El saldo de los primeros meses del experimento libertariano arroja un fuerte aumento de la desocupación, caída de la actividad y caída en los ingresos. Tucumán no escapa a la motosierra que aplicaron a las provincias. Los únicos beneficiados fueron los grandes empresarios que obtubieron la reforma laboral, reducción de impuestos nacionales y provinciales.
Jueves 18 de julio de 2024 17:06
La tasa de desempleo en Tucumán pegó un fuerte salto en los primeros meses de la gestión de Jaldo en la provincia y Milei en la presidencia. Más de dos puntos porcentuales subió el desempleo acompañando la tendencia nacional, para alcanzar al 7,9%. De acuerdo a las estadísticas provinciales, la población desocupada aumentó en 8000 personas en el primer trimestre del año. Sin embargo, la población empleada cae más rápido: en los primeros tres meses hay 36.000 personas ocupadas menos que en diciembre de 2023, de ese total poco menos de la mitad son asalariados, el resto son ‘cuentapropistas’ expulsados del mercado de trabajo.
¿Cómo se explica que el empleo registra una mayor destrucción de puestos de trabajo que la que refleja la tasa de desocupación? Porque el Indec considera desocupado a quien no tiene trabajo y lo busca activamente. Las personas desalentadas que no lo buscan dejan de ser consideradas “desempleadas” y pasan a formar parte de la población inactiva. Es por eso que a la par que sube el desempleo también cae fuerte la tasa de actividad, con 27,000 que pasan a formar parte de la población inactiva.
La caída más fuerte en términos absolutos se da en la construcción. La UOCRA estimaba que más de 5000 obreros de la construcción perdieron sus trabajos en los primeros meses del año. La paralización total de las obras públicas fue una de las primeras medidas de ajuste fiscal del gobierno de Milei. Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) las transferencias no automáticas a las provincias -que en gran medida son para obras públicas- cayeron en promedio cerca de un 90% en el primer cuatrimestre del año. De ese brutal ajuste no se salvó Tucumán, que también sufrió un recorte del 83% de esos fondos. Dentro de esa partida, algunos de los rubros que más ajustaron en Tucumán fueron los destinados a Comedores Escolares (-100%), al mismo tiempo que acaparaban alimentos en galpones de Tafi Viejo; Infraestructura y equipamiento (-99%); el FONID (-82%) y fondos para Gestión Educativa (-78%).
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Luego de aprobada la Ley Bases, con el apoyo abierto de Jaldo y el peronismo tucumano, el gobierno nacional se dispone a reanudar algunas pocas obras paralizadas pero ya anticipó que habrá asistencia mínima para las provincias en este rubro.
También se registran despidos en otros rubros, la propia gestión de Jaldo comenzó con despidos en el Estado, y ATE denuncia 200 despidos de la Administración Pública Nacional. El desempleo también avanza en industrias de las más diversas ramas, como la textil Topper con poco más de 120 despidos, la automotriz Scania y en el citrus con el cierre de empaques. De conjunto los registros de AFIP dan cuenta de más de 800 bajas de empleados registrados en la industria manufacturera en los primeros cinco meses del año. El brutal ajuste fiscal, que se profundiza con la caída de la recaudación y la deliberada baja de impuestos para los empresarios, junto a la licuación de los salarios y jubilaciones empiezan a espiralizar en un círculo vicioso. La destrucción de fuerzas productivas, el aumento del desempleo y la pobreza, apuntan a restituir las ganancias empresarias con un mercado más concentrado.
La licuadora de salarios y jubilaciones
Durante el primer semestre la inflación acumulada en Tucumán fue del 76% y la variación interanual se ubicó en 267% respecto a junio del año pasado. Sin dudas la inflación viene bajando mes a mes desde el fogonazo de diciembre, aunque las presiones devaluatorias y la inconsistencia del esquema monetario que armaron Milei y Caputo empieza a generar desconfianza en el mercado financiero, se expresa en una escalada del riesgo país y amenaza con llevarse puesto el único “mérito” que puede exhibir el gobierno. Una desinflación a costa de una profunda recesión y aumento de la pobreza y la desigualdad.
Si Milei venía a terminar con el “impuesto inflacionario, que le pega más que nada a los pobres”, hay que decir que ambas variables se movieron en sentido inverso. Aunque sigue muy elevada, la inflación bajó. Pero la pobreza siguió aumentando. A la destrucción de puestos de trabajo, se le sumó la licuación de los ingresos.
La gobernación de Manzur y Jaldo ya había dejado a la provincia de Tucumán con un 44% de pobres y un 10% de personas indigentes. En diciembre de 2023, el 90% de la población tucumana percibía ingresos inferiores a los 300.000 pesos, cuando la Canasta Básica para una familia tipo en ese momento rondaba los 422.000 pesos. Solo con los ingresos de un segundo miembro en la familia, la mitad de los hogares pudo superar el umbral de la pobreza tal cómo la mide el Indec.
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No hay aún datos actualizados, pero sabemos que desde diciembre la Canasta Básica Total (CBT) aumentó un 71% mientras que los salarios corrieron por detrás. Por ejemplo, los estatales de la provincia recibieron apenas un bono de 100.000 pesos en dos partes. En la docencia tucumana, el acuerdo paritario firmado en marzo fijó un aumento del 20% en cuotas al básico. En la Uatre el aumento fue del 12% en mayo y junio con un fuerte rezago respecto de las paritarias firmadas en noviembre del año pasado. Algunos gremios se acercaron un poco más a la inflación, pero de conjunto estuvieron los acuerdos paritarios se mantuvieron por debajo del incremento en la CBT. La peor parte se la llevan los jubilados. Para junio la Canasta básica del Adulto Mayor se acercaba a los 800.000 pesos y cuadruplicaba el monto de la jubilación mínima (206.000 pesos) que recibe el 65% de los jubilados en Argentina. No es casual entonces que, ya en febrero, el observatorio social de la Universidad Católica registraba un salto de 13 puntos en la pobreza durante los primeros dos meses del experimento libertariano. La burocracia sindical no saca los pies del plato jaldista.
La Ley Bases y el “Pacto de Mayo” de la casta política encabezada por Milei y 18 gobernadores de todos los colores políticos, incluido el peronismo tucumano, estipula un fuerte ataque al régimen laboral y medidas de ajuste fiscal que prometen seguir profundizando la informalidad laboral, la pobreza y la transferencia de ingresos desde los bolsillos del pueblo trabajador hacia una minoría parasitaria de grandes empresarios, exportadores de la agroindustria, la minería y especuladores financieros, que son los únicos que salen beneficiados. Esa transferencia de ingresos se refuerza en Tucumán con la eliminación de impuestos a la exportación del citrus, tarifazos exorbitantes para los empresarios del transporte, subsidios a empresas de telecomunicaciones, etc.
Pacto de Mayo ‘a la tucumana’
Lejos de “beneficiar a los tucumanos”, el alineamiento de Jaldo con Milei implicó el apoyo a leyes que cercenan derechos laborales adquiridos y la entrega de los bienes comunes naturales a las multinacionales. El saldo de ese arrastre es un empeoramiento en todos los índices sociales y laborales. Tucumán ni siquiera escapó a la motosierra sobre los fondos para obra pública y lo que esperan recuperar por la restitución del impuesto al salario apenas alcanza para cubrir algo más que una planilla salarial mensual.
Ahora el gobierno pone en agenda “Pacto de Mayo a la tucumana” y anuncia con toda pompa una “reforma constitucional” en la que la agenda de la aplastante mayoría que vive en la informalidad, la precarización laboral extrema y la pobreza no es tema de agenda. Tucumán hace décadas está en la cima del trabajo en negro y en el piso del promedio salarial nacional. El sueño libertario hecho realidad. Pero el centro de la discusión de los anuncios de Jaldo pasan por el régimen electoral y el estatus de los legisladores y delegados comunales. No sería la primera vez que Jaldo miente frente a las cámaras de televisión prometiendo terminar con el fraude de los acoples para desviar la atención de la profunda crisis económica y social de la que es directamente responsable.
A contramano de esta agenda amoldada a los intereses de grandes empresarios y funcionarios vitalicios, desde el PTS en el Frente de Izquierda llamamos a fortalecer la organización y la coordinación en cada lugar de trabajo y estudio, exigiendo a los sindicatos y centrales sindicales un paro y plan de lucha, para fortalecer la lucha contra los despidos y el ajuste que se profundizará en los próximos meses de la mano de Milei, los gobernadores y el FMI.