En la Feria Internacional de Libro en Guadalajara se denuncia la privatización de Pemex, en el marco de la presentación del libro “Pemex RIP”.
Miércoles 29 de noviembre de 2017
En la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, de entre la gran variedad de actividades que se presentaron este martes 28 de noviembre, llamó la atención la presentación del libro “Pemex RIP” de Ana Lilia Pérez.
Con una sala casi llena, se percibía la intriga de la gente por un libro que hablaba del fin de la paraestatal Pemex.
Durante la presentación se desarrolló un interesante debate sobre lo que significa la entrega de los recursos energéticos a empresas privadas tanto nacionales como extranjeras. Y es que las promesas con la que el gobierno de Peña Nieto presentaba la reforma energética –que incluían la reducción del precio de gasolinas, gas LP y tarifas eléctricas gracias al aumento de producción de petróleo y gas– hoy pueden ser desmentidas por la mayoría de la población en el país que ha visto los efectos de los distintos gasolinazos durante todo el año.
Desde la mesa se denunció el papel del gobierno y de los principales partidos del régimen en el desmantelamiento y el saqueo de la paraestatal que más aportaba al gasto público, junto con estos, los directivos y altos mandos del sindicato cumplieron un papel de guachicoleros de cuello blanco. Además, se suman miles de despidos que enfrentan los trabajadores también como parte de las consecuencias de dicha reforma.
En la ronda de preguntas destacó la participación de un hombre que cuestionó cómo revertir la reforma energética y la privatización de los recursos estratégicos.
El gobierno ha aplicado la reforma energética de manera gradual. Desde julio del 2015 se han hecho licitaciones a empresas privadas para explotar suelo mexicano; La Comisión Nacional de Hidrocarburos ha otorgado, desde entonces, licitaciones a 49 empresas de las cuales 25 son mexicanas.
Nunca significó un verdadero proyecto para disminuir los precios de los combustibles y explotar recursos naturales, sino por el contrario implicó una mayor subordinación al imperialismo al abrir Pemex al capital privado. Junto al alto grado de corrupción y fraudes por parte de los funcionarios del Estado al servicio del conjunto de la clase empresarial.
Aunque el debate sobre la paraestatal es de largo aliento, pensamos que revertir tal situación pasa porque los trabajadores recuperen de manera independiente sus organismos de representación y se organicen de forma democrática. Construyendo este tipo de organización desde la base trabajadora es que se pueden revertir el proceso de la reforma energética y hacerse cargo de la gestión de una empresa pública para ponerla al servicio de las grandes necesidades de la población.