200 refugiados comenzaron una huelga de hambre y protestaron por las malas condiciones que padecen en el campo.
Lunes 6 de febrero de 2017
El movimiento contra el racismo KEERFA ha explicado que los refugiados se quejan, entre otras cosas, de "falta de respeto por parte de quienes les proporcionan los servicios básicos", de "escasez de leche para niños y pañales", de que no hay "agua caliente o lavandería" y de la calidad de la comida, que califican de "inaceptable". Además, protestan porque la falta de traductores "les hace imposible ir al hospital".
Los refugiados se enfrentaron con el ministro griego de Migración, Yannis Muzalas, que dijo a los medios que no había “ninguna huelga de hambre” y acusó a un grupo de refugiados de haber impedido la llegada de camiones con alimentos. Según el ministro, la protesta se debe a un “pequeño grupo” que intenta generar problemas en el campamento. El ministro visitó el campo mientras la policía se desplegaba en el lugar y se producían choques y enfrentamientos con los refugiados.
Cuando el ministro llegó al campo de refugiados fue recibido por la protesta de una cadena humana que le impidió el paso por más de media hora.
El campo de Ellinikó, donde residen actualmente 1.300 personas, funciona en los terrenos del antiguo aeropuerto abandonado. El gobierno griego había prometido que este campo, sin condiciones mínimas para los refugiados, sería evacuado y sus ocupantes trasladados a otros centros, pero eso no ha ocurrido.
En medio de un invierno muy frío, los refugiados no reciben una alimentación adecuada, los niños no están escolarizados y se complica enormemente acceder a atención médica elemental.
En el centro de Atenas hubo manifestaciones en apoyo a los refugiados y contra la política del gobierno griego.
