"No es lo que yo hubiera querido pero es lo posible de acuerdo a los atributos que tiene el Estado". De esa manera Pablo Klimpel se refiere al preacuerdo que Nicolás Monckeberg y Gloria Hutt, ministra de Transportes, presentaron como un preacuerdo con los eventuales portuarios movilizados.
Jueves 20 de diciembre de 2018
Según Nicolás Monckeberg "este acuerdo implica, en su punto final, que se va a constituir una mesa de trabajo permanente, de diálogo y de estudio de mejoras sustantivas en la legislación, en los procedimientos y en los modelos de contratación de los trabajadores portuarios, además de distintos aspectos relativos a la mejora y a la movilización de los puertos".
Para Gloria Hutt del ministerio de Transportes "se considera un acuerdo en términos económicos" y "cursos de capacitación de seguridad para el buen desempeño portuario".
Pablo Klimpel, dirigente del Sindicato de Estibadores Portuarios, explicó en CNN que tenían "un petitorio que contemplaba tres puntos": la discusión de las condiciones laborales, nombradas, funciones, capacitaciones, problemas que afectan en el día a día en el trabajo. Un bono de compensación económica, por la baja de turnos que hemos tenido, también por el modelo de las relaciones laborales producto de una mala administración. Que no existan represalias contra los trabajadores que se han movilizado.
La propuesta que nos hacen es un préstamo. Cursos en seguridad laboral y otras materias, capacitaciones ofrecidas por el gobierno. Se aumenta un poco el préstamo, la giftcard se mantiene.
Los términos de este preacuerdo están muy lejos de satisfacer las demandas de la lucha portuaria. Nada queda de los dos millones que se solicitaban como un bono compensatorio. Ni siquiera está garantizado algo tan básico como que no habrá represalias. Esto es muy serio: no tenemos que olvidar que el grupo Von Appen, el 2014 despidió a cientos de trabajadores portuarios de Angamos que habían participado de los conflictos de ese año y el anterior.
¿En este preacuerdo está claramente establecido que no habrá represalias? Recordemos lo que decía más temprano el gerente de TPS, Oliver Weinreich: dependerá de la empresa ver quién continúa en esta terminado el paro. Según él hay que echar a la "gente violenta".
Los términos de este preacuerdo están muy lejos de satisfacer las demandas de la lucha portuaria. Nada queda de los dos millones que se solicitaban como un bono compensatorio. Ni siquiera está garantizado algo tan básico como que no habrá represalias. Esto es muy serio: no tenemos que olvidar que el grupo Von Appen, el 2014 despidió a cientos de trabajadores portuarios de Angamos que habían participado de los conflictos de ese año y el anterior.
"No es lo que yo hubiera querido pero es lo posible de acuerdo a los atributos que tiene el Estado" dijo el dirigente Pablo Klimpel en CNN. Es necesario abrir una pregunta: si eso es lo posible de acuerdo a los atributos que tiene el Estado, ¿qué más sería posible, pero no de acuerdo a los "atributos que tiene el Estado", sino de acuerdo a la enorme fuerza que hemos desplegado trabajadores portuarios y estudiantes en las calles de Valparaíso? ¿En los paros, de norte a sur, en los puertos de Chile?
Mientras el gobierno y Von Appen jugaban el martes 18 la carta del preacuerdo con el objetivo de terminar con el paro, en las calles de Valparaíso se desarrollaron importantes enfrentamientos con Carabineros. Existe una juventud que quiere estar codo a codo peleando con los portuarios. La UV está en toma, la UPLA movilizada. Gestos activos de solidaridad de trabajadores eventuales de norte a sur con paralización. Gente dispuesta a luchar.
El Frente Amplio, que en Valparaíso tiene un peso político gravitante, puede poner su influencia no sólo al servicio del cumplimiento de todas las demandas portuarias sino también al servicio de las medidas de lucha: es necesario que de aquí en adelante Jorge Brito, Camila Rojas, y Juan Ignacio Latorre o Jorge Sharp estén en las manifestaciones. La represión no podrá accionar con la misma impunidad si estos representantes se hacen presentes en las marchas de trabajadores y estudiantes como la que se realizará el viernes 21 de diciembre.
¿Qué más sería posible si miles de portuarios de norte a sur continúan realizando paralizaciones en solidaridad con nuesta lucha y si la Unión Portuaria preparara un paro indefinido? El Colegio de Profesores de Valparaíso planteó que no se haga año nuevo en la ciudad y desde el gremio docente de Antofagasta recibimos saludos ¿no tenemos que coordinar acciones comunes con las grandes organizaciones sindicales como la CUT o el Colegio de Profesores?
Si gana Von Appen, ganan los planes para abaratar costos a los empresarios a la hora de despedir trabajadores, gana la reforma laboral de Piñera. Si ganan los portuarios, ganamos todos los trabajadores. Por eso es necesario pelear por el cumplimiento íntegro del petitorio. Y en vez de bajar nuestras expectativas, contentándonos con una mesa de diálogo que sólo servirá para dilatar las cosas o con un préstamo un poco más grande, es mejor que peleemos por subir nuestras expectativas: hay que terminar los contratos precarios que duran sólo una jornada laboral que rige en los puertos, con el denominado trabajo eventual. Paso a planta y sueldo nunca inferior a $450.000. Si baja el flujo de exportaciones e importaciones, que los concesionarios paguen los costos, no los trabajadores: que cualquier rebaja en la jornada laboral sea sin rebaja de sueldo. Y para que en los puertos no sean más personas como los Von Appen quienes gobiernan, es necesario avanzar a la reestatización de los puertos y que trabajadores y comunidades los gestionen.
En Valparaíso hay una fuerza que está empezando a gestarse. Que se cumpla el petitorio y vamos por más.
Juan Valenzuela
Santiago de Chile