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Red Internacional
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Economía. Presupuesto insuficiente en Salud: culpan al gasto en pensiones

Del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2022, sólo el 37% del presupuesto asignado al IMSS se destinará a inversión física en hospitales, infraestructura, insumos, etc., en el caso del ISSSTE la proporción es de apenas el 30%. Aún en año de pandemia el presupuesto a Salud es mínimo.

Jueves 16 de septiembre de 2021

En un momento en el que las necesidades del sector incrementan incesantemente por la pandemia, el presupuesto para el año siguiente no crece de acuerdo a las necesidades sociales. La razón por la que la inversión física en Salud es tan pequeña es porque en el PPEF se destinan millones del presupuesto al pago de la ilegítima deuda externa, así como a las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, además, gran parte del presupuesto proviene de un esquema tributario regresivo basado en el impuesto al consumo (IVA), mientras los grandes empresarios o banqueros apenas contribuyen fiscalmente. No obstante, la mayoría de los analistas de la burguesía acusan que el problema está en el pago de la pensión de millones de trabajadores.

Mas de un año después de iniciada la pandemia, son comunes los relatos sobre la falta de insumos en los hospitales, la violación de derechos laborales de médicos y enfermeras y cada que hay una nueva ola de la pandemia resuena el fantasma de la saturación hospitalaria. Un gobierno que pusiera en primer lugar de sus intereses el combatir la pandemia debería garantizar la construcción de nuevos hospitales, el suministrar insumos, contratar personal suficiente y garantizar vacunas para toda la población.

Claro que para lograrlo es necesario invertir miles de millones de dólares dejando de pagar la ilegítima deuda externa o mediante impuestos progresivos a las fortunas de los multimillonarios que en México evaden impuestos, lucran con la necesidad de la gente o quienes pagan salarios de hambre y despiden trabajadores, incluso, con la pandemia en curso. Pesé a las promesas hechas por este gobierno, de poner a los pobres primero, vemos que esto no es así.

El problema de las pensiones y las Afores

Cómo mencionamos más arriba, la mayor parte del presupuesto destinado al IMSS (1 billón 10,840 millones de pesos) y al ISSSTE (396,948 millones de pesos) es necesario para cubrir la pensión de millones de trabajadores, esto implica que aunque se presuman cifras mayores, la inversión real en salud en el caso del Seguro Social no llega ni al 40% de lo que se destina en el PPEF.

En sintonía con estos datos se estima que para el siguiente año el gasto total en pensiones representará 5.1% del PIB. Bajo el argumento de que el gasto público enfrenta con las pensiones su mayor bomba de tiempo, desde hace años se extiende en México a la par que en todo el mundo la idea de que urge extender la edad de jubilación, reducir el monto de las pensiones y pasar a esquemas en donde se termine con el derecho de los trabajadores a recibir pensiones dignas.

Con las reformas a la Ley del ISSSTE y la Ley del IMSS que se aprobaron en la primera década del siglo, se impuso a los trabajadores un esquema de jubilación por Afores, esto implicó para las nuevas generaciones que al momento de jubilarse los trabajadores sólo percibirán lo que ellos mismos pudieron "ahorrar" a lo largo de su vida laboral. Además de que con dichas reformas, los ahorros de los trabajadores pasan por completo a manos de especuladores que invierten y arriesgan nuestros ahorros, generando para ellos ganancias millonarias.

Al mismo tiempo que se privatizan nuestros ahorros y las ganancias que se obtienen con esas inversiones, se ofrece a los trabajadores pensiones de miseria. Desde hace años que en los medios masivos de comunicación se invita a los trabajadores a incrementar sus ahorros de manera voluntaria, se dice que de esa manera aseguramos que cuando llegue el momento, podremos acceder a una vejez digna.

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Detrás del "ahorro voluntario" están los bajos salarios que impiden a los trabajadores que con el esquema de Afores se pueda recibir en la vejez una pensión que alcance. Ya durante la Cuarta Transformación se intentó una reforma para retrasar la bomba de tiempo que implican las futuras jubilaciones, a lo mucho logró retrasar su estallido pero por muy poco tiempo.

El problema de las afores no radica sólo en los montos que se tendrán que pagar y cómo esto incrementa el gasto público. El gran drama del problema de las afores es el costo social. Desde ahora vemos pequeños botones de lo que nos espera: la precarización generalizada, los salarios y pensiones que no alcanzan y la carestía de la misma vida llevan a cientos de trabajadores en edad de jubilación a trabajar pasados los 65, 70 o hasta 80 años.

Trabajadores de intendencia en el metro, oficinas y plazas, o los empacadores "voluntarios" en las tiendas de autoservicio son ejemplos de lo que el régimen de Afores nos ofrece, una vida donde nunca tengamos tiempo para descansar ni disfrutar después de años y años de arduo trabajo. Al mismo tiempo, los dueños de los grandes bancos e instituciones financieras que enriquecieron con las ganancias de nuestras afores, disfrutan en plenitud de sus vidas gracias al trabajo y el dinero robado a millones de trabajadores.

Se necesita un giro de tuerca, es urgente incrementar el gasto en Salud, pero también en educación, en vivienda, en infraestructura pública, para gastar en las verdaderas necesidades sociales. Se necesita también un sistema público de pensiones que garantice que al llegar a la vejez tengamos salarios justos y suficientes de acuerdo al costo de la canasta básica. La ganancia empresarial no puede estar por encima de una vejez digna.

Como hemos visto ese giro de tuerca no sucederá dentro del mismo sistema que lo ordena todo para que los ganadores sean los de siempre. Solo la movilización de los trabajadores puede cambiar realmente esta situación, luchando por nuestros derechos, como lo es una pensión y una vejez digna, en la perspectiva de conquistar un gobierno de y para trabajadores, junto con los pobres urbanos, campesinos y sectores populares que reordene las prioridades y conquiste un futuro que valga la pena.