El mayor (r) Arturo Silva Valdés acaba de ser condenado, junto a otras 13 personas, por el asesinato del químico de la DINA Eugenio Berríos, sin embargo se mantiene prófugo sin entregarse a la justicia para su ingreso a Punta Peuco.
Natalia Cruces Santiago de Chile
Viernes 14 de agosto de 2015
De los 14 condenados hay 11 personas que ya fueron apresadas en el penal de Punta Peuco, para cumplir con las condenadas que dictó la justicia por el secuestro y desaparición del químico de la DINA Eugenio Berríos, quién fue ultimado en Uruguay porque se temía que pudiera contar secretos de la DINA y los militares.
Las condenas a los 14 militares –incluyendo a tres uruguayos- van de los 5 a los 20 años, para los autores materiales. Berríos escapó con la ayuda de militares de Chile hacia Uruguay, luego que a inicios de los 90 fuera citado a declarar por el caso del asesinato de Orlando Letelier en Washington, uno de los crímenes que organizó la dictadura chilena, luego fue trasladado a Uruguay donde desapareció hasta que su cuerpo fue encontrado en 1995, con dos balazos y las manos amarradas.
Arturo Silva Valdés es mayor en retiro del Ejército, fue escolta de Pinochet y también, según indican otros medios, de Agustín Edwards el dueño del Mercurio, quién está acusado de ser el autor del homicidio y que tiene una de las penas más altas, 20 años en total por secuestro con homicidio y asociación ilícita. Sin embargo, no apareció en la justicia y su abogado dice no saber nada de él.
Otro militar que aún no aparece es el mayor (r) del Ejército Jaime Fernando Torres y el coronel (r) Manuel Provis. Recordemos además que otro de los condenados, el general (r) Hernán Ramírez Rurange, quién era un hombre cercano a Pinochet, se suicidó la madrugada del jueves.
También está condenado y ya fue ingresado el penal de Punta Peuco, el ex auditor del Ejército, Fernando Torres Silva.
Según un informe de CIPER Chile, Silva Valdés “ejecutó las operaciones más clandestinas del Ejército en los años 80 y en plena democracia” quién integraba el Servicio Secreto de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), además fue procesado como encubridor del caso del asesinato del dirigente sindical Tucapel Jiménez. Se dice además que Valdés fue uno de los varios hombres que habrían pertenecido a la CNI e inteligencia que trabajaron para Edwards (http://ciperchile.cl/2015/08/11/el-asesino-de-eugenio-berrios/).
Torres Silva, fiscal de la dictadura
Torres Silva fue un fiscal militar que estuvo especialmente dedicado a la persecución al Frente Patriótico Manuel Rodríguez y también acusó a la Vicaría de la Solidaridad, uno de los principales organismos de defensa de los derechos humanos, de amparar a terroristas, encargando incluso reos a abogados y médicos de ese organismo. Incluso el vicario Monseñor Valech tuvo que presentar un recurso de queja contra la persecución que hizo Torres Silva contra la Vicaría.
Luego fue nombrado por Pinochet como auditor del ejército y tras la transición pactada Pinochet habría encargado a Silva que se encargada de la defensa judicial de quiénes estaban implicados en graves casos de violación a los derechos humanos, como asesinato, tortura, desaparición y otras. Hoy está detenido por el caso de la muerte de Eugenio Berríos (http://www.casosvicaria.cl/temporada-dos/torres-silva-el-fiscal-a-la-caza-del-fpmr/.