Por pedido del gobierno de Macri, Aerolíneas Argentina otorgará el beneficio de viajar en primera a todos los jueces de la Corte Suprema. Mientras tanto los trabajadores aeronáuticos seguimos en lucha por las condiciones precarias en las que trabajamos.
Miércoles 20 de julio de 2016 08:56
El Ministro de transporte Guillermo Dietrich anunció las buenas nuevas para los jueces de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti, Elena Highton, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti, y Fernando Rosenkrantz quienes gozarán del derecho a “upgrade” a clase ejecutiva sujeto a espacio. La noticia se dió a conocer en el portal tn.com.ar el pasado lunes. Rápidamente Aerolíneas Argentinas se justificó indicando a través de un vocero que “el Estado, como accionista de la empresa, nos hizo el pedido para otorgarle upgrade a los jueces de la Corte y nosotros debimos aceptar la solicitud”.
Soy tercerizada de Aerolíneas Argentinas y mi sueldo, al igual que el de todos los tercerizados, no cubre la canasta familiar básica ¿Volar? ¿A quién se le ocurre? Mientras los hombres del establishment atornillados en sus puestos viajan en primera clase, los trabajadores aeronáuticos sólo podemos pensar en que no nos vuelen del laburo. Sin embargo somos nosotros los que mantenemos la vida aeroportuaria, realizando las tareas de control y asistencia, garantizando la operativa de llegada y salida de las aeronaves. A pesar de esto, muchos de nosotros jamás volamos. No tenemos aumento de sueldo, apenas un mínimo de paritarias arregladas por la burocracia sindical a espaldas de los trabajadores. No hay privilegios para nosotros, por el contrario debemos trabajar en condiciones de negligencia absoluta por parte de la patronal. Si se trata de laburantes no hay beneficios, hay desinversión. Cuando un fenómeno tan común como un rayo cae en la pista y hiere a nuestros compañeros queda a la vista la desidia de las empresas, que nos obligan a trabajar igual, expuestos a los más diversas inclemencias climáticas. Pero de las condiciones en las que trabajamos se habla poco en los medios. Tampoco se habla de las situaciones adversas que vivimos las mujeres trabajadoras de los aeropuertos, organizándonos para pararle la mano a los numerosos jefes abusadores desde hace años.
En tiempos de ajuste y tarifazos, son estos mismos jueces los que convalidan el descarado aumento que hubo en las tarifas de los servicios, desencadenando las multitudinarias manifestaciones del jueves pasado contra este incremento. Es también la misma Corte que a través de un fallo reaccionario restringe el derecho a huelga, reconociendo sólo aquellas protestas que sean convocadas por las conducciones sindicales, un claro guiño a la burocracia. Es a ese mismo Poder Judicial que no paga ganancias al que siguen llenando de privilegios que los trabajadores que estamos en los aeropuertos todos los días apenas podemos soñar con alcanzar. Es la casta judicial que el pueblo nunca eligió pero que toma decisiones que atañen al conjunto de la población y su “justicia de clase”.
Frente al desfinanciamiento en Aerolíneas Argentinas, Isela Costantini se muestra preocupada por la situación, pero a su vez ignora el reclamo histórico que tenemos los trabajadores tercerizados del pase a planta permanente, que nunca fue atendido ni por Isela ni por Recalde. El negociado de las empresas tercerizadas generó un déficit y lo sigue generando hoy en día. Estas empresas son meros intermediarios que llegan a cobrar el doble por cada trabajador y al trabajador solo le llega la mitad. El pase a planta sería un ahorro de cientos de millones por año. Pero sabemos que los empresarios no quieren eso, prefieren seguir con la tercerización que se cobró la vida de María Eugenia de MSA (tercerizada de LAN). Contra esas condiciones nos organizamos y luchamos, para que no corran riesgo nuestras vidas, porque queremos salarios dignos y queremos ponerle fin de una vez por todas a la precarización laboral que la tercerización genera en los aeropuertos y en todos lugares donde existe.