Este sábado se realizó el primer encuentro de Mujeres Activistas Cannábicas en la ciudad de Arica para discutir las perspectivas del movimiento y las distintas problemáticas derivadas de la penalización de la marihuana. En este artículo abordamos la relación que existe entre la despenalización y la salud pública, el riesgo del monopolio farmacéutico y la importancia de articularse con las demandas de las y los trabajadores de la salud y de la educación.
Domingo 17 de octubre de 2021
La demanda por la despenalización viene desde hace muchos años discutiendo a nivel global. En Chile recién el año 2015 se aprobó en la Cámara de Diputados la despenalización del cultivo y el consumo privado, esto permitiría un cultivo máximo de seis plantas y el porte inferior a 10 gramos modificando el Código Sanitario y la Ley 20.000 que sanciona el Tráfico de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas. Si bien se ha avanzado en materia de discusión, la iniciativa no pasó del trámite constitucional y se sigue discutiendo entre las cuatro paredes del Senado, como es de saber, en los marcos institucionales y con la intervención de la derecha podrían pasar varios años antes de que exista humo blanco.
En estos marcos es que a nivel nacional Activismo Cannábico Chile viene organizando reuniones, talleres y asambleas con el objetivo de organizar esta demanda en las distintas regiones y articular un movimiento por la legalización y despenalización del Cannabis.
Más allá de la despenalización: Medicinal, recreativa, gratuita y en el hospital
Uno de los temas que se discutió en el encuentro de Mujeres Activistas Cannábicas, fue la línea represiva de este y otros gobiernos, que efectúan allanamientos y criminalizan a la juventud y quienes consumen. Con esto se puso acento en organizarse y articular aún más la lucha por la legalización y despenalización del cannabis, contra toda persecución e inequidad.
La Ley Rodrigo Barraza (Cultivo Seguro) se impulsa en honor a un padre de un niño paciente cannábico, quien se quitó la vida a raíz de la persecución y la falta de acceso para el tratamiento que su hijo requería. Esta Ley que busca incorporar y regular el uso medicinal de productos derivados de cannabis fue rechazada en la comisión de salud por dos votos contra uno, provocando indignación en las familias de pacientes cannábicos que acusan criminalización, porque es repulsivo que mientras Piñera está libre, las y los cultivadores sean apresados.
Cabe decir que la comisión la componen Rabindranath Quinteros del PS, Francisco Chahuán de RN, Ena Von Baer de la UDI y Carolina Goic de la DC, es decir, las caras clásicas de los partidos tradicionales junto con la derecha.
Las consecuencias de que se siga criminalizando el consumo y el cultivo es que los pacientes cannábicos y sus familias corren el riesgo de allanamientos y se ven empujados a acceder únicamente a los productos farmacológicos cuyos precios son altísimos respecto al coste de su producción artesanal.
En el Encuentro se problematizó que si bien el proyecto de ley consideraba el auto cultivo y la despenalización, no garantiza el acceso público mediante la red de salud única cuyo financiamiento prime por sobre el financiamiento a la represión y viáticos parlamentarios. Es clave poner alerta en este aspecto del proyecto de ley, ya que se corre el riesgo que las farmacéuticas quieran monopolizar su producción y distribución, favoreciendo a los grandes grupos empresariales y sacando una gran tajada de esta demanda.
Por esta razón, la unidad con las y los trabajadores de la salud puede dar un carácter mucho más amplio a la demanda del cannabis, ya que este sector viene expresando distintas manifestaciones por el financiamiento en salud pública actualmente en crisis.
En otras palabras, si un aspecto es su uso medicinal debe considerarse como parte del problema de la salud pública, además del auto cultivo el Estado debe garantizar mediante plantaciones estatales su acceso, a la vez que se invierte en estructuras, contrataciones e insumos que mejoren la calidad de la atención de salud y las condiciones laborales de las y los trabajadores. De otra forma, serán los sectores privados quienes se beneficien del proyecto de ley y no se resolvería hasta el final su uso medicinal y recreativo.
Finalmente las activistas cannábicas hacemos un llamado a organizarse para ampliar el movimiento y que se puedan abrir las distintas perspectivas acerca de la despenalización del auto cultivo, sin perder de vista cómo actúa el sistema capitalista y los empresarios que harán todo para favorecerse de esta y otras demandas.

Fer Morales
Antropóloga Social y poeta Slam