase trabajadora como hemos venido señalando.

Por comisiones independientes de salud

Lo que la clase trabajadora requiere con urgencia es organizarse y luchar para liberarse de las cadenas del estrés laboral y para conseguir mejores condiciones de trabajo que permitan desarrollar una vida más humana, ya que para el patrón (que puede ser el empresario o el Estado) el trabajador no es un ser humano, sino una un instrumento más dentro del centro de trabajo. Por lo que establecer comisiones de salud para los trabajadores donde intervenga este es inaceptable, es necesaria la organización de los trabajadores que sea independiente de los empresarios, del Estado y sus instituciones.

Por lo que se puede empezar por formar comisiones de salud, que velen por le bienestar físico y mental de los trabajadores, donde sólo intervengan los ellos mismos, libres de la persecución patronal y de sus agentes dentro del centro de trabajo (como son las burocracias sindicales), formadas por asambleas de base que gestionen todo de manera democrática. De igual manera, se requiere la exigencia de un aumento al presupuesto a salud, que tanto ha sido atacada.