Tras dos años de abandono, esta mañana se dió a conocer el proyecto para la recuperación de los terrenos del lago de Texcoco, mismo donde se había proyectado construir el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, durante la administración de Peña Nieto.
Axomalli Villanueva @1quiahuitl
Martes 25 de agosto de 2020
Tras la consulta popular que en 2018 decidiera la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en los terrenos que fueran los restos del lago de Texcoco esta mañana se presentó el proyecto de recuperación de 12 mil 200 hectáreas para crear una zona de restauración ecológica.
Primero la titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Blanca Jiménez y luego Iñaki Echeverría, titular del proyecto Parque Ecológico Lago de Texcoco, explicaron que se pretende que el nuevo parque urbano esté listo para el 2021.
Según Echeverría el proyecto “tiene potencial de convertirse en uno de los parques urbanos más grandes del mundo”, pues el área de recuperación representa 15 veces el bosque de Chapultepec y contempla protección ambiental para la zona, con la recuperación de lagunas y humedales –como el lago Nabor Carrillo-, así como de cuerpos de agua para regulación hidrológica; apertura para eventos públicos, como conciertos, espectáculos y cine al aire libre- y un parque deportivo.
Cabe recordar que durante más de 12 años los pueblos del oriente del Valle de México lucharon frente a la imposición de este megaproyecto, que a pesar de la cruenta represión por parte del gobierno federal en Atenco, el proyecto continuó hasta su cancelación en el 2018.
Luego de dos años de abandono, las obras del cancelado NAICM lucen inundadas por las lluvias, a lo que López Obrador indicó que su consulta "salvó" de un mayor gasto por las obras de bombeo de agua para combatir las inundaciones.
Sin embargo, lejos de tener una política en pro de la naturaleza, el gobierno de López Obrador ha dado un gran impulso a otros megaproyectos devastadores para el medio ambiente, como el Aeropuerto Felipe Ángeles, alternativa de su administración al NAICM, donde vecinos han denunciado la falta de estudios de impacto ambiental, además de la pérdida de sitios arqueológicos.