Hace unos días se celebró la unión civil de un carabinero con otro hombre. Diferentes organizaciones lo plantearon como un "avance" de las Fuerzas Armadas, las mismas que reprimen a los movimientos sociales de mujeres, estudiantes, trabajadores y pueblo mapuche.
Viernes 15 de abril de 2016
Como "día histórico" calificó el Movilh (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual) el anuncio del carabinero Hugo Alcalde, de 34 años, quien es el primer uniformado que contraerá el Acuerdo de Unión Civil con su pareja del mismo sexo, el próximo 20 de abril.
Si lo quieren hacer, están en todo su derecho, pero no digamos que es progresivo o que las Fuerzas Armadas están avanzando. Una cosa es el derecho de un individuo y otra es la institución. Todas las semanas hay una denuncia diferente contra Carabineros, como por ejemplo la joven peruana que denunció discriminación en un control de identidad, las mujeres que fueron reprimidas afuera de La Moneda en protesta contra los femicidios, la represión hacia los estudiantes en las marchas, y así diferentes casos más. Esto parece más una limpiada de imagen de una institución manchada con sangre que es parte de este régimen podrido.
Pero el Movilh plantea que es un día histórico y que se están trazando nuevos senderos para las Fuerzas Armadas. Por más que les espante a los sectores conservadores que existan homosexuales en sus filas, ¿esto expresa la brutal realidad de miles de personas homosexuales y transexuales de la clase trabajadora, estudiantes y pobres del país? Claramente no. Cada día nos enfrentamos a la homotransfobia, a los crímenes de odio, expulsiones, prostitución y discriminaciones.
Es necesario que la diversidad o disidencia sexual cuestione hasta el final desde qué trinchera peleará o a quiénes defenderá. Es por esto que necesitamos re articular un gran movimiento de gays, bi, lesbianas y trans que plantee sus luchas de forma organizada y de la mano de la clase trabajadora y el movimiento estudiantil, y que se disponga integrar e impulsar nuestras demandas y derechos.
Cristóbal Espinoza, Militante de Pan y Rosas