Una vez cerrado el acuerdo presupuestario con els Comuns, ERC negocia con el PSC para conseguir echar hacia delante los presupuestos del 2023 y evitar así una prórroga.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Domingo 8 de enero de 2023
Pere Aragonès y Salvador Illa continúan negociando los presupuestos catalanes del 2023 para evitar una prórroga de los presupuestos del 2022, escenario que especialmente ERC quiere evitar.
Las dos formaciones llevan más de una docena de reuniones que todavía no han acabado con un acuerdo firme y se tendrá que esperar los próximos días para ver el resultado final de las negociaciones.
Ahora mismo las negociaciones entre ERC y PSC giran alrededor, no de ampliar el gasto en sanidad (a las puertas de una huelga de los trabajadores y trabajadoras sanitarias a finales de enero) o en enseñanza (donde los profesores y profesoras continúan con sus reclamaciones) si no sobre la ampliación del Aeropuerto del Prat y otros grandes macroproyectos.
El PSC ha pedido un acuerdo sobre un conjunto de medidas, como por ejemplo lo *Hard Rock, el Quart Cinturó, la ampliación del Aeropuerto del Prat o las inversiones en infraestructuras ferroviarias.
Con relación a la propuesta del PSC de bloquear la creación de nuevas delegaciones de la Generalitat al extranjero, hay posibilidades de encontrar un acuerdo, puesto que el plan de la consellería de Exteriores ya preveía consolidar la red existente este 2023 en vez de poner en funcionamiento nuevas embajadas este año.
Cómo decíamos, desde mediados de diciembre ERC llegó a un acuerdo con els Comuns, para garantizarse 8 escaños y sumar 41 escaños favorables del 67 necesarios.
Ahora bien, si bien els Comuns no quieren hacer de determinados proyectos como líneas rojas, se ha posicionado en contra de ellos en numerosas ocasiones, puesto que "trinchan el territorio", en su acuerdo con el Gobierno, no mencionan explícitamente estos proyectos, pero sí que plantean propuestas que van en una dirección opuesta, como por ejemplo hacer de Cataluña "un país de trenes" y priorizar las inversiones en infraestructuras ferroviarias por encima de cualquier otra opción, como podría ser el Quart Cinturó.
Mientras las negociaciones giran alrededor de estas cuestiones, los gastos más necesarios, como Sanidad o Educación, continúan muy por debajo de las necesidades.
Por ejemplo, las últimas partidas a Sanidad y la propuesta actual, muestran claramente el déficit que hay en inversión en la red sanitaria.
Si se considera el gasto sanitario público como un porcentaje del PIB, el gasto sanitario público catalana tendría que crecer en casi 3.000 millones de euros anuales para igualar la de la UE-15.
Para situarse en la media española, se tendrían que destinar 2.000 millones de euros más y, para situarse en la media de la Unión Europea, se tendrían que destinar algo más de 1.000 millones de euros. Sin embargo, la inversión en salud de la Generalitat aumentó sólo en 532 millones en 2021 y el consejero actual, Manel Balcells, ha prometido 1.000 millones más en los presupuestos futuros.
Pero este déficit de inversión a sanidad, que sólo es un ejemplo, parece que no ha sido problema ni por ERC para aceptar unos presupuestos elaborados por el neoliberal Giro, ni por els Comuns para validar este déficit ni por supuesto por el PSC, que sólo tiene como objetivo transformar Cataluña en un paraíso de inversión de capital, trabajo precario y turismo masivo.
