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Red Internacional
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TRAGEDIA SÍSMICA. Protección Civil contabiliza 273 muertos a consecuencia del sismo del martes

Los funcionarios tienen que dar cuenta de las víctimas del terremoto, en medio de tensiones con los habitantes, quienes exigen que se respeten los rescates hasta la última víctima, mientras aquéllos y las constructoras se aprestan para la demolición.

Raúl Dosta

Raúl Dosta @raul_dosta

Jueves 21 de septiembre de 2017

El Coordinador nacional de Protección Civil Luis Felipe Puente, afirmó que a 48 horas del terremoto el total de fallecidos en la región afectada es de 273. En CDMX hay 137 fallecidos, 73 en Morelos, 43 en Puebla, 13 en Edomex, 6 en Guerrero y 1 en Oaxaca.

Las cifras se tienen que ir actualizando en cuanto se avanza con el recuento de los daños en las zonas afectadas, de manera que las cifras que reportó Miguel Ángel Mancera para Ciudad de México, tres horas después del recuento nacional, ya es de 152 personas fallecidas, 91 mujeres y 51 hombres. Así se aumenta el saldo total a 288 personas fallecidas.

En Ciudad de México los resultados son crecientes en la medida que se han colapsado en las últimas horas algunos nuevos inmuebles. Además, los habitantes de la ciudad han hecho reportes de 2,400 inmuebles con daños que ameritan la revisión de las cuadrillas de Protección Civil.

También se informó que las instituciones públicas del sector salud han atendido a los 2,633 personas afectadas de los cuales 678 quedaron hospitalizados, por el sismo del pasado martes, y aseguran que la infraestructura hospitalaria opera prácticamente al 100 por ciento.

Pero si bien la mayoría de los medios de comunicación se hacen eco de los reportes de las autoridades y se hacen parte de la campaña de exaltar la participación de las fuerzas policiales y armadas y también “de muchos empresarios”, esta “reparación” de la imagen que tienen las fuerzas represivas del Estado ante la sociedad, es ineficaz debido al comportamiento pasivo en la remoción de escombros e incluso en el enfrentamiento físico contra los vecinos y voluntarios que intentan ayudar en las zonas afectadas.

El Estado, trata de lavarse la cara ante este desastre de origen natural que es magnificado precisamente por la política de los funcionarios que lo integran a todo nivel, preocupados por más por hacerse parte de la enorme corrupción y las ganancias que ésta les deja, y no por una mínima prevención y seguridad de la población ante desastres como huracanes y terremotos.

Por eso su urgencia de entregar los predios afectados a la demolición y reconstrucción que sus socios de las constructoras esperan con ansias y así seguirse repartiendo el botín presupuestario. Esto ha llevado a la confrontación con los habitantes que exigen que se utilice la maquinaria y equipos hasta sacar al último sobreviviente y por ahora han logrado detener sus intentos de arrasar los predios insensiblemente, cuando aún quedan seres humanos atrapados y presumiblemente con vida.