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Red Internacional
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Francia. Proponen un referéndum contra la reforma de Macron: ¿una forma bonita de enterrar la lucha?

Este viernes, el Consejo Constitucional emitirá su veredicto sobre la reforma de las pensiones pero también sobre la petición de un referéndum relativo a la edad legal de jubilación a los 62 años. Este último es muy difícil que se pueda concretar y de ninguna manera puede ser un objetivo de la movilización.

Martes 11 de abril de 2023 21:45

Esta semana promete ser fundamental para el movimiento de lucha contra la reforma jubilatoria del presidente Emmanuel Macron que pretende aumentar la edad y los montos y años de aporte para poder jubilarse. De hecho, debe celebrarse el 12° día de movilización interprofesional en vísperas de la decisión del Consejo Constitucional. Si este valida el corazón de la reforma, Laurent Berger (líder de la CFDT y de la Intersindical desde el 19 de enero), por su parte, ya empieza a dejar claro que dejará la movilización rápidamente. Pero el Consejo Constitucional podría también dar luz verde el mismo día al lanzamiento de un Referéndum de Iniciativa Compartida (RIP, por sus siglas en francés) que convendría al interés del líder sindical reformista.

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El RIP en cuestión

El Referéndum de Iniciativa Compartida (compartida entre la población y los parlamentarios) es un procedimiento que permite la organización de un referéndum para aprobar una ley. Para ello, al menos una quinta parte de los parlamentarios debe presentar un proyecto de ley como parte de una solicitud de RIP, un paso que se completó con éxito el 17 de marzo con el apoyo de 252 legisladores.

Ahora, el Consejo Constitucional debe dar su aprobación comprobando que la ley propuesta coincida con el ámbito de medidas que pueden votarse en referéndum, pero también que el RIP no pretende derogar una ley promulgada hace menos de un año. La validación que espera este viernes el Consejo Constitucional no debería suponer a priori un problema. En efecto, este proyecto de ley del RIP se sitúa dentro de los límites de la Constitución y no pretende derogar la reforma Macron, sino consagrar en el Código de la Seguridad Social que "la edad de acceso a la pensión de jubilación (...) no puede fijarse más allá de los 62 años”.

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La validación del Consejo permitiría lanzar una campaña que deberá recoger 4,8 millones de firmas (el 10% del electorado) en nueve meses. Por último, las dos cámaras del Parlamento, la de la mayoría presidencial y la de la derecha, disponen de otros 6 meses para “examinar” y votar la ley. Durante este examen, ambas cámaras pueden perfectamente rechazarla, como cualquier otra ley, haciendo inútil todo el procedimiento. Solo si no la rechazan se pone finalmente en marcha un referéndum.

Un procedimiento diseñado para fracasar

Por lo tanto, el RIP es un referéndum solo de nombre, ya que como señaló el constitucionalista Michel Lascombe en 2019, es más bien "una solicitud de revisión de un tema por parte de parlamentarios de la oposición apoyados por el pueblo".

Es una petición que tiene pocas posibilidades de prosperar, e incluso fue pensada así: si Sarkozy había integrado esta medida en su revisión constitucional de 2008, no era para devolver el poder a la población, sino para intentar conseguir algunos votos de la izquierda y del centro. Michel Lascombe concluye: "Estábamos seguros de que no funcionaría, pero algunos representantes electos podrían decir que habían obtenido algo”. Las condiciones extremadamente restrictivas del RIP explican por qué, desde su entrada en vigor en 2015, ningún procedimiento ha tenido éxito.

¿Una vía para la movilización?

Si la validación de la aplicación del RIP es muy probable, todo indica que al final del procedimiento no habrá referéndum. Bien porque no se habrán alcanzado los 4,8 millones de firmas, bien porque el Parlamento habrá "examinado" y rechazado el proyecto. Es probable que esto ocurra dada la composición de las dos cámaras: la derecha y la mayoría presidencial tienen mayoría en el Senado y en la Asamblea Nacional, y la prolongación de la edad de jubilación sigue siendo una medida histórica del macronismo y de la derecha.

Además, la "cuestión" planteada por el RIP solo se refiere a la edad de jubilación: nada sobre la ampliación del periodo de aportes y la aceleración de la reforma de Touraine (de 2014 que impone aportes por 43 años), nada sobre los regímenes especiales, nada sobre los trabajos de riesgo. En la situación casi imposible de que se pusiera en marcha el referéndum y prevaleciera el apoyo a la ley, el problema no se cerraría, ya que entonces nos encontraríamos ante un conflicto entre dos leyes que dicen cosas contrarias.

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A pesar de todos estos problemas, sectores de la izquierda institucional y de la Intersindical empiezan a plantear el RIP como una perspectiva viable. Así, Laurent Berger explicó la semana pasada en la importante cadena BFM TV que reconocería la decisión del Consejo Constitucional, antes de añadir, con respecto al RIP: "los militantes están muy dispuestos a ir a recoger las firmas". En el ala derecha del NUPES (Nueva Unión Popular Ecologista y Social de Jean-Luc Mélenchon), también se mostraron entusiastas con el procedimiento a mediados de marzo, explicando Fabien Roussel, del Partido Comunista Francés, el día que Macron utilizó el artículo 49-3 de la Constitución para pasar su reforma: "¡El Gobierno elige el 49-3 (...)! Tenemos una herramienta: el REFERÉNDUM, el RIP", mientras que la diputada del Partido Socialista, Valérie Rabault, destacaba el proceso, aunque fuera diciendo que el procedimiento suspendería la aplicación de la reforma.

Ilusiones que podrían reactivarse con la validación del procedimiento el viernes. Aunque la movilización callejera y la huelga que comenzaron el 19 de enero no han terminado, considerar el RIP como un posible desenlace sigue siendo un callejón sin salida. No solo hay muchas probabilidades de que el procedimiento no prospere, sino que haría retroceder la batalla sobre las pensiones al calendario griego y a un terreno institucional ultrafavorable al Gobierno, dando tiempo para que las huelgas y la movilización se desgasten. Desde este punto de vista, no hay atajos posibles: ¡ha llegado el momento de hacer balance de la estrategia intersindical y de discutir las perspectivas de una estrategia alternativa!

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