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Red Internacional
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PRESUPUESTOS DE CATALUNYA. Presupuestos de la Generalitat: Fondos Next Gen para afianzar el modelo autonomista

Desde la Generalitat se vanaglorian de presentar los presupuestos “más expansivos de la historia” para dar respuesta a la actual situación social y económica de Catalunya. Pero lo cierto es que ninguna de las partidas alcanza para solucionar los grandes problemas sociales mientras el bolsillo de las grandes fortunas sigue intacto.

Ivan Vela @Ivan_Borvba

Miércoles 17 de noviembre de 2021

GRAFCAT9668. BARCELONA (ESPAÑA), 17/11/2021.- El president de la Generalitat, Pere Aragonés (i), habla con el conseller de Economía, Jaume Giró (d) durante la sesión de control en el pleno del Parlament, que se celebra este miércoles tras la decisión de la CUP de presentar una enmienda a la totalidad a los presupuestos catalanes para 2022.EFE/Andreu Dalmau

El conseller Jaume Giró y el Govern de Esquerra Republicana (ERC) han presentado unos presupuestos que definen como “los más expansivos de la historia”. Si tomamos como referencia la partida presupuestaria del 2020 (las cuentas del 2021 fueron prorrogadas), nos encontramos ante un incremento en el gasto público en términos brutos de 5.618 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 17,3%. Con ello, las cuentas presentadas desde la Generalitat y que buscan ser aprobadas en el Parlament suponen un gasto público total de 38.139 euros.

Si la foto no tuviera más detalle, la definición del conseller sobre lo histórico de “sus” presupuestos podría tener algo de cierto. Ahora bien, enmarcados en el contexto económico actual, y especialmente, en lo que hace a su distribución, esa definición no se sostiene por ningún lado.

Para el presupuesto del año próximo, la conselleria de Giró se ha encontrado con una inyección, nada desdeñable, de 2.142 millones de euros de los fondos Next Gen. Es decir, de los 5.618 millones de euros que fijan el incremento de gasto respecto a los presupuestos del 2020, 2.142 millones, o lo que es lo mismo, un 38,12% proviene de los fondos Next Gen.

Este empuje económico no viene sin contraprestaciones políticas. Que Catalunya sea de las comunidades más beneficiadas en el reparto de los fondos europeos no es gratuito. La factura pasa por una profundización, aún más servicial, de la vuelta al “autonomismo” de ERC y JxCat, empezando en primer lugar por no ser un obstáculo en la aprobación de los presupuestos en Madrid y la búsqueda por parte del Gobierno “progresista” de cerrar, aunque sea a nivel institucional, las aspiraciones democráticas del pueblo catalán.

Además, de este contexto no se puede excluir la galopante inflación, que alcanza el 5% interanual y que reduce aún más el impacto presumiblemente expansivo de estos presupuestos. Si descontamos el aporte de los fondos Next Gen estaríamos hablando de un incremento del 10,6%, es decir, 6,7% puntos menos, pero si además añadimos el 5% de inflación que existe actualmente, la cifra bajaría hasta un incremento del 5,6% respecto a las cuentas del 2020.

Unos presupuestos al servicio del negocio privado

Ante las dudas de que los presupuestos no cuenten con los apoyos suficientes ante la posible negativa de la CUP, Girò y el President Pere Aragonès lanzan cantos de sirena desde el Palau de la Generalitat.

Las cuentas presentadas por el conseller de Economía contaban con partidas tanto para el macroproyecto del Hard Rock y para la candidatura de los Juegos de Invierno, así como una partida de inversión para el circuito de Montmeló.

Las partidas ascendían a 226 millones de euros para el megaproyecto en el Camp de Tarragona (Hard Rock) además de una partida adicional de 120 millones para la compra de los terrenos. Por lo que hace al circuito de Montmeló, la Generalitat quería realizar una segunda inyección (ya en 2019 realizó una inversión de 19 millones) de 50 millones de euros. Un total de 69 millones de euros de dinero público en una infraestructura que es deficitaria desde el 2009.

Nada nuevo y nada “histórico” en estas partidas, que al igual que realizaron Governs anteriores, se pretende usar el dinero público para negocio y beneficio privado.

Una Sanidad que no sale de la UCI

El gran pilar del discurso de ERC, la sanidad. Del incremento presupuestario de este 2022, el 29% se lo lleva el departamento de Salud. Esto significa que, entre el incremento previsto por la Generalitat y la llegada de fondos europeos, la conselleria de Salud contará con un presupuesto de 11.171 millones, un 15% superior, es decir, 1.456 millones de euros más que en 2020. También se sitúan por encima de la partida del 2010, la partida más elevada antes de la década de los “tijeretazos” de Convergencia.

Ahora bien, este aumento presupuestario queda lejos de ser suficiente para la situación de la sanidad en Catalunya que (al igual que en el resto del Estado) se encuentra altamente infrafinanciada.

Según un estudio editado por Cercle de Salut publicado a inicios del 2020, el presupuesto para el gasto sanitario público en Cataluña debería incrementarse en más de 5.000 millones de euros cada año para equipararse al de otros países con un sistema de salud similar, teniendo en cuenta su PIB y el envejecimiento de la población.

Lejos del actual incremento de 1.456 millones de euros respecto al 2020 (o 1.296 millones si tomamos como referencia 2010).

Además de la partida de inversión, existen conflictos en la sanidad que no se reflejan en los presupuestos, como son todos los servicios sanitarios externalizados, destacando el del servicio del 061, actualmente gestionado por Ferrovial y con sus trabajadores y trabajadoras en huelga desde octubre.

Sin respuesta a la crisis de la vivienda

Diferentes organizaciones, como la CUP, han criticado la partida presupuestaria destinada a política de vivienda. Finalmente Giró fijó en 750 millones de euros de ayuda, que ante la situación de crisis actual son como un azucarillo en el océano.

El fin de la moratoria para los desahucios es una espada de Damocles que tarde o temprano caerá sobre el tejado de los inquilinos que más están sufriendo las consecuencias de esta crisis económica.

En el acuerdo de investidura los cupaires apostaban por garantizar la creación de 5.000 viviendas de protección oficial, algo que está lejos de cumplirse. Pero más allá de la realidad insuficiente que dibujan los presupuestos, lo cierto es que en Catalunya apenas el 1,5% de la vivienda es social y cuando más de 14.000 personas fueron desalojadas el año pasado.

Todo lo que no pase por expropiar los pisos de la banca y de los grandes tenedores para ponerlos al servicio de aquellas familias que lo requieran a través de un gran parque de vivienda pública, serán migajas ante una situación que es una bomba de relojería que explotará cuando la banca solicite a Moncloa que levante la citada moratoria.

Sumado a esto, todavía se ven desahucios ejecutados por los cuerpos antidisturbios de los Mossos, algo que desde la Generalitat han dicho que intentarán “minimizar en la medida de lo posible”. Vamos, lo mismo que no decir nada.

El bolsillo de las grandes fortunas no se toca

En lo referente a los impuestos se puede decir que desde ERC y el propio Giró han sido claros desde el primer momento; no se iban a tocar.

No se incluyen en estos presupuestos, por lo tanto, la creación de un nuevo tramo de IRPF para rentas superiores a los 60.000 euros ni la rebaja del límite de impuesto sobre el patrimonio (de 500.000 a 300.000 euros), ambas peticiones de la CUP.

No hay un euro “verde”

La voluntad por parte de ERC y JxCat (de hecho JxCat la mantiene) de ampliar el aeropuerto de El Prat, ya demostraba que la sensibilidad “verde” del Govern quedaba para declaraciones institucionales.

A pesar del tibio retroceso en la voluntad de llevar adelante la ampliación del aeropuerto por parte de ERC, los presupuestos presentados reflejan fidedignamente la falta de preocupación por el medioambiente del Govern.

No hay nada sobre la “fiscalidad verde” y tan solo se mantiene el impuesto que grava las emisiones de CO2 de los vehículos, pero nada sobre las otras dos medidas de verdadero impacto, las relacionadas a las actividades económicas y a los grandes cruceros. Se mantiene pues la lógica de descargar la responsabilidad en el individuo y no en las grandes corporaciones y encima, en este caso, con un claro componente de clase, gravando más sobre aquellos vehículos más viejos y los conductores y conductoras que no pueden permitir cambiárselo.

Unos presupuestos nada “históricos”

Con un análisis más detallado de la fotografía se ve que estos presupuestos no tienen nada de históricos, y que las cuentas propuestas por el Govern siguen el mismo camino que cualquier de sus predecesoras.

No tocar los bolsillos de las grandes fortunas, incentivar el negocio privado con dinero público y una inversión en servicios públicos que ni cubre la infravaloración que arrastran y ni tan siquiera cubren la fluctuación inflacionaria. No se podía esperar otra cosa de Jaume Giró, antiguo Director General de la Fundació La Caixa.

Además, a estos presupuestos de carácter liberal como los de antaño, se les suma que se elaboran en un contexto de firme retorno al autonomismo, donde ERC busca consolidarse con como el “CiU” de los próximos 30 años, siendo el agente preferente para los pactos con Moncloa.

Un rol que, como otrora el gran partido de la burguesía catalana, jugó a costa de mantener bajo custodia las demandas democráticas del pueblo catalán a decidir su relación con el Estado español.