Práxedis Guerrero nació el 28 de agosto de 1882 en San Felipe Guanajuato. Fue un obrero y periodista revolucionario, de ideales anarquistas y miembro de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano. Murió en un combate en Janos, Chihuahua, en diciembre de 1910, a unos meses de iniciada la Revolución Mexicana.
Sábado 29 de agosto de 2015
Desde muy joven redactó sus primeros artículos para los periódicos El Heraldo del Comercio y El Despertador, y a la edad de 19 años Filomeno Mata lo invitó a ser corresponsal del periódico El Diario del Hogar.
A pesar de provenir de una familia de hacendados, Práxedis Guerrero prefirió valerse por su propia cuenta y trabajar como obrero, primero en una cervecera de San Luis Potosí, y después como romanero en una fundición.
Para 1903 Práxedis había adoptado ya la ideología anarquista, influenciado por la lectura de los periódicos El Demófilo y El Hijo del Ahuizote, de los hermanos Flores Magón y por autores como Bakunin y Kropotkin, de quienes era un ferviente lector.
Profundamente comprometido con la causa revolucionaria, en 1904 migra a Estados Unidos donde trabaja como estibador en el puerto de San Francisco y en la fundición The Colorado Supply Co., en Denver. En 1905, cargando con apenas 22 años, edita su primer periódico El Alba Roja, en el que difunde sus ideas anarquistas y revolucionarias, portando una excelente prosa. Este talento de combinar la lírica con la agitación revolucionaria llegaría a cautivar al propio Flores Magón, quien estando preso en Estados Unidos lo invita a formar parte de la Junta Organizadora del Partido Liberal, invitación que desde luego, acepta.
Rápidamente Práxedis Guerrero se convierte en intelectual del partido, y para 1907 ya colabora junto con otros miembros de la Junta en el periódico Revolución, que se editó hasta 1908 y que en su mejor momento llegó a publicar hasta diez mil ejemplares por semana.
Práxedis se traslada a Morenci, Arizona, donde trabaja en la fundición Detroit Copper Co. Desde ahí, y con ayuda de su periódico, comienza a organizar a los obreros de las minas, de las fundiciones y de los aserraderos, muchos de ellos mexicanos, en la Unión Libre de Trabajadores, adherida al Partido Liberal.
Luego de que un plan de insurrección fuera descubierto en 1907, son encarcelados importantes dirigentes del Partido Liberal, entre ellos nuevamente Flores Magón. Esta situación coloca a Práxedis Guerrero al frente de la dirección de Revolución. Ya no sólo es un colaborador, sino el principal redactor de la política del Partido. Flores Magón escribirá desde la cárcel “Revolución está hermosísimo. Los felicito a todos y especialmente a Práxedis. ¡Qué buena pluma!”
En 1908 El Partido Liberal planea un nuevo levantamiento en Coahuila, en los poblados de Las Vacas (hoy Acuña), Viesca y Palomas, siendo Práxedis el principal ejecutor. El plan es descubierto y cuando los revolucionarios llegaban a la población, el Ejército ya los estaba esperando. Práxedis tiene que refugiarse en Estados Unidos nuevamente.
Nuevamente en Estados Unidos, en 1909, el revolucionario anarquista funda otro periódico, Punto Rojo, esta vez trabajando en un aserradero. El semanario llega a alcanzar un tiraje de diez mil ejemplares en su mejor momento.
Para 1910, el Partido Liberal adhiere al llamado a la Revolución del Partido Antireeleccionista de Francisco I. Madero del 20 de noviembre, pero con una política independiente y exhortando a no depositar confianza en Madero. En Chihuahua, los revolucionarios anarquistas bajo las órdenes de Práxedis hacen una muy buena campaña, logrando en varias ocasiones doblegar al Ejército Porfirista. Sin embargo, en una batalla en Janos, Chihuahua, Práxedis pierde la vida cuando una bala le atraviesa la cabeza, el 30 de diciembre de 1910. Así se acaba la vida de un revolucionario incansable, un proletario comprometido con su clase.
Estas son las palabras que Flores Magón dedica a Práxedis tras enterarse de su muerte:
“Y vosotros, trabajadores, pensad en la ejemplar vida de Práxedis G. Guerrero. Ved su rostro: es una blusa de peón la que tiene encima, y, la actitud en que está, es la misma en que se le veía cuando al frente tenía unas hojas de papel en que vaciar generosamente sus exquisitos pensamientos.”
