Según fuentes que investigan el caso, en un Instituto de Vilafranca de la Franja, un profesor de secundaria se habría tragado tres alumnos por habla en castellano.
Jueves 23 de diciembre de 2021
Aparentemente, un profesor de catalán de un Instituto de la comarca del Baix Roures habría saciado su enojo con unos niños que se negaban a hablar en catalán. Parece que la problemática venía de lejos. Cada día saludaban al profesor diciéndole “hola” en castellano y no “hola” en catalán como se tendría que decir en clase de catalán, claro está. Esto podría ser soportable en clase de mates o historia, pero en clase de catalán...
El profesor G.F. antes ya los había castigado lavándolos la boca con jabón, o enviándolos al rincón de pensar. En otras ocasiones, corre la voz, que también habían sido obligados a escribir cien veces “Haig de saludar al professor de català en català”. Aun así, parece ser que en el Instituto habría un régimen de terror contra los alumnos castellanohablantes. Les rebajan las notas, no les dan de comer e incluso les cierran dentro de un armario cuando se quejan.
Fuentes de la investigación tienen mucha preocupación porque se han dado cuenta que faltan más alumnos en otras aulas y empiezan a creer que esto de zamparse niños castellanohablantes es una forma de “limpieza étnica” que se practica sistemáticamente en el Instituto. El director Adolf Gilger lo niega con un rotundo “Nain”. Ante las acusaciones de adoctrinamiento, nos dice que esto es falso y que ellos continúan la línea del famoso pedagogo alemán Mengüele.
No obstante, fuentes que quieren conservar el anonimato y vinculadas al AFA decían que recibían quejas de los alumnos, pero que no hacían caso, puesto que parecía difícil de creer. Hemos tenido la suerte de poder hablar con un vecino que nos ha explicado que en el pueblo de Vilanova de la Franja tienen mucho miedo desde el 1 de octubre de 2017 porque encuentran que familias enteras sencillamente ya no están. Y las denuncias que han hecho ante las autoridades quedan en un cajón.
Las mismas fuentes nos confirman que el profesor G.F. era conocido con un pseudónimo, "Saturno", que también usaba en las redes sociales, porque muchas veces había amenazado a sus alumnos de comérselos. El cuerpo directivo y docente ha cejado en hacer declaraciones al respeto conservando un silencio sepulcral.
Todo parecería indicar que desde el referéndum de 2017 el pueblo está bajo un régimen dictatorial y solo se puede hablar en catalán. Quien no lo hace puede ser expulsado. Esto mismo les ha pasado a los González de la Barca, vecinos de la calle del fondo. Hacía unos meses que se habían mudado al pueblo desde su Cártago natal, y como no hablaban catalán, se ve que por la noche y en silencio la gente se los llevó con todas sus pertenencias y las paredes y techo de la casa, al pueblo del lado (los odiados de Vilanova de la Franja de abajo).
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Todo esto podría estar pasando dentro de una mente con pocas luces. Quizás dentro del cerebro de Pablo “Soltero” del PP, o del NoSant Iago Tabascal de VOSS o de Ines Allunyades de un partido que no se puede recordar su nombre. Pero la realidad en Catalunya es que no hay ninguna discriminación contra los alumnos y niños castellanohablantes. Y aquellos que dicen que hay un régimen de terror contra estos niños solo quieren ensuciarlo todo para ganar unos cuántos votos o posicionarse mejor de cara a unas hipotéticas elecciones anticipadas en el Estado español.
La realidad se que todos saben hablar castellano y catalán con un nivel, que seguramente es mejorable, puesto que la educación pública cada vez tiene menos financiación, mientras la educación concertada y privada disfruta de unas subvenciones millonarias. Las ratios docentes y las horas ante la clase aumentan y la contratación de nuevos maestros es cuente gotas. La educación, igual que la sanidad pública, sufren los recortes de Artur Mas de las que ningún gobierno posterior ha puesto fin.
En relación a la lengua tenemos que un puñado de magistrados ricos y de familias franquistas, valen mucho más que el miles de alumnos, padres y maestros que cada día tienen que trabajar, estudiar y vivir en condiciones cada vez peores. Estas personas desde sus despachos con calefacción dictaminan el que tenemos que hacer todos nosotros que luchamos para llegar a finales de mes. Y el gobierno catalán solo sabe obedecer al poder del Régimen del 78.
Hay que defender la inmersión lingüística desde las calles, hay que enfrentar al poder judicial que no solo ataca la lengua y la cultura catalana, sino que además hace años que nos ha declarado la guerra contra toda la disidencia política, y, en especial, contra la izquierda independentista catalana con causas inventadas en atestados totalmente inventados.
Si solo hacemos declaraciones públicas, en atriles o una votación en un Parlamento, veremos como los juzgados nos dirán una y mil veces en qué idioma tenemos que hacer las clases, el porcentaje, qué cosas podremos decir y qué no. La ofensiva de la derecha que va a las misas de Franco, del Régimen del 78 con “El Preparao” al frente y las empresas de la Ibex 35 (algunas son catalanas) no se podrá parar con discursos, sino con la clase trabajadora y el pueblo organizados y luchando en las calles.
