8 DE MARZO. Porque el género nos une, la clase nos divide: La paca jamás será mi compañera

Desde el inicio del estallido social de octubre vimos cómo se llenaron las calles de trabajadores y trabajadoras, mujeres, estudiantes y pobladoras que decidieron decir basta de los treinta años de miseria que nos dejó la dictadura, dejando en claro el despertar de una población cansada de vivir en la miseria, siendo la educación, salud, pensiones y vivienda las principales demandas que se han puesto en la palestra, y que a pesar de la potencia que tuvieron, este gobierno sordo y asesino en alianza con diversos partidos desde la UDI hasta el Frente Amplio cocinaron un proceso constituyente y un acuerdo por la paz, al mismo tiempo que reprimen y asesinan a las y los manifestantes.

Por un 8 y 9 de marzo con las mujeres al frente

Las mujeres trabajadoras y pobres encabezan los bajos salarios, contratos precarios y las pensiones de hambre, a diferencia de las ricas y las mujeres policías, las pobres mueren a causa de esta vida de miserias, por ello para este 8M han decidido sumarse a las grandes movilizaciones que dejó el pasado octubre y ser la vanguardia de esta lucha dejando en claro que se cansaron de las migajas que entregan los empresarios y sus políticos corruptos. Como respuesta, han impulsado diversas coordinadoras para preparar el día internacional de la mujer trabajadora apostando a una gran huelga feminista este 8 y 9 de marzo, parando los sectores productivos y los diferentes lugares de trabajo, tal como ocurrió el pasado 12N.

Sin embargo, el gobierno de Piñera junto con el silencio de la ministra Plá, a modo de buscar simpatizar con este gran movimiento y descomprimir este malestar, que no es solo por las condiciones de vida, sino que también en contra de la brutal represión y violencia política y sexual, planteó sacar a las calles miles de efectivas policiales para “resguardar” las movilizaciones de aquel día.

Las mujeres trabajadoras, estudiantes y pobres saben que este gobierno solo criminaliza y persigue a quienes se manifiestan, da igual si eres hombre, mujer o diversidad sexual, la violencia policial es igual para todas y todos, tal como hace con las y los estudiantes que en Antofagasta han salido esta semana a las calles negándose a la normalidad que quiere imponer Piñera golpeando, encarcelando y formalizando a menores por salir a luchar.

¿Qué nos hace pensar que la presencia de mujeres policías haría más segura la manifestación del 8 y 9 de marzo?. La policía está para resguardar los intereses empresariales, en desmedro de la vida de los pobres.

Por ello esta lucha no la pueden dar solas, a las mujeres nunca les han regalado nada, los derechos los han conquistado en las calles y organizadas, entonces si se quiere cambiar este sistema machista y patriarcal de raíz es necesario aliarse al conjunto de los trabajadores y estudiantes, llamando a paralizar los grandes centros productivos y los servicios básicos como los hospitales y escuelas, que nada vuelva a la normalidad y que tanto Piñera como la ministra Plá sepan que las mujeres no se comerán sus migajas ni su falsa “represión sorora”, las pacas reprimen como cualquiera, siendo cómplice de todas las violaciones a los derechos humanos y abusos por parte de la policía y militares.

El estallido social mostró la brutalidad con que actúa la policía para callar a quienes decidieron poner fin a la herencia de la dictadura, porque el género nos une, la clase nos divide, que tiemble el gobierno este 8M dejando en claro que las mujeres y la diversidad sexual no se conforman con acuerdos entre cuatro paredes, vamos por la huelga general hasta que caiga Piñera y conquistar una Asamblea Constituyente que sea libre y soberana.