Luego que Cristina Fernández de Kirchner los acusara en los discursos públicos de maniobras y de “encanutar” autos, las últimas reuniones del gobierno con las automotrices parecieran encaminar las negociaciones hacia el lanzamiento de una segunda etapa del Pro.Cre.Auto.
Pablo Anino @PabloAnino
Miércoles 17 de septiembre de 2014
El día lunes 15/9 el secretario de Planeamiento Estratégico Industrial, Horacio Cepeda, mantuvo reuniones individuales con representantes de varias terminales: Toyota, Fiat, Ford, General Motors y Volkswagen. Las empresas presentaron sus planes de producción, exportaciones e importaciones. En función de esos números el gobierno distribuirá una cuota a cada empresa para acceder a una porción de los 100 millones de dólares por mes que destinará para las importaciones que hacen las automotrices.
Las terminales venían realizando importaciones con el financiamiento de sus casas centrales y denunciaban que el gobierno no les proveía los dólares necesarios para entrar partes y autos importados. Esta necesidad de dólares es un problema estructural debido a que los autos que se producen en el país tienen un alto componente de partes importadas. Las terminales son una especie de armadurías de partes importadas que generan un gran déficit comercial. Los 100 millones de dólares mensuales que ofrece el gobierno relajan la situación, pero es menos que lo que pedían las automotrices.
El oficialismo reclamo como prenda de cambio que las automotrices no realicen suspensiones ni despidos (que vienen haciendo desde principios de año), además de mejorar la logística y evitar las maniobras para no vender autos a través del Pro.Cre.Auto. El Banco Nación aceptó más de 17 mil solicitudes por un equivalente a $1.600 millones de pesos para vender autos a tasa subsidiada a través de ese plan, pero solo pudieron concretarse 12 mil transacciones por $1.130 millones.
No obstante, las solicitudes totales recibidas por el banco alcanzaron las 31 mil. La diferencia entre este número y los créditos otorgados, según el oficialismo, se debe a las maniobras de las empresas que desalientan a los compradores.
“Habrá que ver las razones de los faltantes, pero lo objetivo e incuestionable es que no hay suficiente producto para abastecer la demanda del Pro.Cre.Auto. En especial, detectamos problemas con el Renault Clio, el Fiat Palio y el Chevrolet Agile” (Página 12, 16/09), respondió Rubén Beato, secretario general de Acara (Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina).
El Pro.Cre.Auto se termina el 24 de septiembre. La idea con este acercamiento entre el gobierno y automotrices es prolongarlo por tres meses más. La nueva etapa comprenderá una nueva lista que traerá subas de precios de los automóviles en base a la evolución de los costos que logren justificar las terminales.
Todo el enfrentamiento verbal de la semana pasada pareciera no terminar en escalada, sino encauzarse hacia un acuerdo. “Se reedita entonces aquella máxima de la política de primero golpear y luego sentarse a negociar. Frase que acuñó Augusto Vandor, líder del sindicalismo en los ’60, pero que no escapa a la más básica táctica de negociación.”, se confesaron en el oficialista Página 12 (13/09).
El neo vandorismo del gobierno de pegar para negociar es la lógica en toda confrontación con las empresas. No obstante, el agravamiento de la crisis económica no se puede descartar que esta “táctica básica de negociación” pueda fallar. El tratamiento hacia los trabajadores es muy diferente. En Lear 60 familias esperan la reincorporación y no tienen ninguna respuesta a sus reclamos.